La Forma Del Amor

Después de acomodar nuestras cosas y las de la niña misma se puso a recorrer la casa señalando con su dedito hacia donde quería ir.

Por lo cual se dieron cuenta que el objetivo se había logrado porque en ningún momento la niña mostró temor sino solamente curiosidad.

El que estaba más feliz era Mateo porque la niña se tomaba de la mano para poder indicarle hacia donde quería ir.

Todo parecía estar mejor que bien, lo primero que hicieron al llegar fue a recorrer la habitación donde iban a dormir era una especie de pequeño departamento.

Después de eso se dispusieron a recorrer el resto de la casa.

Todo iba de maravilla, pero como nada es para siempre justo cuando estaba acercándose la hora de la cena cuando la niña aún estaba emocionada por el nuevo lugar.

Llegaron los amigos de Mateo, en ese instante Valentín no estaba en la sala.

La tarde estaba refrescando un poco y aunque la casa tenía clima, decidió ir por un suéter para poder cubrir a la niña por si está quería ir al jardín a echar un vistazo, puesto que mateo dijo que había instalado algunas luces para que se pudiéramos dar paseos nocturnos, si es que se nos antojaba.

Cuando se pusieron de acuerdo de regresar a la casa, Mateo prometió que por ser el primer día no iba a haber nadie más excepto ellos 3.

Valentín le creyó así que no se preocupó por mantenerse cerca de la niña en todo momento como lo hace siempre.

Por eso cuando iba regresando a la sala oyó el llanto de la niña otra vez.

Trato de avanzar lo más rápido que podía con la silla y lo que vio lo dejó sin palabras.

La niña estaba en brazos otra vez de esa mujer y Mateo trataba de calmarla, pero estando está en los brazos de esa mujer.

Raquel lloraba y repetía" no, no, no," trataba de bajar de los brazos de Abigaíl.

Valentín: Qué está sucediendo otra vez?.

Es en serio!.

Simplemente, no lo puedo creer.

Mateo: Lo que pasa es que vinieron a ver a mi hija y bueno no puedo ser grosero y menos dejar que porte grosera con las personas

Valentín: Y por eso prefieras que la niña esté incómoda en vez de incomodarlos a ellos.

Digo esto mientras extendía los brazos para que le pasaran a la niña que con más fuerza lloraba.

Tanto fue la fuerza que puso la bebé que casi estuvo a punto de caer de los brazos de los de las dos personas.

Y por temor a que se les terminará cayendo, mateo prefirió entregarla a Valentín.

Mateo: Ya mi amor tranquilo, la tía Abigaíl no te hará daño.

Sandro: Dámela tal vez, la puedo calmar: dijo también para no quedarse fuera de la conversación.

Dijo esto extendiendo los brazos hacia Valentín para qué le entregará la niña.

Mateo estuvo a punto de recoger a Raquel de vuelta para ponerla en los brazos de su amigo.

Tienes razón solamente está haciendo berrinche, dijo esto tratando de restarle importancia al comportamiento de la niña.

Valentín: Basta, Raquel no es un muñeco para que la pasen de un lado a otro, sin importarle lo que ella quiere.

Manteniéndola en sus brazos para que nadie más la arrebatara de ellos.

La acomodó sobre sus piernas y con un brazo la sostuvo y la mano libre la uso para maniobrar su silla.

Mateo: Pero íbamos a cenar todos juntos.

Valentín: Cenen ustedes no creo que Raquel quiera quedarse.

La niña seguía sollozando escondida en los brazos de Valentín, cuando este se iba alejando se topó con la señora del servicio cuando está iba a avisar que la cena ya estaba servida.

Mari por favor lleva mi cena y la de la niña a mi cuarto.

Mari: Si señor en seguida.

Fue así como los tres amigos se quedaron en el comedor a disfrutar de sus alimentos y las otras dos personas cenaron solas y sospechaban que sería de esta forma de ahora en adelante.

Valentín creyó que mateo iría a ver a la niña antes de que está se durmiera, pero no fue así.

O al menos no fue mientras estaban despiertos, Mateo trato de estar libre antes, sin embargo, Abigail y Sandro hacían de todo para no irse de ahí, con el pretexto de conocer la casa.

Estos se fueron hasta cerca de la medianoche y a esa hora definitivamente la niña ya estaba dormida aunque no esperaba que Valentín también ya lo estuviera.

Así que solo le dio un beso de las buenas noches, y luego se fue a la habitación que tenía en esa área.

Llegó la mañana siguiente necesitaba irse temprano quería adelantar trabajo lo más posible porque quería llegar temprano a Cena pues no le daría tiempo regresar para el almuerzo así comería algo rápido en él trabajo.

Por lo tanto quiso vestir a la niña, para así convivir un poco con ella.

Pero cuándo fue a la habitación de la niña vio que no estaba ahí.

Está en plena noche cerca de la madrugada estuvo muy inquieta, tanto que llamó la atención de Valentín, ya que ambas habitaciones estaban conectadas por una puerta, la cual Valentín dejaba abierta para asegurarse de escuchar a la niña en dado caso que llorara.

Es por eso que se dio cuenta de la incomodidad de la niña, pensó que era por el suceso que había pasado en la tarde entonces decidió que la niña estaría mejor durmiendo con él.

Así fue como mateo encontró a los dos durmiendo, aunque casualmente la niña ya estaba despertando y al abrir los ojos se topó con la mirada de su padre.

La niña se asustó y pegó un grito el cual despertó a Valentín sobresaltado inmediatamente extendió sus brazos para acurrucarla en su pecho y tratar de calmarla.

La niña al sentirse protegida se tranquilizó sin embargo se negó a mirar en dirección de su padre.

Mateo por más que intento sostenerla y abrazarla, no lo logro.

Pero que sucede por qué no quiere que la abrace pregunto en voz alta a nadie en especial.

Valentín: Y que esperabas?.

Que pensaste que sucedería si la entregabas a los brazos de la persona que le da miedo.

En serio no te has dado cuenta que tu hija le teme a Abigail.

Siento decirte esto pero lo que habías avanzado con la niña lo acaba de retroceder.

Sabes que es lo que esto significa.

Mateo: No

Valentín: Significa que tu hija otra vez no confía en ti y no sé cómo le vas a hacer para volver a recuperar tu confianza.

Mateo: Y por qué piensa que sabes cómo educar a mi hija, solo eres la persona que y cuida mientras que yo soy su padre.

Valentín: Sabes que no quiero seguir hablando contigo, me estás empezando a gritar y si no crees en mí y en lo que digo ve y pregúntale a la psicóloga a ver qué te dice ella, después de todo ella es la profesional y yo como bien dice solamente lo estoy cuidando.

Ahora será mejor que te vayas o la niña no estará cómoda.

Dijo esto ya que en cada palabra que decía Mateo alzaba la voz un poco más, sin darse cuenta.

Este salió de su casa totalmente desanimado, todo le había salido mal.

No pensó que dejar que alguien más abrazara a su hija causara tanto problema.

Llegando a su oficina reviso su horario y lo que no era tan urgente o lo que se podía posponer pidió a su secretaria que lo pasara para otro día necesitaba liberar un poco de espacio, no sin antes verificar que la psicóloga tuviera tiempo de atenderlo también.

Y eso hizo, salió mucho antes de lo que había planeado e hizo una visita a la mujer que atendía a su niña.

Esta le dijo lo mismo que Valentín había dicho y le explicó que los niños son muy sensibles y que difícilmente olvidan a quién les hace daño y menos cuando ha pasado muy poco tiempo y desgraciadamente lo que había dicho su cuidador era cierto, lo que había avanzado con su hija los había retrocedido enormemente.

Regreso a casa desanimado y pensando en formas para poder acercarse una vez más a su pequeño tesoro.

Algo que al pasar los días no lograba por más que se esforzaba.