Silvana es obligada a casarse con Carlos sin saber qué él es el padre biológico de sus dos hijos. Silvana se enamora de él, y lucha por sus dos hijos.
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De nuevo ella
...Narra Silvana...
No podía dejar de mirar el cuerpo de mi esposo. Me atraía demasiado, ver sus músculos bien marcados en su abdomen y brazos. Sus piernas eran perfectas.
Se notaba que había trabajado toda su vida en marcar cada músculo de su cuerpo. Esas gotas de agua que no dejaban de caer por su torso, hacía que mi entrepierna se sintiera húmeda.
Era mujer con necesidades que solo un hombre podía apagar. Morí discretamente mi labio. Apreté mis puños, y crucé un poco más mis piernas.
Sentí un calor apoderarse de mi piel. ¡Sí! Me estaba volviendo loca o idiota por Carlos, era inevitable para mí no sentir deseo por él.
Era un hombre extremadamente guapo. No era una mujer de piedra, para no sentir deseo por él.
Carlos caminó hasta la cama y tomó la playera que escogí para él. Levantó su mirada como si me lo agradeciera por haberlo hecho. Una sonrisa juguetona apareció en sus labios.
Estaba jugando con fuego, y aunque ya era madre de dos hermosos hijos, todavía me sentía como una adolescente cuando Carlos me mira.
Dejé de mirarlo, y puse toda mi atención en el labial que iba a colocar en mis labios. Lo mejor que quería era que se diera cuenta de que me atrae.
Tomé el laboral color vino. Me gustaba mucho este tipo de color, aunque siempre prefería un color rozado, para esta cena, quería verme espectacular.
Volví a voltear hacia atrás, en ese preciso momento, Carlos dejó caer la toalla que llevaba cubriendo la mitad de su cuerpo. Tenía algo demasiado perfecto en medio de sus piernas.
Cerré mis ojos de inmediato, apretando mis manos con fuerza. No sé cuanto tiempo pasó desde que los cerré. Al volver abrirlos, Carlos ya estaba cambiado.
No obstante, la palma de mi mano está toda manchada del labial. Frunce el ceño, no podía creer lo tonta que he sido.
Tomé inmediatamente, unas toallitas desmaquillarte y limpié mi mano. Lo hizo con tanta delicadeza que despertó tantas cosas dentro de mí.
Mientras lo hacía baje la cabeza, no me di cuenta en que momento Carlos se acercó a mí. Tomó mis manos, y comenzó a eliminar el rastro del labial de mi mano.
_____ Debes tener más cuidado. _____ Me dice, tirando a la basura todo lo que había usado para deshacerme de él.
Aunque por fuera Carlos parecía un hombre cruel, por dentro era todo lo contrario. Era cálido, amoroso, y tal vez, un hombre único y extraordinario.
______ Sofía es una chica muy linda... Y te ama mucho. ____ Dije.
______ Lo sé. Por esa razón, quiero protegerla de Tania. Ella es una mujer muy ambiciosa y solo se ha acercado a ella, para robarle lo que mi padre le dejó. _____ Me contestó Carlos con una voz fría.
Me levanté, y caminé hasta él. No sé por qué sentía la necesidad de darle mi apoyó. Colocó mis manos al rededor de su cuello, metiendo mis dedos en su cabello.
Mis labios se fueron acercando a los de él, mi respiración era cada vez más lenta. Nuestras miradas se cruzaron, diciendo más que las palabras.
Lentamente, estaban a nada de unir mis labios con los de él, cuando escuchamos llamar a la puerta, y decir.
_____ Señor Armendáriz. El joven Javier, ya ha llegado.
______ ¿Quién es Javier? _____ Le pregunté con curiosidad a Carlos.
_____ Es un buen amigo. Lo más cercano a un hermano. _____ Contestó Carlos, colocando sus manos en mi cintura, y acercándome más a él.
_____ Dejemos esto para más tarde. ____ Me dice, soltando una de sus manos, y poniéndola detrás de mi cabeza.
Me da un beso en la comisura de mis labios. Luego se da la vuelta y se aleja, tomando su móvil de la mesa de noche.
Dio un profundo suspiró, enderecé mi espalda. Otra vez, voy a fingir, y claro, haré que la bruja de la abuela de mi esposa, sienta reventar sus tripas del coraje.
Carlos abre la puerta, como todo un caballero. Coloque mi mano en su brazo, los dos caminamos hasta llegar al vestíbulo. En donde ya nos estaban esperando.
Cerca de Sofía veo a un guapo hombre de piel canela. Una sonrisa encantadora, hombre perfecto para mi amiga Estefanía.
______ No esperaba que llegarás tan temprano. Se nota que tienes hambre. _____ Bromea, Carlos.
_______ La comida que cocinan aquí es deliciosa. No quería perdérmela. _____ Contestó el chico.
_____ Javier, mi esposa Silvana Monte mayor.
______ Silvana, mi mejor amigo Javier Mendoza.
Javier me brindó su mano. De inmediato, la acepté, no quería ser grosera con él. Acercó su cabeza, dándome un beso en mi mejilla.
______ Sinceramente, déjame decirte que eres una mujer muy hermosa.
Javier tardó un poco en soltar mi mano, eso ocasionó que Carlos se molestará un poco, colocó su mano en la mano de Javier, y dijo.
_______ Sé que mi esposa es muy hermosa. Y esa mano es de ella.
Javier soltó mi mano de inmediato, y nervioso contestó.
_____ Lo lamento, hermano. No sé qué fue lo que me sucedió.
Enseguida, se escuchó la voz de la bruja de Tania.
_____ Las mujeres de baja reputación saben bien como llamar la atención de todos los hombres.
Desvíe mi mirada, y contesté.
_____ Abuela, lo dice por la mujer que viene entrando a la mansión.
Todos voltearon a ver hacia la entrada principal. La descarada de Catalina iba entrando. Lucia bellísima, usaba un vestido color perla, ajustado a su cuerpo, su largo cabello rubia caía por sus hombros.
No podía negarme a mí misma, que la amante de mi esposo era una mujer muy hermosa y con mucha facilidad me lo podía quitar.
Antes de que alguien pudiera decir algo, la bruja abuela, dijo.
______ Querida Catalina, tanto tiempo sin vernos.
Con tanto descaro, Catalina caminó como hasta donde estábamos todos. A la primera que saludó fue a la bruja, luego, a Sofía, y en seguida a Javier.
Cuando estaba por saludar de beso a Carlos, me interpuse entre ellos, me coloque delante de Carlos.
No iba a permitir que ella salude a mi esposo, después de lo que pasó por la mañana en su oficina.