Mafia Posesiva

"Estoy confundida, ¿qué excusa le doy a mamá? Si le digo que estás enferma y estás en la enfermería, ¡terminarás enfermando de verdad!", continuó Agatha.

"En realidad... estoy acostada en la habitación de Kevin", susurró Bella y rápidamente cubrió la boca de Agatha.

Temiendo que Agatha gritara, esta apartó la mano de Bella y se giró para mirarla con los ojos muy abiertos.

"No me digas, qué locura, ¡a mí me pasa lo mismo ahora!", exclamó.

Bella comenzó a relatar cómo no había encontrado al director y Kevin la había llevado a su habitación, donde se despertó en la mansión. A medida que Bella contaba la historia, Agatha se quedó en shock, sin poder creer que Kevin estuviera cortejando a Bella de esa manera.

"En serio, ¿no te lo estás inventando?", preguntó Agatha incrédula.

"Piénsalo tú misma", respondió Bella, cansada de haber contado la historia tan detalladamente solo para que se la cuestionaran.

"Es una locura, por lo que sé, ni siquiera a sus amigos les permite entrar a su habitación a veces. ¿Cómo es posible?", exclamó Agatha, juntando las manos con asombro.

"¿Te puedes mover?", preguntó Kevin de repente, acercándose al escritorio de Agatha.

"¿Quieres sentarte aquí?", preguntó Agatha, sorprendida y aún procesando la situación.

"Sí", respondió Kevin con un simple asentimiento.

Agatha se rascó la cabeza, confundida, pero rápidamente se levantó para dejar espacio a Kevin en su silla. Todos en el aula estaban mirando al escritorio de Agatha y Bella.

Kevin le entregó la mochila a Bella, que se había dejado en clase. Mientras se dirigían a la mansión, Kevin había enviado un mensaje a su asistente para que recogiera la mochila de Bella. Bella la aceptó, preguntándose en silencio si su teléfono seguía ahí. Efectivamente, todavía estaba allí. No se molestó en preguntar por qué Kevin tenía su mochila.

Kevin acercó su silla a la de Bella y apoyó la cabeza en el escritorio.

"Nena, quiero que me acaricies de nuevo", dijo en voz baja. Por desgracia, el aula estaba tan en silencio que su voz se escuchó con claridad.

Era la primera vez que escuchaban a Kevin, conocido por su aura intimidante, fría y autoritaria, hablar con un tono tan suave. Las palabras que pronunció fueron un poco ambiguas, ya que la palabra "de nuevo" implicaba que Bella ya lo había acariciado antes. Al escuchar el tono de voz de Kevin, Agatha estaba aún más convencida de que Bella no estaba inventando la historia.

"No quiero, estoy cansada", se negó Bella, nerviosa al darse cuenta de que todas las miradas estaban puestas en Kevin.

Kevin tensó su cuerpo y acercó su rostro al de Bella.

"Nena", murmuró tan suavemente que solo Bella pudo escuchar el leve gemido en su voz, y sentir el aroma a menta de su aliento.

"Sí, sí, te acariciaré", accedió Bella rápidamente, temiendo que Kevin hiciera algo inapropiado con tantos ojos observándolos. Al escuchar la respuesta de Bella, Kevin sonrió, una sonrisa que solo Bella pudo ver desde su posición en la esquina del aula.

"¿Por qué me pongo nerviosa cuando sonríe?", pensó Bella. Kevin apoyó la cabeza en el escritorio y Bella empezó a acariciarle la cabeza lentamente con vacilación.

Sus compañeros de clase no se atrevieron a expresar los pensamientos que les venían a la mente, ya que sabían que eso molestaría a Kevin y provocaría su ira. Solo podían contener su sorpresa. Incluso Gio se quedó boquiabierto. Poco después, el profesor entró en el aula. Estaban tan concentrados en observar a Bella y Kevin que ni siquiera se dieron cuenta de que había sonado la campana.