Mi Vida Como Mafiosa

Sebastián sonríe al ver la respuesta de Jazmín, esa mujer era sin duda alguna única. Hermosa, divertida, peligrosa y bastante inteligente.

En la mañana siguiente se levanta temprano para prepararse para la noche, estaba ansioso de finalmente poder estar cerca de ella y conversar sin ser interrumpidos.

Theo fue arrastrado por Sebastián para ver el mejor regalo para Jazmín, él mismo no sabía que darle de regalo a esa mujer, ella lo tenía todo, todo aquello que tuviese ganas de comprar lo hacía.

Al final de la tarde no habían comprado nada y habían vuelto a casa cansados de tanto caminar.

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Jazmín estuvo todo el día reunida con su abogada legalizando los documentos firmados por sus socios el día anterior.

Al terminar ambas se despiden, nadie sabía la verdadera profesión de aquella mujer, hasta los hombres de Jazmín pensaban que se trataba de una masajista que Jazmín llamaba en algunas ocasiones, especialmente luego del estresante día que tuvo el día de ayer. Jazmín prefería que fuese de esa manera para mantener los asuntos legales lejos de los ojos curiosos y también porque al mantener todo en sigilo la mujer que es su abogada puede vivir una vida tranquila y lejos del peligro.

Antes de ir a prepararse para su encuentro con Sebastián decide pasar a la cocina y pedir que al terminar todos fuesen a descansar, ella misma se encargaría de servir la cena a su invitado.

Las cocineras y ayudantes se extrañan con aquella petición, pero aceptan al final llevarle la contraria a Jazmín es lo mismo que pedir que la despidan.

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Vincent tuvo el día libre para salir de la casa y distraerse un poco, pensaba en ir al cementerio para visitar a su padre, pero antes de partir se encuentra con una conocida.

La mujer al verlo levanta la mano en modo de saludo y se aproxima, él permanece en el lugar devolviendo el gesto con la mano.

_Señor Cassano, tanto tiempo.

La mujer con un rubio platinado y un bronceado exagerado era bonita y por su manera de vestir demostraba su poder económico. Sus ojos marrones analizan a Vincent de cima para abajo.

_Señorita Rizzo, no esperaba encontrarla en este lugar.

_Vine a comprar algunas cosas aprovechando que mi hermano está en la ciudad, ya sabes cómo es de sobre protector.

_En ese caso debería volver antes de que mande a los de seguridad.

La mujer hace un puchero y se aproxima más un poco a Vincent.

_No le importará dejarme unos minutos con el heredero de la familia Cassano, sabes que mi hermano al igual que yo te apoyamos y respetamos a ti como el verdadero líder de la mafia Cassano. Aquella mujer no merece estar en aquel lugar.

Antes de que pudiera continuar Vincent se aparta un poco y separa las manos de la mujer de sus brazos.

_Esa mujer que mencionas es mi jefa, a la cual apoyo y respeto. Si está en el lugar que está ahora es porque se lo ganó, pero no perderé mi tiempo explicándole algo así a una persona tan ignorante.

Ella se sorprende por la respuesta de Vincent, antes de darle tiempo para responder él ya se había marchado. Ella permanece en el mismo lugar analizando las palabras que había escuchado, entendiendo finalmente que él había insinuado que era demasiado torpe como para entender sus motivos.

Furiosa por aquello vuelve en donde sus guardias la estaban esperando.

_Quiero ver a mi hermano.

_Señorita el jefe está ocupado.

_Dije que quiero ver a mi hermano, ¿Acaso no entiendes? Date prisa.

Sin otra alternativa el pobre hombre toma su celular y manda un mensaje a secretario de su jefe avisando que la señorita Rizzo exigía una reunión con su hermano.

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Jazmín había terminado de arreglarse, decidiendo no usar más que un vestido sencillo y un poco de labial para dar un toque elegante, pero sin mucho maquillaje.

Las cocineras habían hecho lo que había pedido y se marcharon hace algunos minutos, la seguridad de la casa continuaba de la misma manera, pedir que las empleadas se retiraran era para tener un poco más de privacidad al conversar con su invitado.

Ella observa la mesa y la comida dejada en un pequeño carrito especial para transportar las cosas con más facilidad y sin el riego de derramar toda la comida en el camino.

Sebastián llega un momento después, el nerviosismo de finalmente tenerla tan cerca se había disipado un poco durante el viaje hasta la casa. Vestía de una manera en la cual no admirar su cuerpo resultaba imposible, Jazmín había sentido cierta atracción por la manera en la que ese hombre se vestía de manera sensual y elegante.

_Buenas noches señora Vecchi, espero no haberla hecho esperar.

_Buenas noches señor Vitali. Acabo de terminar algunos pendientes, no espere mucho tiempo.

Sebastián no podía desviar sus ojos de aquellas curvas, la manera en la que ese vestido acentuaba su cuerpo era tentador y verla de aquella manera natural, sin mucho maquillaje era aún mejor de lo que podría imaginar.

Jazmín lo guía hasta la mesa en donde ella sirve la comida y un poco de vino a su invitado. El mismo se extraña al no ver ningún empleado que hiciera aquello por ella.

_Debo admitir que no esperaba ser servido por la mismísima Jazmín Vecchi. Me sorprende.

_Preferí hacerlo de esta manera, así podremos hablar sin ser interrumpidos o que ojos curiosos vean lo que no deberían.

_Inteligente.

Ella toma asiento y toma con una mano la copa que tenía al frente con lo que parecía ser un poco de jugo natural.

_Ahora vayamos a lo que importa, ¿Cuáles son esas informaciones que podrían interesarme?

Al escuchar la pregunta Sebastián sonríe.