NO ME DEJES, OMEGA

Eran pasadas las nueve de la noche cuando Martin llegó a un bar, quería emborracharse, se sentía un completo imbécil por cómo había actuado con Noah y ahora este no lo quería perdonar. Algunas lágrimas bajaban por su rostro al recordar todo lo que le hizo a Noah en el pasado y como este ahora lo trataba con indiferencia. En ese momento Ezra se sentó frente al alfa.

MARTIN: ¿Qué haces aquí Ezra?_(preguntó enojado)

EZRA: Solo vine a acompañarte, sabía que estarías aquí tomando.

MARTIN: No necesito tu compañía Ezra, lárgate de aquí.

EZRA: Me tratas así, por ese maldito Omega cierto. Pero mientras tú sufres por él y dices que lo amas, él es feliz con su familia.

MARTIN:  De qué familia hablas.

EZRA: De su esposo y su hijo.

MARTIN: Mi Omega no está casado con nadie más y mucho menos tiene un hijo, así que deja tus intrigas sin lado y vete de aquí.

EZRA: Mira por ti mismo._(dijo mostrándole la foto donde estaba Noah con el niño sentado en las piernas y el alfa agachado frente a ellos)

Martín miraba la imagen fijamente y un sentimiento de soledad y tristeza se instaló en su pecho, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Ezra al verlo vulnerable,se acercó a él y lo abrazó por la espalda.

EZRA: Ve con tus propios ojos, Noah siempre ha sido un Omega fácil. El no merece nada de ti, en cambio yo, he estado siempre a tu lado, te he amado siempre sin importar nada._(después de decir eso trato de besarlo en los labios)

MARTIN: Aunque Noah tenga ya su propia familia, yo jamás volveré contigo Ezra, yo a quien amo es a Noah.

EZRA: Lo amas, aunque es probable que te haya sido infiel durante su matrimonio, ese niño por la estatura que tiene, tiene más de cuatro años._(dijo con enojo)

Martín lo apartó de él y le dió una bofetada.

MARTIN: Noah jamás me sería infiel mientras estuvo conmigo.

EZRA: Lo defiendes aún después de ver estás fotos.

MARTIN: Sí, lo defiendo, porque conozco a mi Omega y te conozco a ti. El jamás haría algo tan vil como serme infiel durante nuestro matrimonio. Pero tú harías cualquier cosa para que yo desconfíe de él, no sé en qué demonios estaba pensando cuando te creí cada mentira sobre él.

Después de eso, Martin salió del bar, esa foto lo desestabilizó por completo, no podía creer que Noah en verdad se haya olvidado de él y haya formado una familia con otro hombre.

Martín un poco aturdido por la idea de que Noah esté casado, se dirigió a la casa de este, allí se estacionó a una distancia prudente y esperó hasta que Noah saliera de casa. Siendo el lunes por la mañana, Noah después de prepararse y preparar a su hijo, salió de casa para llevar al niño al colegio. Martín al verlos salir a los dos, los siguió en su auto hasta el colegio, vió como Noah bajaba del auto junto al niño y cerca a la entrada estaba el alfa que aparecía en la foto junto a Noah.

Noah por su lado al ver a Saúl allí se sorprendió un poco pero lo saludó educadamente.

NOAH: Buenos días señor Saúl, que coincidencia verlo por aquí.

SAUL: Buenos días, señor….

NOAH: Oh lo siento, mi nombre es Noah.

SAUL: Noah, si es una coincidencia, mi hijo está cursando el segundo grado aquí.

NOAH: Entiendo. 

LIAM: usted es el señor que curó mi herida.

SAUL: Si pequeño, ¿cómo estás hoy? ¿Aún te duele?

LIAM:  Un poco pero mi papi me curó otra vez.

NOAH: Fue un placer verlo señor Saúl. Debo dejar a mi hijo en su salón.

SAUL: Digo lo mismo. Hasta luego.

LIAM: Hasta luego señor..

Luego de despedirse, el alfa se fue de allí y Noah entró al colegio a dejar a su hijo en el salón.

NOAH: Corazón, te portas bien y le haces caso a tu maestra, de acuerdo.

LIAM: De acuerdo papi, me portaré muy bien.

NOAH: Bien. Hoy te recogerá tu niñera, yo tengo una reunión urgente y no podré venir por ti.

LIAM: Está bien papi.

Noah se despidió del niño y la maestra y se dirigió a su trabajo.

NOAH:  Este diseño es para entregarlo dentro de una semana. Entonces porque aún no se han ensamblado.

Secretario: El encargado de proveer las esmeraldas, es el señor  Salvatierra. Pero él está exigiendo nuevamente un aumento del porcentaje de ganancias 

NOAH: ¿Otro aumento? Está es la cuarta  vez que lo pide en estos dos meses.

Secretario: así es, el porcentaje  se le ha aumentado ya dos veces. Sin embargo él sigue pidiendo más.

NOAH: Comprendo, pero por ahora no podemos buscar otro esmeraldero. Este pedido debe ser entregado a tiempo.

Secretario: Entonces qué debemos hacer jefe.  

NOAH: Mmm, llama al señor Salvatierra y concerta una cita, dile que hablaré personalmente con él para llegar a un acuerdo.

Secretario: de acuerdo jefe. Pero, usted sabe la reputación del señor Salvatierra._(dijo con preocupación)

NOAH: Lo sé, pero debemos llegar a un acuerdo con él, para poder entregar nuestro pedido a tiempo.

Secretario: ok.

El secretario fue a concertar la cita y Noah se dirigió a su oficina a seguir trabajando.

Ya era mediodía y Martin seguía fuera del colegio, quería ver más de cerca al niño. Así que esperó hasta la hora de la salida, cuando vio al niño entre la multitud, se acercó a la maestra y le dijo que recogería al niño.

Maestra: Lo siento señor, pero el padre del niño dijo que lo recogería su niñera.

MARTIN: La niñera tuvo un pequeño accidente y no podrá venir. Así que me encargaron a mí recogerlo.

Maestra: tendré que llamar al señor Betancourt para que me corrobore esto, entenderá que no puedo entregar al niño a cualquier persona.

La maestra le llamó varias veces a Noah, pero este no contestaba dado que estaba en una reunión y su teléfono se había quedado en la oficina.

MARTIN: El niño estará seguro conmigo, yo soy su padre.

Maestra: Pequeño Liam, conoces a este hombre.

LIAM: No maestra.

Maestra: Disculpe, pero no podré entregarle al niño._(dijo colocando a Liam tras ella)

MARTIN: Maestra mi nombre es Martin D’Alcocer. Cómo le dije yo soy el padre del niño._(dijo entregándole una tarjeta de presentación a la maestra)

LIAM: Usted es Martin.

Maestra: Liam conoces o no al señor.

LIAM: creo que mi papi lo conoce.

La maestra estaba indecisa con lo que pasaba pero también Liam era el último niño allí y ella debía ir a un examen médico.

Maestra: Bien, le entregaré al niño. 

MARTIN: Gracias.

Martín tomó al niño de la mano y se dirigió con él al auto para llevarlo a una cafetería. Al estar allí le pidió un batido de chocolate y un postre.

MARTIN: ¿Por qué no comes?_(preguntó con curiosidad)

LIAM: Señor, yo no lo conozco y mi papi dijo que no debía recibir nada de extraños._(dijo viendo fijamente el postre)

MARTIN: Entiendo, tu papi te ha enseñado muy bien. Me presento de nuevo, soy Martin D’Alcocer y tú papi es Noah Betancourt, he trabajado con él._(dijo con una sonrisa)

LIAM: Por qué le dijo a mi maestra que usted es mi padre._(preguntó viéndolo con curiosidad)

MARTIN: Tu papi y yo estamos casados y es probable que yo sea tu padre.

LIAM: Si está casado con mi papi, ¿porque nunca lo había visto?._(preguntó ladeando su cabeza)

MARTIN: Eso es porque hice enojar mucho a tu papi. Pero no hablemos de eso, dime ¿cómo te llamas?

LIAM: Me llamo Liam Betancourt.

Mientras ellos hablaban, Noah recibió una llamada de la niñera que le decía que el niño no estaba en la escuela y al llamar a la maestra para preguntarle está le dijo que el padre del niño lo había recogido. Noah sintió su corazón acelerarse como si quisiera salir de su pecho. Sin más colgó la llamada y llamó a sus conocidos preguntando por el niño, llamó a su casa y a todo aquel que pudiera tener al niño, pero ninguno le daba razón. Su mente empezó a trabajar sin parar y a su cabeza llegó una sola persona, Saúl, él era la única persona extraña a su círculo, primero lo había visto en el parque y luego en el colegio. Sin embargo solo tenía el nombre del hombre, sin apellido ni número de contacto. Fue a la policía a reportar, pero le dijeron que no podían proceder aún ya que el niño llevaba solo dos hora perdido.