Josefina Valle, venía del mundo de copas y pooldance, bailaba en un antro de la ciudad. Fue testigo de un asesinato y debió esconderse en un convento.
Gustavo Singer, empresario, viudo, nunca pudo recomponerse del accidente que hizo perder a su mujer, y esto lo llevó a no hacerse cargo de su hija Emilia.
Por esas cosas de la vida, y a través de una mentira, Josefina será su niñera y nadie sabe que pasará cuando esa mentira salga a la luz. Pero será solo la mentira de Josefina?, o también la mentira de Gustavo que harán de Josefina ser una prisionera de ellas...
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capítulo 15
*Josefina.
Si bien me sorprendió, ver a mi jefe, llegar a este lugar, luego me predispuse a entender a que había venido, después de disculparse, me manifiesta su necesidad de conocerme más y ganar su confianza y yo le propuse lo mismo, más que nada para poder entender mejor, su actitud frente a Emilia y también poder conocer su dolor, que seguramente también tiene que ver en su accionar.
Comencé contándole sobre mi familia, que tenía 6 hermanos, tres mayores, 2 varones y una mujer, que yo era la del medio, y que luego venían 1 varón y 2 mujeres, que no teníamos demasiada diferencia de edad, que mis hermanos y hermana mayores, me habían dado 5 hermosos sobrinos y que la más chica, con tan solo 18 años, también me había dado un sobrino. Luego de eso, lo habilite, para que hiciera sus preguntas.
- parece que tus padres no perdieron el tiempo.
Comentario que me hizo sonreír.
- ellos desde que se conocieron, llegaron al acuerdo de que iban a tener una familia numerosa.
- y es por todos ellos que los extrañas?
- si, me equivoque en irme, yo con ellos tenía la seguridad de estar protegida, no tenemos mucho, pero siempre nos ayudamos entre nosotros y somos felices.
- y porque te fuiste?
- porque me enamoré de la persona equivocada. Diego se llama, él me dijo que viniendo aquí teníamos más posibilidades de progresar, poder casarnos y tener una familia. Pero en cuanto llegamos, él, no sé si ya lo tenía arreglado o lo decidió aquí, pero me dejó sola, con el gasto del hotel y sin conocer nada ni nadie, se casó con una mujer nativa de este país y no supe nada más de él, lo hizo para no ser ilegal, y obtener todos los beneficios.
- que atorrante, poco hombre ...
Ahora vendría lo difícil, tener que mentirle.
- después de eso, empece a trabajar en la panadería, y luego me tocó ser testigo de un asesinato, así es como llegué al orfanato. Y bueno, aquí estamos.
- no me vas a creer, y también puede que suene mal, pero fue una suerte, que todo te trajera a nosotros.
No sé porque tuve una extraña sensación, siento como mis mejillas comienzan a arder, trató de no mirarlo directamente a los ojos, algo me evita a hacerlo, me incomoda.
*Gustavo.
Veo como sus mejillas toman enrojecimiento, eso me da una esperanza, algo la movilizó. Quizás decirle que teníamos suerte de tenerla, y es así, soy egoísta, y a pesar de que para ella, fue difícil sobrevivir, estaba contento en tenerla por 3 años.
- bueno, ahora es mi turno. Que necesitas saber?
- que te llevo a dejar a Emilia tan sola, aún sin querer hacerlo.
- veo que sos directa, y que pregunta...
Su pregunta fue un disparo certero, pero si quiero con ella todo, deberé ser lo más sincero posible.
- bueno como sabrás, soy viudo, tenía 36 años, cuando Lorena, mi mujer, con tan solo 30 años, se subió al auto, y sus frenos fallaron, embistiendo a un camión de transportes de escombros, perdiendo la vida en el acto. Para más la autopsia, dio como resultado que estaba embarazada de 1 mes. Emilia tenía un año, la vida se me vino encima, como si fueran los escombros de ese camión, nosotros nos amábamos, éramos una pareja feliz, en ese entonces, yo iba a trabajar y volvía lo más pronto posible para encontrarme con mi mujer y mi hija. Encontrarme de la noche a la mañana, sin su cuerpo, su sonrisa, su calidez, su bondad, fue muy duro, tanto que antes de caer en una depresión total, decidí alejarme de todo aquello que me la recordara, debía seguir con mi empresa adelante, y únicamente así pude lograrlo. Como Emilia era tan chiquita, y no demostraba síntomas de haber sido afectada, me sentí menos culpable de dejarla a cuidados de Susana, quien ya venía trabajando para mi familia. Pero no me di cuenta de que mi niña crecía, y con ella sus necesidades. Y yo, que creía ser el único que sufría, acomode mi vida y la de mi hija, como para que todo funcionará sin afectarme, hasta trate de iniciar tratamientos psicológicos, que en cuanto notaba que me llevaban a tratar de superar la ausencia de Lorena, los dejaba, no quería olvidarla.
- es una historia muy fuerte, evidentemente la amas demasiado, mi abuela decía, que es mucho mejor conocer el amor y perderlo, que no haber conocido el amor nunca. Fuiste un privilegiado, tuviste un amor y del bueno.
- hablas como si vos no lo hubieses vivido...
- yo?, no, creí que si, pero no fue así, no me dolió que se casara con otra, me dolió que me trajera aquí y me dejara sola, si se hubiese ido solo y nunca volvía, yo hubiese seguido mi vida, pero lamentablemente, me di cuenta de eso, cuando ya estaba aquí.
- él fue tu único novio?
- si, no era de salir mucho, y él era de mi barrio, así fue como lo conocí y creo que ambos nos equivocamos.
- entiendo, no era tu amor.
- no, pero no pierdo las esperanzas, quizás, algún día vuelva y me enamore perdidamente.
- y porque no aquí?
- no lo sé, aquí no conozco a nadie, no tengo amigas como para salir, así que las posibilidades de conocer a alguien se acotan mucho.
- quizás tengas el amor, más cerca de lo que crees.
- quien Leandro?, no, lo aprecio, pero no como un amor posible, además, Manuela, está enamorada de él.
Escuchar eso, me tranquiliza mucho, es evidente que para él es lo contrario, por suerte saber de que con ella no tiene oportunidad, es un alivio, pero también me doy cuenta que yo tampoco.
- no hablaba de Leandro, hay otros hombres.
Ella me mira, no dice nada, solo suspira y vuelve a mirar al lago.
- no lo sé...
- Josefina, te voy a decir algo, ayer con tus palabras, me di cuenta de lo mucho que me había equivocado con mi hija, cosa que desde hoy, pienso revertir, siempre di por sentado de que no volvería a poder vivir en la mansión, ayer lo hice hasta ahora, y recientemente, me di cuenta, de que puedo volver a enamorarme, cosa por la que estoy trabajando. No te aferres a una única opción, quizás el destino de tu amor, no sea en tu país, sino en este. El destino fluye, no te cierres a el, es mi consejo.
- lo tendré en cuenta, gracias.
- bueno, me tengo que ir, quiero ver a Emilia antes de irme. Vos vas a la mansión?
- no, me quedaré un tiempo más, traje una vianda, así que podré disfrutar más de este lugar.
Yo no podía dejar de mirar, sus labios, sus gestos, su forma de mover las manos, al hablar.
- sí, es muy hermoso, todo lo que está aquí. Cuídate.
Ella me mira y se sonríe, y yo siento mi corazón latir fuerte.
- me olvidaba, podés anotar en mi teléfono, tu número, es bueno para comunicarnos directamente por Emilia.
- si, por supuesto.
Toma mi teléfono y anota el suyo, luego lo guarda en la memoria.
- gracias Josefina, nos estamos llamando o viendo.
- hasta la próxima, señor Gustavo.
- cuando estemos fuera de la mansión, es solo Gustavo.
- ok, Gustavo, hasta pronto.
- así será, te lo prometo.
Me di media vuelta y comencé el camino de vuelta, fue hermoso conocerla mejor, y también fue hermoso poder hablar de lo mío, ya sin tanto dolor.
Una vez en la casa, estuve con Emilia, le prometí que de ahora en más, iría todos los fines de semana, noticia que la puso muy feliz.
Luego, nos fuimos con Damián, en el helicóptero le conté todo, el me aseguro que seguramente, alguna fibra había movido en Josefina, y yo quedé ilusionado de que así fuera.