Rome Fantasy

A pocos kilómetros de la ciudad fortaleza, al otro lado de una colina lejos de las miradas de los sitiadores. Mario invocó a dos nuevas legiones: la I Legión Itálica y la II Legión Gallica.

Entre estas invocaciones, una nueva unidad de caballería fue implementada: el catafracto romano.

Introducidos en el ejército romano en el siglo II, no fueron realmente eficaces hasta el siglo IV.

Los romanos fueron los primeros en introducir a los catafractos a Occidente, lo que siglos más tarde se convertirían en los caballeros medievales a caballo.

Y ahora con la introducción de nuevas tecnologías ideadas por Mario como el estribo y la silla de montar, la eficacia de la caballería romana en el campo de batalla era mucho más mortífera.

* * *

Ciudad fortaleza.

La ciudad se construyó como una media para defenderse de monstruos, así como del Imperio Owary.

La ciudad tiene una forma circular, hay un palacio fortificado y altos muros que rodean la ciudad.

Para protegerse de las Invasiones enemigas, los muros tienen alrededor de 15 metros de altura y están hechos de materiales resistentes.

La ciudad amurallada ha sido confiada a la familia Rabry por generaciones. Actualmente, solamente queda un miembro de la familia con vida: Drina Rabry.

Actualmente, hay alrededor de 1.000 soldados del reino dentro de la ciudad. Además de 500 soldados privados de la familia Rabry. Esto sin incluir a los cientos de aventureros que hay en la ciudad, que tiene una población de 50.000 habitantes.

Mario tenía como objetivo liberar a la ciudad antes del anochecer.

Los exploradores a caballo que envió por delante llegaron con un informe.

-Hemos recibido un informe de la unidad de exploración.

En su centro de mando improvisado, el segundo al mando de esta campaña, el general Appius Claudius Caudex (Apio Claudio Cáudex), le informa a Mario.

-¿Cuál es la situación?

-Una de las puertas ha caído, pero las tropas defensoras aún contienen a los invasores en las ruinas de la puerta. Además, al ejército imperial no parece faltarle capacidad ofensiva y continúan presionando.

-Envíen primero a la caballería pesada para que flanqueenn a los invasores. Seguramente no esperaran la llegada de refuerzos tan pronto.

-Entendido, mi César.

* * *

Siguiendo a la infantería en marcha de formación de combate, Mario mira desde su caballo la intensa batalla.

Los arqueros de las murallas disparaban una gran cantidad de flechas al enemigo. Incluso un mago está lanzando bolas de fuego.

-Si no me apuro, esto se pondrá feo...

* * *

Mientras los imperiales luchan por intentar entrar en la ciudad. Uno de los soldados en la retaguardia nota algo extraño.

-Me pregunto, ¿podría ser ese sonido los refuerzos del reino?

-¿Acaso importa? Cualquier refuerzo que llegue ahora sería insignificante.

-No parecen refuerzos. Acaso son... ¿Caballos de metal?

-¿Ah?

Cuando el soldado dijo eso, ambos miraron a los catafractos cargando directamente hacia ellos.

-¡¿Qué es eso?! ¡Nunca antes había visto algo así!

-No sé que es eso, ¡pero no parecen amigables!

Al oír el grito de su capitán, los demás soldados ponen sus lanzas al frente.

Los catafractos adoptaron la formación de cuña y embistieron contra el enemigo.

Al igual que un cuchillo cortando carne, la línea enemiga se dividió.

El enemigo al ver que sus lanzas y espadas casi no hacían daño a los catafractos gracias a sus loricas squamatas o armaduras de escamas que protegían tanto al caballo como al jinete, hace que la moral del enemigo comenzara a tambalearse.

Cuando la infantería finalmente llega a la ciudad. Estas comienzan a combatir contra los enemigos que aún mantenían la formación.

-¡¿Quiénes son?!

-¡¿De dónde vienen?!

-¡¡Retirada!!

Algunos soldados enemigos que estaban siendo atacados en dos frentes, por los romanos y los defensores, intentaban escapar.

-¡Oigan! ¡Sigan luchando!

-¡Contraataque!

Algunos soldados intentaron contraatacar, pero el imparable avance de los disciplinados legionarios los redujo a simples cadáveres.

-¡¡Cargar!!

-¡¡Uaaa!!

Los soldados defensores que mantenían a raya a los invasores al ver que llegaron lo que creyeron que eran los refuerzos del reino, les provocó que les subiera la moral a tope y empezaron a presionar al enemigo.

Tras casi media hora de batalla, tomando una difícil decisión, los soldados imperiales decidieron retirarse.

Después de que los enemigos huyeron, un gran número de cadáveres llenaron el campo de batalla, tanto de romanos como de imperiales.

-Envíen a la caballería ligera para que hostigue a los rezagados que huyen, y que mi séquito me siga. Voy a encontrarme con el comandante de la ciudad.

-Entendido, mi César.

Mario se alegra de que la batalla hubiera terminado, así que dejo al general Caudex en la puerta y llevo a sus guardias para encontrarse con la gobernadora Drina Rabry.