Por Favor Regresa

Irina estaba parada frente al espejo admirando como había quedado el delicado arreglo que se había hecho. Ya se acercaba la hora en la que su montaña, alias Vladimir, pasaría por ella. Estaba nerviosa y emocionada como si fuera una niña a la que le permiten salir por primera vez. En cierta forma lo es, ya que cuando era más joven no tenía ese tipo de salidas, ni siquiera Natacha, que se hacía la más liberal salía cuando eran más jóvenes. No es que ahora fueran tan grandes, solo tiene 23 añitos. Miraba la imagen que le devolvía el espejo con ojitos ilusionados.

La vida de Irina no había sido nada fácil a decir verdad, pero siempre había contado con el amor de sus padres hasta que ellos murieron unos días antes de cumplir los 18 años, razón por la cual nunca fue a un orfanatorio, ya que en cuanto las autoridades tomaron razón de su caso ella ya cumplía su mayoría de edad y podía continuar sola. Eso fue todo un sacrificio, pero su inteligencia le permitió desenvolverse en el mundo sin problemas a pesar del dolor.

Se graduó con honores a los 15 años y unos meses después ingresó a la universidad. Fue toda una gran aventura realizar las dos carreras al mismo tiempo. No tenía un solo minuto libre como para malgastarlo en salidas, además de que era mucho más chica que sus compañeros, sumado al hecho de que ella estaba, tontamente, enamorada de un imposible. Un largo suspiro salió de sus hermosos labios. No iba a permitir que el pasado triste ensombreciera su glorioso presente.

En los negocios, todo marchaba sobre ruedas, en tan solo unas semanas había podido cerrar contratos exitosos. Un nuevo programa estaba en proceso, uno que sabía que sería increíble y muy redituable y ahora tenía la primera cita de su vida.

Una brillante sonrisa salió de sus labios y si mirada se iluminó. Sintió como llamaban a la puerta. Caminó tranquila por su Villa, hasta la puerta. Tenía personas que la ayudaban, pero solo permanecían en el lugar durante el día, llegando la tarde se marchaban a casa. Se había acostumbrado a su soledad.

Al abrir la puerta se encontró con ese rostro hermoso acompañado de un cuerpo espectacular. Todo en ese hombre exudaba poder, firmeza, y hasta un poco de tiranía. Un letrero de neón parecía brillar sobre la cabeza de Vladimir que a Irina le indicaba el peligro, pero desde ese momento ella amaba el peligro.

Parece que un hermoso fénix ha llegado a mi vida dijo el peligro con pies con una sonrisa coqueta en los labios.

Irina sintió que no solo lo decía por el nombre de su villa, sino también por ella misma. Por lo menos así se sentía, una renacida.

Hola Vladimir, espero que el ave sea de tu gusto contestó con la misma coquetería.

Ella misma no se reconocía por la manera en que actuaba con ese hombre. Nunca se imaginó respondiendo de esa manera.

Te puedo asegurar que este ave en especial es lo que he estado esperando toda mi vida contestó con una increíble seguridad extendiendo su mano ¿Vamos? dijo tomándola de la mano de ella y caminando hacia su auto.

Esa noche prometía ser realmente increíble. Era imposible saber cómo terminaría pero estaba seguro de que ninguno de los dos podría olvidarlo nunca.

Y bueno Vladimir Vólkov ¿Quién eres? pregunto de manera directa con una pisca de emoción en la voz. Sentía que tenía que saber todo de este hombre enigmático.

Iban en una hermosa camioneta, lo que a ella no le sorprendió, ella pensaba que ese era el tipo justo de vehículo que manejaría. Algo no solo muy grande, sino también poderoso, parecía ser el fiel reflejo de su piloto. A decir verdad, se hubiera desilusionado si lo hubiera visto tras el volante de un pequeño deportivo como el que conducía Louis; definitivamente todo en él irradiaba un increíble y peligroso poder.

No hay mucho que decir, soy un hombre de negocios, mi vida solo se ha basado en eso desde que tengo memoria y antes de eso me preparaba para serlo dijo mirándola de vez en cuando de manera juguetona.

Quien conocía a Vladimir estaría intrigado por esta faceta del hombre que jamás sonreía y mucho menos se mostraba amable. Ya sus hombres estaban mudos de la impresión de ver que iba por una mujer y le abría la puerta para ayudarla a subir a la camioneta. Eso es algo que nunca habían visto, es más, jamás vieron a su jefe en compañía de una fémina, mucho menos interesado en ella. Todos los que conocía a Vladimir Vólkov pensaban que era gay, incluso su familia y amigos.

Lo siento, creo que fui muy imprudente, yo solo quería entablar una conversación dijo ella pensando que él no quería decir nada. No sabía cuáles eran los planes reales de ese hombre pero ella tampoco era tonta y por más atracción que sintiera no iba a convertirse en la amante de nadie.

Tranquila, no es que no quiera decirlo, o no pueda, realmente no hay mucho que decir, soy una persona muy poco interesante ella lo miró con el ceño fruncido, él era de todo menos poco interesante.

Creo que te subestimas bastante, pero bueno, es su decisión señor Vólkov contestó con una sonrisa inquietante y levanta muertos, ya que algo dentro de Vladimir había cobrado vida. Sólo esperaba que ella no bajara la mirada de sus ojos hacia otro lugar más privado, ya que podría notar su pequeño problema.

Vladimir la miró con una seriedad increíble, su mirada dominante e inquieta la cautivo y algo dentro de ella dio un vuelco. De pronto sintió un deseo increíble de que él la tomara y la hiciera suya de manera salvaje y sin compasión. Quería que la estrujara con esos fuertes brazos.

La temperatura dentro de la camioneta había subido muchísimos grados y todas las prendas que estaban sobre sus cuerpos molestaban, lo peor era que no podían desprenderse de ellas, ninguno iba a dejar salir la necesidad imperiosa e increíble que tenía del otro.

Vladimir quería ir de a poco, ella estaba recién divorciada y su matrimonio fue una porquería lo último que necesitaba era a un déspota, dominante, frío, autoritario e impasible hombre como él.

Hemos llegado dijo risueño. Bajó del coche y la ayudo a ella a hacer lo mismo. La condujo por un camino iluminado con pequeñas lámparas que parecían brotar desde el suelo. Todo lo demás estaba en penumbras.

Irina miraba todo a su alrededor y no podía creer dónde se encontraba. Era el jardín botánico de Ciudad Luz, el lugar más hermoso de toda la ciudad. Las flores y la vegetación lo hacían especial. Ella lo amaba, había pasado muchas horas de su vida perdida entre las distintas especies de flores y arbustos. Veía con deleite las figuras que estos formaban y se maravillaba del hermoso color y aroma que desprendían.

¿Cómo lo…?

¿Cómo lo supe? preguntó Vladimir terminando la frase a medio comenzar solo me pareció un hermoso lugar para una primera cita, quería sorprender a mi futura esposa con una cena a la luz de las velas y entre las más bellas flores que existen dijo acercándose a ella un poco más ¿Te he sorprendido futura esposa? agregó para no dejar ninguna duda sobre lo que quería, mientras que la rodeaba por la cintura atrayéndola a su cuerpo.

“A la mierda con ir despacio” se dijo a sí mismo. Vladimir Vólkov no es un cobarde, y esa noche él había decidido ir por todo.

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Hola!!!

Espero que continúen disfrutando de mi historia. Actualizo lo más rápido que puedo, pero como siempre les digo mi trabajo es altamente demandante. A eso agreguemos el hecho de que tengo una familia que también me necesita. Escribo con amor y pasión y lo hago por placer. Esa es la razón de sus comentarios agradables me llenan el alma y me impulsan a continuar con este hermoso camino emprendido. Es por esto mismo que les doy gracias infinitas por su increíble apoyo y les pido que no me dejen sola.