Tu Y Yo De Nuevo

Al amanecer, el palacio era un espectáculo, doncella, damas y caballeros de un lado a otro, en busca del príncipe heredero quien seguía desaparecido desde la noche anterior y la visita del duque Rose a temprana hora, los dobles ya listos pata saber quién sería la princesa heredera y mover sus cartas.

_Duque, mis respetos por no atenderlo, pero mi hijo, el príncipe heredero de este reino, está desaparecido._

Exclamó el emperador con suma preocupación.

_Entiendo su preocupación, también estoy en busca de mi hija, recibí una carta de ella, que está en problemas, ¿acaso no es mi hija la escolta personal del príncipe heredero?_

La emperatriz y el emperador se vieron las caras, pero antes de decir algo, la puerta se abrió entrando Le, arrodillado ante los emperadores y el duque.

_Perdón por no cuidar bien del príncipe._

Hablo con dificultad Le.

_¿Qué le ha pasado a mi hijo?_

Pregunto alterada la emperatriz con la mano en el pecho.

_Acompañadme, por favor, usted también duque, recibiré mi castigo sin problema._

Los emperadores junto al duque, siguieron a Le, quien iba casi temblando, sabía que se armaría un lío, todos veían como Le, caminaba a los aposentos de las doncellas, donde también se quedaba Nyssa, muy despacio dos doncellas abrieron las puertas y ahí estaban ellos dos, cubiertos con las sabanas, abrazados, la emperatriz sintió un leve mareo de la sorpresa, el duque Rose estaba rojo de la rabia, el emperador no sabía como llego a pasar eso, como si la presencia de todos despertaron al príncipe, al sentir el peso de algo en su pecho abrió los ojos, observando a Nyssa, pero por poco y sufre un ataque al ver los seis ojos viéndolo.

_Aaah._

Grito él príncipe tapándose todo, despertando a Nyssa que su grito fue peor.

_Aaaah, ¿pero qué hace príncipe?_

Se arrepintió al ver el cuerpo de Sadie completamente desnudo, sadie bajo las sábanas un poco para que viera quienes estaban con los brazos cruzados.

_ahm, ja, ja, ja, qué sueño tan real._

Bromeó Nyssa.

_No es un sueño, señorita Rose._

Hablo el emperador, ambos bajaron la sabana nuevamente.

_Niña insolente, como te atreves a faltar a la familia Rose y la familia real así._

El duque casi se le va encima, pero el príncipe se metió.

_Salgan, mi novia y yo necesitamos privacidad para cambiarnos._

Sus palabras los dejaron asombrados, la emperatriz sacó a ambos hombre de la habitación, le guiño el ojo a su hijo feliz, nyssa volteo su cara y fue saliendo lentamente, pero sadie la aló a la cama, se subió arriba de ella.

_Para donde va mi prometida._

Le susurró en el oído.

_Joven amo, no diga esas cosas, solo soy su escolta._

_Tome tu pureza y tomaste la mía, debemos hacernos responsables._

Le hablo con una sonrisa, besando sus labios hasta quedar sin aire.

_Vamos príncipe, nos esperan en el trono._

Nyssa estaba roja de la vergüenza y de la preocupación.

_Si me dices lo que me dijiste ayer._

Nyssa trataba de recordar y otros recuerdos llegaban a su mente.

Recuerdo

_Aah, Sadie, quiero más._

Nyssa sentía dolor y placer al mismo tiempo, cuando Sadie entraba en ella, besaba su cuello y tocaba sus senos, sus cuerpos se unían como imán, sus movimientos empezaban a ser más fuertes, sus gemidos ahogados.

_Te amo, Nyssa._

Fin del recuerdo

Nyssa se levantó como pudo, dejando a Sadie con una sonrisa.

_Qué felicidad._

Susurró Sadie.

Nyssa se dio un baño y salió con su uniforme, el príncipe ya no estaba en la habitación, solo dejo una nota que la esperaba en el trono, donde ya estaban los nobles, el chisme se había dispersado rápido, donde las señoritas eran las más afectadas, en el condado Bonnie, Raquel estaba cegada por la rabia sin importarle la visita del joven duque que lucía muy feliz.

_¿Cuál es el escándalo, Zera?_

_Hay señorita, si supiera lo que pasó._

Zera le hizo un pequeño resumen de todo lo sucedido, de cómo terminó ella con el duque a penas lo vio llegar, abrazándolo hasta el amanecer que logró irse y como Nyssa fue tomada por el príncipe en una noche apasionada.

_¡Que!_

Grito Renata, trataba de recordar, pero su memoria era muy mala.

_Hice todo mal, Zera, debo ir al imperio._

Era un par de hora, el carruaje sería muy lento.

_No sabes lo que me ayudaría tener tu moto, mi Íker._

Susurró para ella misma.

_Hablando sola._

Hablo Rainer a su oído.

_Duque, qué susto me dio, ya iba de salida, necesito llegar rápido al imperio._

Le habló ella caminando de prisa.

_La llevó, a caballo, llegará más rápido._

Renata lo pensó un momento y acepto, con los gritos de Raquel, que juraba matar a Nyssa si le quitaba a su prometido, Renata por un momento cerró los ojos y recordó cuando paseaba con Íker en moto, fue tan bonito imaginarlo, que ni cuenta se dio cuando llego.

_Llegamos._

Rainer la ayudo a bajar, antes de ir la aló a él besando sus labios sin previo aviso en solo un toque de labios.

_Cuídate, debo irme vendré en un par de meses, vine a decírtelo, no olvides esperar por mí._

Renata seguía en shock, le había robado un beso, así sin más y le encantó solo ese roce de labios, le dio esa noticia así sin más, de no verlo hasta unos meses después.

_No haga eso joven amo y no vendrá a mi cumpleaños._

Renata hablaba de sus quince que serían en un par de semana.

_Eso es nada para lo que hicimos anoche._

Tocando la punta de su nariz.

_No prometo nada._

Termino de decir antes de subir al caballo y salir a todo galope, dejando a Renata más confundida y pensativa, aunque solo fue por unos minutos, ya que recordó a lo que fue al palacio, donde la situación no estaba para nada bien, nyssa era acusada de drogar al príncipe heredero y aunque este no estaba de acuerdo con eso, se empeñaban en decir que el duque Rose estaba amenazando al joven heredero.

_Estoy seguro de que el duque es responsable de esto, metió a su hija a este reino con ese objetivo._

Hablo el Conde Bonnie.

_Estoy de acuerdo con el conde, la emperatriz ya tenía a la señorita Raquel Bonnie como favorita._

Hablo otro noble que también le convenían los tratos sucios del conde.

_¿Acaso buscan declarar la guerra?_

Grito el duque Rose, al escuchar hablar así de su hija.

_Mi hija a cuidado del príncipe por varios años, si mi objetivo fuera formar una guerra, ya lo hubiera hecho._

Grito el duque.

_Su majestad, creo que la señorita solo debe ser una concubina, no sería buena idea ser escogida como la princesa heredera._

Sadie frunció el ceño, jamás dejaría que su amor, fuera humillada así, Renata caminaba de un lado a otro, escuchando todo lo que decían, pero fue mucho escuchar que Nyssa sería solo una concubina.

_Su Majestad, soy culpable de todo._

Entró Renata gritando y quedando de rodilla ante los emperadores y el príncipe.

_Renata, ven aquí._

Le grito el conde a su hija.

_No padre, soy culpable, yo invite a la señorita Nyssa por qué no tengo amigas, falte en ser una dama y solo tomar té, preferí beber vino y terminamos ebrias, el príncipe se preocupó por su escolta y fue por ella, no sabía que ambos terminarían entregándose en cuerpo y alma, no podemos mandar en el amor._

Renata formó un drama haciendo casi llorar a todos en lugar, Nyssa casi reía de lo graciosa que se veía actuando, aunque todo eso traería muchos problemas para ella.

El conde era el más molesto, ya que si terminaban aprobando el matrimonio entre el príncipe y la señorita Rose, sus planes de que Raquel fuera la emperatriz, se acabarían.