Elizabeth es una enfermera que es contratada para cuidar a un empresario arrogante y de mal carácter.
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En la Empresa.
Un mes después Danilo podía caminar sin ayuda, por lo que ya no fue necesario la asistencia de Pedro. Si bien Danilo ya podía moverse solo, aún no podía regresar a la empresa y continuaba con una dieta, aunque había comenzado a consumir alimentos más variados.
La tensión entre Elizabeth y Danilo había disminuido, él ya no hablo del tema y ella decidió dejar todo atrás pues pensó que si él ya no decía nada era porque había aceptado que ella tenía razón. Aunque esto de tener razón no la dejo más tranquila pero era lo correcto.
- bueno días Danilo,¿ descansaste bien? dijo Elizabeth entrando a la habitación de Danilo.
- casi, siento que me falta algo para poder dormir bien-
Todas las mañanas era la misma conversación, Elizabeth imaginaba que el estrés de estar en este estado era lo que no lo dejaba descansar del todo bien.
- quédate tranquilo, ya falta menos para que vuelvas a la normalidad y puedas descansar bien-
-lo se, en un tiempo más haré lo que hace meses deceso hacer-
Elizabeth nunca decía nada al respecto, imaginaba que lo que Danilo deseaba era estar con alguna de sus amantes y no quería que la conversación valla por ese lado, aunque le sorprendía que en todo ese tiempo ninguna mujer lo haya visitado, solo algunos amigos que eran muy amables pero por su mal carácter poco a poco dejaron de venir.
- Danilo ya te preparé el baño para que te des una ducha. ¿ necesitas algo más?-
- si pero tú no querrás dármelo-.
susurro Danilo.
- ¿dijiste algo? pregunto la enfermera
- solo pregunte por el desayuno-.
- con respecto a eso, hoy es un hermoso día ¿te gustaría desayunar en el jardín?- pregunto animada
- es una buena idea, prepara todo allí, luego de ducharme iré al jardín-
Elizabeth asintió y se fue, Danilo extrañaba los días en que dependía para todo de Elizabeth, ahora cada vez ella estaba más lejos, pronto ya no la necesitaría, el volvería a la empresa y ella comenzarían a realizar otras tareas en la casa hasta completar el año de trabajo, luego se marcharía y quizás jamás volvería a verla, él no podía permitir que eso pasará, debía pensar en cómo mantenerla a su lado.
Cuando Danilo llegó al jardín había una hermosa mesa preparada con varias cosas ricas que Elizabeth se encargaba de designar para su desayuno, alimentos saludables y deliciosos. Una empleada se acercó con una bandeja donde traía una taza.
- buenos días señor- dijo la joven.
- Buenos días, donde se encuentra Elizabeth?- pregunto Danilo al no verla
- está dentro ¿ necesita algo?-
- ¿que está haciendo?
- se disponía a desayunar.- contesto la chica
- ¿cómo? dile que venga ya mismo y trae otra taza, ella desayunar aquí- ordenó el hombre.
- si señor ahora mismo- .
minutos después Elizabeth se acercó a la mesa del jardin
- ¿me mandaste a llamar?
- siéntate.
-¿ que sucede?
- me propones desayunar en el jardín y me dejas solo?-
- es lo que corresponde, siempre desayuno en la cocina con los otros empleados-.
en ese momento llego la otra empleada con una taza y algunos platillos extra.
- eso fue un gran error que arreglaremos ya mismo, de ahora en más todas las comidas las harás conmigo-.
- eso no es necesario Danilo, lo correc...
dijo Elizabeth pero Danilo la interrumpió.
- ya tomé una decisión Elizabeth, no me gusta comer solo. Y no cambiaré mi decisión-
Elizabeth asintió un poco confundida pero entendió ¿a quien le gusta comer solo?
luego Danilo le sirvió un poco de té.
- dejá yo lo haré- dijo Elizabeth que sentía incómodo que su jefe le sirviera.
- quiero hacerlo yo, me alegra tener compañía y este es un gran lugar para comenzar el día-.
- este jardín es muy hermoso-.
contestó mirando el extenso parque y las múltiples planta y árboles.
- Elizabeth en la tarde llegará mi madre y se quedara unos días, además en una hora iré a la empresa a firmar unos papeles, quiero ver cómo están las cosas y tú vendrás conmigo- dijo Danilo mirando la tasa donde vertía el té.
- si crees que es necesario iré-.
- una cosa más, no te pongas ese uniforme de enfermera, ponte ropa común-
- Danilo, soy una enfermera y debo usar ropa de enfermera-.
- lo sé, solo que no quiero que en la empresa crean que una enfermera debe acompañarme- trato de justificarse Danilo mientras le acercaba un plato con masas para que ella se sirviera.
- si te soy sincera, no creo que haga falta que te acompañe, irás con él chófer y ya estás prácticamente recuperado- contesto Elizabeth mirándolo fijamente sin servirse.
- será la primera vez que salga de la mansión y me sentiría más cómodo si tú me acompañas-
Elizabeth entendió y asintió tomando una masa.
- Entiendo entonces iré a prepararme luego de desayunar-.
Elizabeth comió rápidamente y se dirigió a su habitación, dudo un momento que debía vestir, pero en definitiva ella era una enfermera y no debía impresionar a nadie. por lo que se puso un jeans y una linda blusa, cuando fue a agarrar los zapatos vio uno par que hacía tiempo había comprado, eran muy lindos y elegantes, pero nunca había tenido oportunidad de usar, pensó que este era un buen momento y se los puso. Cuando se dirigió a la sala Danilo la estaba esperando.
- ya estoy lista Danilo ¿vamos?-
Danilo se giró al escuchar su voz y se quedó mirándola fijamente.
- te ves hermosa- exclamó.
- no exageres Danilo.
dijo Elizabeth un poco apenada. Danilo quería decirle que era la mujer más bella que había visto en su vida, pero sabía que Elizabeth no lo tomaría bien y quizás hasta desistiría de acompañarlo, por lo que no dijo nada. Tomo la mano de Elizabeth y la puso en su brazo.
- vamos-
dijo Danilo y se dirigieron al auto.
Elizabeth se sentía un poco incómoda con todo esto, un poco por como la miró Danilo y otro por ir de se su brazo. Al llegar a la empresa el chófer abrió la puerta de Danilo y esté al bajar tomo la mano de Elizabeth para ayudarla, luego la volvió a poner en su brazo y entro a la empresa, Elizabeth quiso soltarse pero él no la dejo.
- que haces Danilo suéltame-
dijo Elizabeth en voz baja
-ssshhh...
contestó mirando al frente con una gran sonrisa.
- Danilo suéltame, ahora mismo- exigió nuevamente
- no lo haré. Buenos días señorita Stella-.
dijo Danilo mientras caminaba hacia el ascensor.
- buenos días Señor Miller-.
todos se quedaron mirando a la pareja.
Cuando las puertas del ascensor se cerraron Elizabeth dijo muy enojada.
- que crees que estás haciendo? todos nos estaban mirando-
- ese es el punto-
- hay Danilo no te entiendo, la gente habrá pensado que hay algo entre nosotros-
- por eso lo hice, si creen que tienes algo conmigo nadie te mirara de una manera inapropiada-
- y ¿desde cuándo ese te preocupa?
- Elizabeth ese siempre me preocupo y creo que tú lo sabes-
Elizabeth decidió ya no hablar, no quería tocar ese tema y además no se sentía cómoda estando en el ascensor los dos solos.
Al abrirse el ascensor nuevamente Danilo tomo la mano de Elizabeth y aunque ella trato de soltarse no pudo, al llegar junto a su asistente Danilo la saludo y Elizabeth fingió una sonrisa.
- buenos días Señorita Sáenz, Ella es Elizabeth Brown y la vera muy seguido por aquí-
Elizabeth fruncido el seño y miro a Danilo confundida.
- Es un gusto conocerla Señorita Elizabeth Brown-.
- lléveme los documentos que debo ver y dile a Recalde que venga a mi oficina-.
Danilo se dirigió a su oficina llevando casi a rastras a Elizabeth quien no entendía lo que estaba pasando pero imaginaba que Danilo algo se traía entre manos, aunque su curiosidad no le permitía negarse a nada.
Al entrar a la oficina Danilo le soltó la mano.
- siéntate ¿deseas tomar algo?-
dijo cerrando la puerta, dirigiéndose a su escritorio y tomaba asiendo. Pero Elizabeth no se había movido del lugar donde él la había dejado cuando soltó su mano y lo miraba fijamente. Danilo al ver su actitud se levantó rápidamente y se acercó a ella.
- ven Elizabeth siéntate aquí por favor pediré un té ¿quieres?-
Danilo la dirigió al sillón y rápidamente tomo el teléfono y pidió dos tazas de té. Pero Elizabeth quería descifrar la actitud de Danilo que después de varios meses ahora era totalmente desconocida para ella.
La secretaria entro trayendo en una bandeja las dos tazas de té y la dejo en una mesita frente a Elizabeth, luego salió y volvió a entrar trayendo unos documentos los dejo e el escritorio y se retiró cerrando la puerta.
Danilo se sentó frente a Elizabeth quien aún no le sacaba la mirada de encima, tratando de salir de esa situación Danilo dijo.
- ¿te gusta lo que ves?-
Elizabeth enseguida se puso muy colorada y eso la enojó.
- ¿que dices Danilo?
- si ¿te gusta lo que ves? me refiero a que si ¿te gusta mi oficina? ¿que pensaste?
Elizabeth se sintió muy avergonzada y cuando iba a hablar alguien golpeó la puerta, lo que hizo que Elizabeth se sintiera aliviada.
Danilo miro a Elizabeth y le guiño un ojo, luego se levantó a abrió la puerta.
- hola Danilo que alegría verte de nuevo aquí-
dijo un hombre abrazando a Danilo.
- Hola Recalde ya me encuentro mucho mejor. Ven debo presentarte a alguien-
los dos hombres se dirigió hacia Elizabeth quien instintivamente se paró.
- Ella es Elizabeth Brown, él es Eduardo Recalde mi mano derecha-
Recalde estiró su mano para saludarla.
- es un gusto conocerla Señorita Brown, debo felicitarte Danilo es muy hermosa-
dijo el hombre que imagino que Elizabeth era su novia ya a Danilo nunca le había presentado a una mujer.
- gracias Señor Recalde creo que hay una confusión...
dijo Elizabeth pero Danilo la interrumpió
- ninguna confusión, realmente eres hermosa-.
dijo Danilo sin dejar hablar a Elizabeth.
- bueno te llamé para informarte que estaré más seguido por aquí-
comento Danilo cambiando de tema.
- que alegría Danilo, verte recuperado y tan bien acompañado, hacen una hermosa pareja-.
Elizabeth quiso explicar que ella solo era la enfermera ya que parecía que Recalde había creído que ellos tenían una relación, pero Danilo se despidió de él y ella no pudo hablar.
- Danilo porque dejaste que Recalde pensará que teníamos una relación- le reclamo Elizabeth
- Elizabeth el no creyó eso-
- claro que si, dijo que hacíamos una linda pareja-.
- porque la hacemos, no porque seamos una-
Elizabeth se quedó pensativa, sin convencerle la explicación de Danilo, pero ya no dijo nada ya que era la palabra de uno contra la del otro y una discusión de nunca acabar..
abría; de abrir algo