💖 NOVELA EN EMISIÓN--NOVELA EN EMISIÓN💖
David Montés un hombre que perdió a sus padres en su adolescencia, el junto a sus hermanos lograron salir adelante gracias a una gran mujer que nunca los dejo solos y ahora es su segunda madre.
Los años pasaron y con ellos David Montés se convirtió en Teniente de la fuerza aérea de los EEUU forjando una gran carrera a base de esfuerzo y dedicación, un hombre honesto y transparente, aunque en un principio se vio motivado a unirse a la fuerza aérea por amor, Brittany Williams fue un amor imposible, ella nunca lo aceptó y al contrario cuando podía lo humillaba, hasta que finalmente se rindió, Pero su amor por los aviones no.
(Saga de la novela: LOS HIJOS QUE ME DIO LA VIDA)
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CAPITULO DIECISÉIS
David Montés
Leah se fue y yo me quedé en la sala con mis padres, había dormido todo el día y no tenía sueño, en ese instante tocaron la puerta, mi madre fue a ver quién era.
- Hijo, afuera está Ford, quiere verte-
- dile que pase- respondí.
Ford entró y nos saludó, mis papás se fueron a la habitación y nos dejaron solos.
- Me alegro de verlo bien Teniente- dijo Ford.
- Estoy mucho mejor, y usted cómo está - indague.
- No se preocupe por mí, estos días han sido horribles, la culpa no me ha dejado dormir-
- no se sienta culpable, fue mi decisión, además le prometí que no le iba a pasar nada - le dije mirándolo a los ojos.
- y se lo agradezco, pero no lo vuelva a hacer, no me hubiera perdonado nunca si algo peor le hubiera pasado-
- ya le dije que no se preocupe, ya lo malo paso y aquí estamos, me estoy recuperando, ahora quiero que esté tranquilo, disfrute de su esposa además piense en su hijo, pronto van a tenerlo en brazos - dije.
- si, eso me dice mi esposa cada vez que hablamos de eso-- en ese instante él se acomodó en el sofá y miro a ambos lados buscando algo, entonces encontró su bolso -- se me había olvidado entregarle algo que hicimos entre mi esposa y yo para usted, si no morí en la misión ella me mata si no le entregó esto-- me dijo mientras me entregaba una caja de madera.
Yo sé la recibí-- ¿qué es esto?-- la mire por todos lados, pero no entendía que era.
- por favor destápela, dentro hay algo para usted - dijo Ford.
Yo le quité el seguro y la abrí, dentro había unos zapaticos azules de bebé, al lado una botella de champagne y finalmente una carta, la abrí y Ford me pidió leerla, decía:
...La vida es corta y las decisiones importantes deben ser tomadas con responsabilidad y respeto, después de lo acontecido mi gratitud hacia usted es infinita, y me hizo ver la realidad de la vida, muchas veces las personas cercanas a ti no estarían dispuestas a dar su vida por ti, y tú lo hiciste por mí esposo, por mí y por nuestro hijo que está a pocas semanas de conocernos....
...Por eso con todo el respeto y admiración del mundo te queremos pedir que aceptes ser el padrino de nuestro hijo, además que nos permitas llamarlo como tú, eres un ser muy valioso y queremos que seas parte de nuestras vidas y de nuestra familia....
...-Familia Ford....
Terminé de leer la carta, luego la doble y la guarde de nuevo en la caja.
- Ford, es un honor que pensaran en mí para ser el padrino de su niño, admito que me tomó por sorpresa, pero acepto, dígale a su esposa que le agradezco por tener esos pensamientos hacia mí, en cuanto a usted, quiero que tenga presente que lo que me pasó no fue su culpa, fue mi decisión y estoy feliz de haberlo hecho, su bebé y ahora mi futuro ahijado va a tener a su familia completa, y para mí es más que suficiente y me reafirma que la decisión que tomé fue la correcta - le dije y Ford sonrió en mi dirección.
- Gracias, Teniente, usted es una gran persona-
- Ford, no me agradezca más o voy a comenzar a sentirme mal - le dije y me reí.
- jajaja Teniente lo siento, discúlpeme no puedo evitarlo-- sonrió nervioso -- creo que ya me tengo que ir- dijo y tomó su mochila.
- gracias por venir, y gracias por la sorpresa, dígale a su esposa que me gustó el detalle y que agradezco mucho que pensaran en mí para cumplir está labor- le dije entonces nos dimos un apretón de mano.
Llamé a mis padres para que se despidieran de la visita, Ford se fué y de nuevo quedamos los tres.
- ¿qué es esto?- pregunto mi papá señalando la caja que estaba sobre la mesa de centro.
-Ford me hizo una invitación, quiere que sea el padrino de su bebé, además le quieren poner David en mi honor, creo que eso último es demasiado, pero si así lo quieren ellos yo lo acepto-
- que lindo que pensaran en ti, ellos están muy agradecidos, y nosotros muy orgullosos, eres un gran ser humano - dijo mi mamá.
- me criaron bien- dije.
- tus padres ya habían hecho un gran trabajo con ustedes, nosotros solo continuamos con lo que ellos empezaron, por eso me siento doblemente orgullosa --
Después de una breve charla nos fuimos a la cama.
...****************...
Pasaron tres semanas, mis padres se fueron dos días después de la visita de Ford, Leah había estado viniendo regularmente a visitarme, además mis padres contrataron a una enfermera para que estuviera conmigo durante el día, Roger es el encargado de llevarme a las revisiones médicas, la cicatriz de mi cabeza estaba muy bien, ya habían retirado los puntos incluso mi cabello comenzó a crecer en esa zona, y el yeso en mi brazo lo tengo que dejar por unas cuantas semanas más, a veces no me lo aguanto, me producía rasquiña muy seguido y no poder calmarlas es insoportable.
Hoy es Domingo y Leah decidió quedarse conmigo.
- ¡David, ya llegó el almuerzo, ven por favor!- me llamó desde la sala, yo estaba en el cuarto terminando de vestirme, ya podía hacer muchas cosas por mi propia cuenta.
Me dirigí a la sala y allí estaba ella sacando los contenedores de la bolsa -- huele delicioso -- dije.
- si, la comida de ese lugar es deliciosa, sé que te va a gustar --
- bueno, eso lo veremos - dije y me senté en una de las sillas.
- quieres pollo o carne de Res- preguntó.
- Pollo por favor - entonces tomó uno de los contenedores y me lo entregó, era arroz, ensalada, pollo con champiñones y aparte había una sopa.
Ella tenía lo mismo, pero su proteína era de res.
- Ten-- me dijo estirando su mano y poniendo unas pastillas en mi palma-- tus medicinas, tómalas después de almorzar -- dijo y yo asentí.
Almorzamos en total tranquilidad, después de terminar me tomé la medicina y Leah fue a botar la basura.
-Leah te quiero pedir un favor --
-claro que si, dime--
- quiero afeitarme, no soy muy ágil con mi mano izquierda y mi mano derecha no la puedo usar, ¿me ayudarías?-
- claro que sí, vamos a preparar las cosas que se necesitan- dijo y fuimos a buscar todo.
Me recosté sobre el lavabo mientras ella preparó un poco de agua tibia, luego comenzó a mojar una toallita y a ponerla en la zona de la barba teniendo cuidado de no quemarme.
Luego aplico espuma para afeitar, tomó la máquina y empezó a pasarla suavemente cortando la barba en una sola pasada
Cuando terminó aplicó un hidratante, según ella muy necesario para regenerar la piel maltratada, aunque admito que lo hizo muy bien, incluso mejor que yo.
Ella estaba pasando suavemente sus manos por mi cara, yo quedé concentrado observando sus movimientos tanto así que Leah se dio cuenta y me miró a los ojos.
Yo la miré y sonreí, ella respondió a mi sonrisa, luego la tomé de la cintura, la atraje hasta pegar su cuerpo con el mío, entonces la besé, extrañaba la sensación que me daban sus labios, suaves, pero firmes y ágiles a cada movimiento, la sincronización perfecta.
Me atreví a acariciar su cuerpo como nunca antes lo hice corriendo el riesgo a que Leah se molestará, pero sus reclamos nunca llegaron, al contrario, ella comenzó a pasar su mano por mi hombría quien ya estaba tan firme que se estaba volviendo dolorosa.
-David, te puedo lastimar-- dijo y me volvió a besar-- no quiero que esto te haga daño - volvió a hablar entre besos y jadeos que escapaban de su garganta.
- mi cuerpo me dice que todo va a estar bien, no te preocupes - le dije y comencé a desabotonar su camisa hasta dejarla en brasier.
Sus pechos duros y firmes subían y bajaban por la fuerza de su respiración, me acerqué y besé su clavícula, luego dejé dos besos en cada uno de sus senos, ella acariciaba suavemente mi cabeza.
Finalmente la tomé de la mano y salimos del baño hacia mi habitación, me senté en el borde de la cama y ella se acomodó sobre mi regazo, mientras me besaba quitaba mi camiseta con cuidado, ella terminó de desnudarme por completo.
-wow-- expreso y yo la miré confundido-- lo siento, se me escapó, es que estás … estás bien dotado -- se tapó la cara por la vergüenza.
- no te avergüences, es un halago para mí, además será tuyo, ¿no es eso bueno?- dije sonriendo.
- tienes razón, solo mío- dijo y volvió a besarme.
Nos acomodamos en el centro de la cama, ella comenzó a zafar su brasier hasta retirarlo por completo, después siguió con su pantalón y panties, pareció no importarle el hecho de que yo no pudiera participar mucho, quizás estaba tan ansiosa como yo, que no presto atención a esos pequeños detalles, pero prometo reivindicarme con ella.