Juana María, una Dominicana que reencarnó en una de sus novelas favoritas, pero no puede creer que corrió con la mala suerte de reencarnar en la villana de la historia.
—No, no, en la villana no, en la villana nooo ¡Quiero ser la protagonista!
Grita en medio de la sala del banquete.
NovelToon tiene autorización de Gena Jim para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo:16
AMBER:
Me coloco la misma bata que llevaba puesta y busco un abrigo para cubrir todas las marcas que me hizo Vicent.
Ya lista abro la puerta e inmediatamente entran dos de las sirvientas de mi hermanastra y me empujan haciendo que caiga de nalgas.
—Maldita escoria ¿Cómo te has atrevido a golpear a mi madre? No eres más que una inútil bastarda.
Muerdo mis labios al escuchar sus palabras y sonrío.
—¿Yo bastarda? Creo que deberías preguntarle a tu madre como se llama el hombre que te engendró... Ups, cierto, ella no recuerda.
Los ojos de Cristal se vuelven un poco rojos debido a la furia contenida.
—Denle una lección, hoy aprenderás a respetarme como se debe.
Su voz denota furia y antes de que sus sirvientas me sostengan una voz detiene todo.
—¿Qué está pasando aquí?
Mi hermoso y guapo padre entra a la habitación mientras Letia lo sigue detrás.
—Pa... Padre... Yo...
—Cristal ¿Me vas a explicar que significa esto?
—Padre...
Murmura ella y yo corro hacia mi padre abrazándolo, él, con mucho cariño me estrecha en sus fuertes brazos dándome la protección que necesito.
—¿Estás bien? ¿Te han hecho daño?
Pregunta de manera suave.
—Estoy bien.
Murmuro en voz baja, pero finjo unas lágrimas que salen perfectamente de mis ojos sin tener que forzar mucho.
—Ella me quiere hacer daño padre... Mi hermana no me quiere...
Al decir estas palabras comienzo a llorar desconsoladamente.
—Eso es mentira, yo solo...
Ella trata de defenderse.
—¡Cállate! Te he dado todo Cristal ¿Y así es como tratas a mi hija? ¡Guardias!
Dos guardias llegan inmediatamente a la habitación.
—Señor.
Dicen ambos a coro.
—Denle treinta latigazos y luego encierrenla en la habitación... En caso de que la duquesa quiera hacer algo... Sufrirá el mismo destino.
Los guardias asienten y mi hermanastra comienza a llorar.
—No, no, no... Padre perdóneme por favor, no lo vuelvo a hacer más lo juro... Padre no permita eso, perdóneme.
Grita, pero aun así es arrastrada por los guardias sin compasión alguna.
—Ustedes dos... Están despedidas.
Las dos sirvientas se arrodillan pidiendo clemencia.
—Se largan o las asesino... Ustedes deciden.
La voz fría y dura de mi padre hasta mí, me da un poco de escalofríos, pero sonrío al ver que se está haciendo justicia por mí.
Cuándo quedamos, Letia mi padre y yo, suspiro para luego tomar asiento en el sillón que antes estaba mi sexi prometido, y no puedo evitar sonreír.
Mi padre me mira por unos largos segundos.
—¿Por qué tu habitación está tan desordenada? Parece que aquí hubía otra persona...
Bato mis pestañas varias veces y sonrío algo forzado.
—¿De qué estás hablando padre?
—Mmm, hay un aroma diferente...
Miro a Letia en busca de ayuda y esta abre los ojos comprendiendo la situación.
—Duque... Creo que lo mejor, es dejar que la señorita se cambie para luego hablar de lo sucedido con más calma.
Interviene mi futura madrastra Letia y el duque la mira con ojos brillantes.
—Tienes razón, hija...
Mi padre se detiene cuándo nos interrumpe su mayordomo.
—Señor Hillson, el archiduque Leroux lo busca a usted y a la señorita.
—¿El archiduque?
Pregunta algo extrañado y el mayordomo asiente.
—Así es mi señor.
—Esta bien, avísale que voy enseguida.
—De acuerdo.
El mayordomo se retira y mi padre me mira.
—Cámbiate, estaré esperando abajo.
—Si padre.
Él se retira y cuándo Letia cierra la puerta respiro con algo de alivio.
—Uff, eso estuvo cerca.
Toco mi pobre corazón que late a mil por hora.
—¿Acaso está loca señorita? ¿Y si su padre se hubiese dado cuenta?
—Bueno, te iba a tocar a ti endulzarlo... Se nota que mi padre está loco por ti.
Me coloco en pies y el rostro de Letia se vuelve rojo completamente.
—Que cosas dices señorita, además, su padre está casado, yo no tengo oportunidad.
—¿Casado? No te preocupes, nada que un trágico accidente no pueda arreglar.
Sonrío, pero luego me quedo algo pasmada al tener esos extraños pensamientos.
—Señorita... No pienses en esas cosas por favor, si la duquesa la escucha podríamos tener problemas.
—Bueno, pero lo del accidente es una buena idea ¿No lo crees?
—Señorita, será mejor que la ayude a darse un baño, sus pensamientos no están bien.
—No Letia, mis pensamientos están perfectamente.
Sonrío al pensar en ese suceso... Mmm, será la mejor para la familia.
DUQUE ABEL HILLSON:
Bajo las escaleras y encuentro a mi viejo y único amigo, sentando cómodamente mientras toma té de manera elegante.
—Que raro es verte por aquí Leroux.
—Me verás más seguido, tengo una prometida ¿Lo recuerdas?
—Solo es prometida de nombre, nada de tocar ¿De acuerdo?
Tomo asiento frente a él y Vicent sonríe de manera extraña para luego asentir.
—El príncipe me ha pedido que permita que tu hija sea su acompañante para su cumpleaños.
Dice demasiado calmado para ser él.
—¿Qué le respondiste? Espero que le hayas dicho que no.
—Le dije que no, pero el príncipe es terco, estoy seguro de que hablará con el inútil del emperador.
El tuerce los labios algo disgustado.
—¿Qué piensas hacer?
Le pregunto al verlo tan serio y tan calmado.
—Adelanta la boda.
—¿Qué?
—Si ella se convierte en mi esposa, el emperador no tendrá derecho sobre ella.
Vicent me mira fijamente y esta idea para nada me gusta, estoy comenzando a recuperar la relación con mi hija nuevamente y ya se tiene que casar tan pronto.
—Te voy a ser sincero, la idea para nada me gusta, pero le preguntaré a mi hija para ver su opinión, es su boda, así que tiene derecho a opinar.
—Estoy de acuerdo.
Responde tranquilo y eso me inquieta, lo conozco, y sé que está planeando algo.
—¿Qué estás planeando Vicent?
Le pregunto el hombre sonríe.
—Me conoces demasiado Abel, eso no me gusta.
Sonríe de manera peligrosa mientras sus ojos se vuelven rojos por unos segundos, para luego volver a la normalidad.
Ruedo los ojos.
—Saca a esa bestia Vicent ternerlo tanto tiempo oculto puede ser peligroso.
—Lo sé, pero no puedo controlarlo, no quiero hacer un caos como la otra vez.
—Vete lejos, vete a la montaña y allá destruye todo lo que quieras.
Le digo y este niega.
—No puedo hacerlo.
—¿Por qué no?
Pregunto con curiosidad.
—Él se ha encaprichado con tu hija, no quiere estar lejos de ella... Y ya sabes cómo se pone cuando quiere estar cerca de algo.
Mi rostro se pone blanco.
—¿Qué? ¿Esa bestia se ha encaprichado con mi bebé?
Pregunto y sus ojos se vuelven en un intenso rojo mientras sonríe abiertamente.
—Si, la quiero a ella.
Responde con una voz más fuerte y más ronca.
—Drago...
Murmuro.
esa duquesa va quedar bien morada ....!!!!
😄😀😀😀😁😁😁😁😁😁
ese archiduque está más bueno, que comer con los dedos.....!!!!! 😋😋😋😋😋😋😋😋