Casada Con El Tío De Mi Ex

...Narra Katy...

Mientras trabajo escuchó la puerta de la oficina abrirse sin hacer tanto ruido.

Levanté un poco la mirada y veo a Isabel Bustamante entrar con pasos cortos. Traía un traje negro, muy hermoso, zapatos que combinan perfectamente con su atuendo y un bolso de marca reconocida en su mano izquierda.

___ Buenos días, señora Bustamante. ___ Saludan, Mariana, Estela, y Carla.

Las tres chicas que trabajan junto a mí, se pone de pie.

___ Buenos días, señoritas.

___ Podrían dejarme a solas con Katy. Por favor. ___ Dice Isabel.

Las tres salieron de inmediato. Ninguna dijo nada, obedecieron a la madre del CEO... Quién se puede atrever a llevarle la contraria a Isabel Bustamante.

Me acercó a mi suegra. Saludándola de beso, le doy un cordial abrazo.

___ Buenos días, señora Isabel. No la esperaba verla en la empresa tan temprano. ___ Dije, señalando la silla vacía a mi lado.

___ Vine hablar con mi hijo de unos asientos importantes... De paso quiero que me acompañes a ver a mi ginecólogo

___ Quiero asegurarme de que no hay ningún problema y pronto quedes embarazada.

Mis labios se abrieron sin saber que decir... Por ahora mi vida estaba mejorando a lado de Rogelio, como para quedar embarazada tan pronto.

Antes de que pueda decir algo, Isabel agrega.

___ Katy, necesitas quedar embarazada de Rogelio antes de que nazca el hijo de Valeria...

No entiendo por qué tanta prisa en que yo quede embarazada. Más bien sí comprendo. Es por la dichosa cláusula que puso el padre de Rogelio en su testamento antes de morir.

Lo que no entiendo es esta guerra interna que hay entre la familia Bustamante. Se supone que una madre no está a lado de ninguno de sus hijos, porque a todos los ama por igual, pero es evidente que Isabel prefiere a Rogelio por encima de Ernesto.

Desde que vi a Rogelio hablando con Ernesto. Me di cuenta de algo. Así que tome el valor suficiente y dijo.

___ Señora Isabel, puedo hacerle una pregunta. ___ Veo a los ojos, a mi suegra, esperando encontrar la respuesta.

___ Pregúntame lo que quieras. ___ Me contesta, frunciendo el ceño.

___ Por qué, Rogelio y Ernesto no se parecen físicamente. Es por qué se llevan doce años de diferencia.

Llevaba semanas haciéndome esa pregunta. Es tan extraño que siendo dos hermanos, no tengan nada en común.

Ni físicamente y mucho menos se parezcan en el carácter.

Isabel se quedó callada. Su expresión no parecía de preocupación, solo soltó una bomba como si nada, dejándome helada.

___ Ernesto no es mi hijo, por esa razón no se parece a Rogelio.

___ No, dire más por el momento. Es por demás decir que Rogelio no debe saberlo... ¿Entiendes verdad?

Moví la cabeza como respuesta. Sentí un nudo en mi garganta, jamás me hubiera imaginado que el padre de César no fuera hijo de Isabel.

Luego de hablar por un tiempo con Isabel. Ella se fue. Quedamos en ir al ginecólogo en cuanto me desocupe un poco.

Al llegar la noche, dejo todo a un lado. Llevó mis manos a mi cuello y les doy un masaje.

Me sentía tan estresada que solo hay una manera para que mi cuerpo se relaje. Y es sintiendo el cuerpo de mi esposo unido al mío.

Tomé el celular, el cual se encontraba encima del escritorio. Me decepcioné mucho al no ver ni un solo mensaje de parte de Rogelio.

Ese hombre me ha obsesionado con él. Es tan maravilloso, atento, y romántico. Que te acostumbras tanto a ser tratada como una Reina.

Llevó un par de semanas trabajando en la empresa y cada noche, Rogelio me manda un mensaje, para que vaya a su oficina. Me besa con tanta pasión, qué hace perderme en él.

Aunque todavía no hacemos el amor en su oficina, sería una buena experiencia hacerlo ahí.

Caminó a la ventana, veo hacia la oficina de mi esposo. La luz todavía estaba encendida, eso quiere decir que él todavía continúa trabajando. Rogelio, parece no cansarse, todo el día está ocupado y aún tiene tipo para mí.

Salgo de mi oficina, sin antes dejar bajo llave todos los diseños. Son diseños muy importantes, y en los que he estado trabajando los últimos días.

No me quiero imaginar que pasaría si uno de ellos se pierde... La exposición es el viernes a medio día, y para eso, faltan solo dos días

Cerré despacio la puerta. Al pasar por el pasillo. Soy empujada a una de las oficinas de lado derecho.

Todo está oscuro, no puedo distingue nada. Eso me deja sometida en un profundo miedo, cuando, reaccionó, ya es demasiado tarde.

La mano del hombre se coloca en mi boca evitando que pueda gritar. Mis ojos se abrieron enormemente a causa del inmenso miedo que invade mi cuerpo.

___ Tranquila, te va a gustar. ___ La voz de Rogelio se escucha muy cerca de mi oído.

Separa su mano de mi boca, y enciende las luces detrás de mí. Quería matarlo a golpes, ¿Cómo se atreve a pegarme un susto como este?

___ ¡¿Estás loco?!

____ ¡Por poco me matas del susto! __ Lo golpeo con fuerza en el hombro.

Me carga entre sus brazos y me lleva al escritorio cerca de la ventana. Me deja encima de él suavemente...

___ ¿Mi madre habló contigo? __ Me dice abriendo mis piernas y entrando en medio de ellas.

Su mano pasa por mi cuello y va subiendo lentamente por mi cabeza hasta enredarse en mi cabello. Me jala suavemente acercando mi cabeza a sus labios.

Este hombre sabe bien como manejar mi cuerpo. Sus labios rozan los míos, sin darme oportunidad de contestarle la pregunta que me acaba de hacer.

Rogelio luego de dibujar una línea en sus labios, los une a los míos. Su mano se enreda con más fuerza a mi cabello, sometiéndome a él.

Soltó su mano de mi cabello, y fue soltando los botones de mi camisa. Sentir sus manos recorrer mi piel era una sensación maravillosa.

Hace que pierda la voluntad y me olvide de todo lo que pasa a mi alrededor. Mi sostén desaparece de mi cuerpo, al igual que mi blusa. Mi falda es levantada por encima de mi cintura.