Dea Ashnot
Mi vida habia estado cuidadosamente planeada incluso antes de nacer, el destino estaba escrito para mi, una maldicion y una bendicion, como saber cual escoger, como saber cual era el camino correcto, a que destino me llevaría cada decision que tomara, ellos se llevaban cada parte de mi, haciendome pedazos y volviendome a unir como un rompecabezas.
Eran mi perdición y Mi salvacion, Mi silencio y mis gritos, Mi destino y mi verdad.
Cuando llegara la hora de escoger, a quien escogería?
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Hola mis queridos lectores, esta es la segunda parte de mi novela, La luna sangrada del Rey Alfa, la historia de la hija de Azula y Alec. Espero que la disfruten❤️
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5. No mientras yo viva.
El resto del viaje fue en silencio, nadie dijo nada en todo el camino, la molestia de Rhys y Azuma flotaba en el aire como cuchillos carniceros que amenazaban con descuartizarme, el espacio de la camioneta parecia hacerse cada vez mas pequeño mientras el tiempo pasaba, cerre los ojos intentando quedarme dormida para escapar de su furia pero fue tarde, la camioneta se estaciono y la vista de la mansion se pudo ver por la ventana, habiamos llegado, Rhys abrio la puerta bajandose y metio sus brazos entre mis piernas y cuello cargandome entre sus brazos, entramos a la mansión en absoluto silencio y caminamos por el lado norte, el lugar en donde Rhys y Azuma siempre se quedaban cuando venian, llegamos hacia su habitacion y Azuma abrio la puerta, pasamos y Rhys me solto, mis piernas flaquearon cuando mis pies tocaron el piso y me sostuve de el.
- A la ducha Ahora.
- No quiero.- lo ultimo que queria ahora con tanto frio era meterme a la maldita ducha.
- Dea.- mi nombre se escucho como un maldito reproche en sus labios.
- Que no quiero.
- No te estoy preguntando dea, a la maldita ducha ahora.- Rhys gruño y salte en mi lugar, me despegue de el molesta y me sente en la cama, quite mis botas y mis pies sintieron al fin la libertad, no me habia dado cuenta de lo mucho que me molestaban las malditas botas de tacon hasta que me las quite, Rhys y Azuma estaban cada uno a un lado observandome con miradas serias.
Me levante de la cama y camine hacia el baño intentando bajar el maldito cierre del vestido, entre al baño y la luz blanca me cego subi mi brazo tapando mis ojos y mi cuerpo se mecio hacia atras chocando con el pecho de Azuma, puso su mano en la cremallera de mi vestido y comenzo a bajarlo hasta que mi vestido cayo a mis pies, mis pezones se erizaron por el frio, todos mis bellos siguieron por el mismo camino, no llevaba ropa interior ya que mi vestido era lo suficientemente largo y demasiado entallado al cuerpo como para que se notaran, camine hacia la ducha y abri la mampara justo cuando la puerta sono cerrandose, en este momento mi mente se sintió lo suficientemente cansada como para no querer pensar en todo lo que habia sucedido hoy, habia tenido mi primera borrachera, habia bebido de todas las bebidas alcoholicas que existian, habia bailado por no se cuantas horas seguidas, me habia reído como nunca antes lo habia hecho, estuve a solo segundos de tener mi primer baile con un chico, me habian pillado como a niña traviesa, me habian sacado de una fiesta, habia cabreado a Azuma y a Rhys como nunca antes, me habian traído a casa regañada y me habian susurrado cosas que con solo pensarlas todo mi cuerpo se calentaba, mi maldito corazon se aceleraba y mis piernas se volvían gelatina, nisiquiera la maldita agua fría como un hielo que caia sobre mi cuerpo lograba calmar el calor intenso que se paseaba por mi cuerpo al recordar las palabras que Rhys me habia susurrado, pegue mi frente de la pared queriendo sacar todo de mi mente, queriendo dejar mi mente en blanco y prepararme para lo que me esperaba detras de esa puerta, el tiempo pasaba y el agua helada ya me estaba haciendo doler los huesos, de repente la puerta sono haciendome saltar en mi lugar.
- Dea Sal ahora del baño.
Joder pero quien los entendia, dea báñate, dea no te bañes.
Cerre la mampara de la duña y sali enrrollandome en un toalla, me observe en el espejo del baño, mis pupilas estaban dilatadas, mis mejillas sonrojadas y mi nariz roja, mi cabello goteaba por el agua, me di la vuelta abriendo la puerta y saliendo del baño, Rhys estaba sentado en el mueble de la esquina y Azuma estaba recostado en la cama sin camisa, no era la primera vez que lo veia pero seguia sorprendiendome lo malditamente bueno que estaba, mire hacia otro lado no queriendo seguir observandolo como acosadora, eso definitivamente no estaba bien, Rhys se acerco y estiro su mano hacia mi ofreciendome una camisa.
- Pontela.- la tome entre mis manos y entre al baño de nuevo cerrando la puerta, me quite la toalla y me puse la camisa, el aroma de Rhys estaba en ella, tan masculina y embriagadora.
Sali del baño con la camisa puesta y los dos seguian en el mismo lugar serios, me quede en el medio de la habitación sin saber que hacer, el sueño ya me estaba llegando pero no queria ser abusadora y acostarme en su cama sin su permiso cuando los dos estaban tan molestos conmigo.
- Ven aqui Dea.- Rhys me señalo el lugar a su lado en el mueble y camine lentamente hacia donde estaba, mi corazon latía en mi pecho con furia y anticipación, llegue a su lado y me sente.- Date la vuelta.
Me di la vuelta nerviosa esperando lo que haria y lo senti levantarse, escuche sus pasos irse y venir de nuevo hacia mi, cuando comenzo a secar mi cabello con calma y paciencia, entonces volvi a sentirme como cuando era una niña y ellos siempre me cuidaban, eramos inseparables, aveces los extrañaba, extrañaba estar con ellos aunque eran tan sobreprotectores, una parte de mi le gustaba que fueran asi, que me cuidaran como si fuera lo más preciado en su vida aunque sabía que no lo era.
Rhys termino de secar mi cabello y me llevo de la mano hacia la cama ayudándome a acostarme al lado de azuma, se quito su camisa y apagó la luz acostándose a mi lado, el sueño comenzo a llegar rápidamente y mis ojos comenzaron a cerrarse cuando senti azuma pasar su brazo por mi cintura y pegarse de mi.
- Espero que esto no se vuelva a repetir nunca en la vida dea.- la voz dura de azuma se escucho tan lejana incluso cuando estaba justo a mi lado y bostece cansada.
- Algún dia tendrán que dejarme vivir, pronto sere la reina Alfa y conseguiré a mi compañero, entonces el me cuidara y ustedes tendrán que dejar de sobre protegerme.- las palabras salieron de mis labios como un susurro somnoliento, me acomode en la cama y cerre mis ojos quedandome dormida, escuche sus palabras antes de caer rendida.
- Lo siento mi diosa pero tu nunca perteneceras a alguien mas, no mientras yo viva.