Roselia fue una desafortunada chica que murió debido a que su prometido solo la uso para obtener lo que deseaba. Pero ahora, un alma había reencarnado en ella dispuesta a cambiar su destino, un destino que ya había cambiado sin que ella se lo imaginará, pero, ¿estará a salvo?, ¿que es lo que le espera?
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Capítulo 23- preparación.
Roselia había aceptado quedarse para la boda, así que salió acompañada de Luna para conseguir un vestido adecuado para una fiesta tan importante. Luna la llevo a una boutique muy prestigiosa, los vestidos eran hermosos y de todos los colores, para Roselia sería difícil elegir uno solo, pero si se lleva más, después no sabrá cual ponerse.
Luna por su parte ya había elegido uno desde antes, por lo que solo se lo probaría para asegurarse de que no necesitará algunos ajustes. Mientras tanto Roselia miraba cada vestido, hasta dar con uno que realmente le llamo su atención y a juzgar por la medidas, quizás si le quedaba. Paso a probarlo con ayuda de una de las empleadas, por supuesto, iba a necesitar un poco de ajuste, pero lo tendrían justo a tiempo y al saber que era conocida de Luna, le ofrecieron llevar el vestido hasta el palacio dos días antes del evento.
Por otro lado, Azalea estaba molesta, le han contado sobre la boda de Wolfram, pero a ella no se le envió invitación para dicho evento, aun cuando su esposo fue acusado de varios crímenes y fue ejecutado, ella como la madre del emperador debe de estar presente. Pero, una pequeña sorpresa le llegó pronto, una carta con el sello real, donde Wolfram le prohíbe a ella y sus hijas acercarse a la capital o al palacio, porque de hacerlo será arrestadas, en especial si se les ocurre presentarse durante la boda.
— no pueden hacerme esto...todo se debe a esos malditos chupasangre.— grita furiosa.
— no es justo, somos sus hermanas, deberíamos estar en esa fiesta.— se queja Clea.
— nos serviría para recuperar nuestra reputación.— agrega Opal.
— ¡silencio!— un hombre mayor entra a la sala.— parecen niñas haciendo berrinche. Azalea, todo esto se debe a ti, por tu culpa nuestra familia tiene pésima reputación, todo por andar de mujerzuela, no solo no pudiste conservar tu matrimonio con el ex emperador, arruinaste todo con el duque Avalon y ahora, nuestra reputación esta por los suelos.— grita aquel hombre.
Este era el padre de Azalea, quien últimamente se ha visto afectado por la mala reputación de su hija, debido a eso, tampoco ha podido conseguir pretendientes para sus nietas, al menos quería que ambas se largaran de su casa, ya que no hacen más que quejarse por vivir en el campo. De seguir así se vera obligado a echarlas a las tres, después de todo, ninguna le es útil.
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En Umbra, Abel tenía pocos días de haber llegado a la capital, retomando sus deberes como regente, había demasiado trabajo acumulado y apenas pudo hablar con Sira, agradeciendo que le haya escoltado hasta el imperio, así que pidió a sus asistente que les dieran un buen lugar para descansar antes de volver a Mond. Abel estaba en su oficina cuando su asistente entra avisando que ha llegado un mensajero de Mond.
— saludos alteza.— hace una reverencia.— en nombre de su majestad la emperatriz, ella pide una disculpa sabiendo que hace poco que regreso, pero, ella manda decir que su boda se ha tenido que adelantar debido a un inconveniente mayor.
El mensajero le entrega una carta, la cual Abel abre, leyendo el motivo por el cual la boda se ha adelantado y Victoria se disculpa porque sabe que él no podrá asistir, esto, debido a la distancia entre imperios, ya que, aunque Abel salga de inmediato, no podrá llegar a tiempo y la boda no puede ser aplazada más. Abel agradece al mensajero, ofreciendo una habitación para que descanse, también le pide al mayordomo que le atienda brindándole comida y todo lo que necesite en su estancia.
— es un buen presagio para ellos, ya que han podido procrear más pronto de lo esperado.— murmura para si mismo.
Abel dirige su mirada a una pintura en la pared, era la pintura de una hermosa mujer, vestida elegante, con joyas y una bella corona. Aquella mujer del retrato era la reina de Umbra, la mujer que crío a Victoria como una hija y la cual jamás supo la cruel verdad tras esa pequeña bebé que le fue entregada en brazos por su esposo.
— madre, se que estarías orgullosa de ella, lo hiciste bien, criaste a una gran mujer.— Abel deja ver una sonrisa.
Tras un largo suspiro, procedió a seguir con su trabajo. Mientras tanto, en el área de invitados, Sira también recibía una carta, la cuel le es entregada por el mensajero, aunque la suya fue enviada por Wolfram. Ella no puede evitar reír, seguramente los ancianos sufrirán varios ataques cardíacos cuando sepan que la vampiresa esta embarazada, porque seguramente esos ancianos aún tenían la esperanza de que el matrimonio no diera "frutos" y que eso probablemente causaría una ruptura o por lo menos una oportunidad para ellos de meter concubinas al palacio. Sira solo espera estar en Mond cuando Wolfram anuncié el embarazo de Victoria para ver la cara de tontos de los ancianos.
Más tarde, Abel fue en busca de Sira, supone que era necesario informarle sobre la boda, ya que hasta donde sabe, Sira es muy buena amiga de Wolfram.
— señorita Sira, un mensajero de Mond llego hace un par de horas, la boda de sus majestades se ha adelantado.— le comenta Abel.
— alteza. Hable con él, me entregó una carta, su majestad me ha informado el porque se adelantó.— responde la castaña.
— ha sida una sorpresa, en especial porque ambos son de distinta especie. Me alegra que no tengan que lidiar con esa dificultad, en especial por su posición.— Abel no ocultaba el hecho de estar feliz por su hermana.
— han tenido suerte, quizás el hecho de que sean destinados ha influido, por algo el destino los unió.— responde Sira.
— quizás sea verdad. Yo realmente no se sobre el enlace y las parejas destinadas, entre humanos no hay nada parecido.— se encoge de hombros.
— los enlaces no siempre aparecen y no significa que por eso debes de elegir a esa persona, siempre y cuando se pueda resistir a su instinto.— lo cual podría resultar muy difícil.
— ¿usted espera encontrar a su enlace?— pregunta curioso.
— no realmente, aunque a mis padres ya les urge que me case.— ríe.
— quien usted elija, será afortunado señorita Sira, usted es grandiosa.— expresa con sincronizadas.
Sira al escuchar su halago, desvía la mirada para disimular su sonrojo, pues se ha sentido apenada, nadie le había hecho esa clase de cumplidos.
— s-su futura esposa también será afortunada, es un buen chico.— responde nerviosa.
Pero cuando Sira mira a Abel, este a bajado la mirada dejando ver una sonrisa melancólica, porque para él, lamentablemente la persona a quien amaba ya no esta. Sira toca su hombro.
— lo siento, creo que no debí decir eso.— se disculpa apenada.
— no se preocupe.— Abel coloca su mano sobre la de Sira.— se que no fue su intención.
Abel se disculpa, pues debe de regresar a terminar sus pendientes, mientras que Sira solo se reprende así misma por el comentario fuera de lugar.
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En Mond, Victoria se asegura de que todo este listo para la fiesta, aunque Wolfram ha estado lidiando con los ancianos quienes se quejan porque esta adelantado en matrimonio, en especial porque hace poco que se anuncio el compromiso. Un par de ancianos se acercan a Victoria, pidiendo que retrase un poco más el matrimonio, pues ella aún no se ha preparado para el puesto de emperatriz de Mond y eso, requiere un riguroso entrenamiento de más de un año.
— parece que olvidan con quien hablan.— Victoria se pone de pie entregando una carpeta a Moira.
La doncella le hace una señas a las otras para que se retiren.
— no entendemos porque las prisas, y aunque usted sea la emperatriz de Umbra, las cosas son diferentes aquí.— habla el primer anciano.
— aprendo rápido, pero agradezco su preocupación.— sonríe con burla.
— no es un juego majestad, recuerde que nosotros aún no estamos de acuerdo con este matrimonio.— insiste el segundo anciano.
—¿y porque deben de estar de acuerdo?, si quien se casa conmigo es el emperador.— el mana de Victoria ya estaba causando que el ambiente se sintiera pesado.
Los ancianos sabían que cuando su mana se presenta, es porque ella ya estaba molesta y eso les causa escalofríos, su instinto de supervivencia se activa y les dice que deben de tener cuidado.
— por favor majestad, piense un poco, el imperio aún no esta preparado para una emperatriz vampiresa.— comenta un tercer anciano.
— sus argumentos cada día son más absurdos.— se burla.
Victoria los ignora y mejor se va de aquel lugar, llamando a Moira y las doncellas para que le sigan, pues aún deben de encargarse de otras cosas.
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muchas gracias autora por tan bonita historia ❤😘
Así oh más romántico ❤️🔥 Abel
Encontraste alguien que te proteja y además será la que gane y mantenga el hogar lastima que no te puedes embarazar