No, esto no puede ser cierto. Esa mujer no pudo destruir mi vida aún más de lo que ya lo ha hecho. ¿Qué más quiere de mí?, ¿acaso planea mi muerte?. No, si me quisiera muerto lo estaría. Quiere que pase mi vida postrado, arrastrándome como un gusano.
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Encuentro
Isabella: llegamos al lugar donde nos reuniríamos. Hablar con él es muy fácil. Bueno yo ya me he presentado, ¿no me dirás quién eres?.
Dorian: me gustaría mantener el misterio sobre mí un poco más.
Isabella: ¿no es eso absurdo?.
Dorian: puede ser, pero antes de lo que te imaginas sabrás quién soy y el porqué no te lo he dicho en este encuentro.
Isabella: si nos hubiéramos conocido de otra manera no aceptaría algo así, pero esa interacción se sintió tan natural que puedo seguirte el juego por ahora.
Dorian: gracias por cumplir mi capricho.
Isabella: solo con esa frase me ha derrumbado, no sé por que pero por un momento puede ver a Alberto a través de este hombre.
Dorian: ¿estás bien?, te has quedado en silencio y tu expresión es triste.
Isabella: no es nada, solo que tus palabras me recordaron a alguien.
Dorian: ¿al señor Alberto?.
Isabella: por raro que parezca, sí.
Dorian: debiste quererlo mucho. Escuché la noticia de su muerte.
Isabella: fue una persona importante para mí y aún es muy reciente su ausencia, así que hablemos de negocios, para eso vinimos.
Dorian: es cierto, nos desviamos del tema.
Así la tarde se hizo noche sin que se dieran cuenta. La plática entre ellos aunque fuera de trabajo fluía de manera natural y ambos encontraron puntos en común y proyectos de nuevos negocios que podían llevar en sociedad.
Dorian: es tarde, la acompaño afuera.
Isabella: no es necesario, me quedaré hospedada un tiempo en este hotel. Pero yo si le acompañaré afuera, talvez necesite mi ayuda.
Dorian: ¿no volverá a casa?.
Isabella: ya no tengo motivos para volver. Al parecer la entrada ya es utilizable para una persona en silla de ruedas. Hasta pronto señor X.
Dorian: ¿X?
Isabella: ya que no quiere decirme su nombre.
Dorian: río ante su ingenio jocoso. Supongo que si. Hasta pronto señora Lombardi.
Cristofer: ¿y bien?, ¿cómo te fue?, ¿que te pareció tu nueva madrastra?.
Dorian: ...
Cristofer: oye, ¿qué pasa?.
Dorian: nada, es una buena persona.
Cristofer: te ves decaído, ¿por que no vienes conmigo?. Vámonos de fiesta, mujeres bellas no faltarán.
Dorian: ve tú, diviértete por los dos.
Cristofer: ¿que pasa contigo?. La venganza no es lo único en la vida, tómate unos momentos para disfrutar, para vivir, para volver a sentir. No creas que no se que lo has evitado, todos estos años no has querido acercarte a ninguna mujer y no me digas que es por la lesión. Conozco tu condición médica mejor que tú.
Dorian: es solo que ya no tengo la misma confianza en mi que antes. No quiero mostrar mi lado más débil a alguien que no conozco.
Cristofer: está bien, no insistiré. Se que la has pasado difícil, pero si no sales de tu burbuja no conocerás a esa persona.
Dorian: se marcha, siempre me insiste que lo acompañe pero nunca lo hago. No quiero una aventura de una noche, solo quiero estar solo. No se lo he dicho a nadie, ni siquiera a Cristofer. Pero no quiero que esten expuestos mis mayores fobias, odio la noche, la oscuridad. Me recuerda el tiempo que estuve en coma y eso me hace sentir ansioso, aún hoy, duermo con las luces encendidas como un niño. Además tengo mucho en que pensar. Isabella por tu expresión amaste mucho a mi padre y eso me hace sentir miserable.
Rosalin: ¿los encontraste?.
Adrián: sí, con mi padre fuera del camino ya nadie evita que sepamos el origen de Isabella, te sorprenderá lo que descubrí y no solo eso sino que encontré aliados inesperados. Sabias que mi padre la compró.
Rosalin: ¡¿qué!? ¿por qué Alberto haría algo así?
Adrián: para sacarte del medio. Todo lo que tiene se lo dejó a ella, así que debe haber algún documento dónde todos esos bienes pasen a nombre de Dorian.
Rosalin: entonces debemos encontrarlo, si lo tenemos en nuestro poder tendremos una oportunidad de hacernos con todo.
Adrián: por ahora debemos hacer que pierda el control de la empresa por incompetente, así será más creíble su caída.
Aurora: lo has perdido todo, otra vez estamos en la ruina.
Octavio: no me culpes tú y tu hija no hicieron más que gastar. Pero no te preocupes encontré una manera de resolver nuestros problemas.
Aurora: eso espero, no pretendo volver a vivir en la pobreza.
Isabella: Rosalin ha estado muy tranquila eso no me gusta. Debe estar planeando algo.
Miguel: si, ella y Adrián han estado muy sospechosos y se han reunido con varios inversionistas.
Isabella: ¿qué tramarán?.
Rosalin: ¿conseguiste lo que te pedí?.
Adrián: aquí está, fue difícil de conseguir. Este medicamento fue retirado del mercado por sus efectos secundarios, pero ¿como se lo darás?.
Rosalin: no te preocupes, ya tengo a la persona indicada. Isabella podrá ser muy astuta, no era de extrañar que mis planes para envenenar a Alberto se atrasaran. Ellos ya lo sabían, por eso siempre fue cuidadosa. Pero ahora está quedándose en un hotel, lejos de nosotros. Así que bajará la guardia y ese sera su error. Se arrepentirán de no haber acabar las cosas cuando nos descubrieron.
Adrián: pero eso solo no será suficiente.
Rosalin: ahí es donde entrará su familia. Ellos ya saben que hacer, el efecto de este medicamento y el estrés no es recomendable.
Adrián: esas personas harían lo que fuera por dinero. Yo me encargaré de hacerle las cosas difíciles en la empresa.
Los días pasaron, Rosalin había comprado a alguien del servicio del hotel y en el desayuno o cualquier comida que llevara, le administraba pequeñas dosis de ese medicamento. Eso no la mataría solo poco a poco la alejaría de la realidad.
Isabella: amanece, otro día más que me levanto cansada. Es como si soñará toda la noche y al día siguiente no lo recordara pero me quedara toda la fatiga. Hace tiempo que no duermo bien. Pero aún así debo ir a trabajar, el bastardo de Adrián sigue haciendo cosas inútiles gracias a el mi trabajo se ha incrementando el doble por limpiar sus desastres. A este punto me matará el estrés.
Miguel: se encuentra bien
Isabella: ¡SÍ Miguel!, ¡ESTOY DE MARAVILLAS!. Todos a mi alrededor se sorprenden al oírme alzar la voz.
Miguel: disculpe si la molesté.
Isabella: no discúlpame tú a mí. No sé que me pasó, pero eso no es excusa. No debí gritarte.
Miguel: no se preocupe, la veo entrar a su oficina. Estos últimos días ha estado extraña asi que me pongo en contacto con Connor.
Connor: ¿Miguel?, ¿que sucede?, tú nunca me llamas.
Miguel: sé que estás buscando el paradero de Dorian, pero hay algo raro con Isabella. Se está comportando extraño, por momentos no parece ella misma. Estoy preocupado.
Connor: iré de inmediato. Cuelgo, ¿qué estará pasando?, ¿le habrá afectado más de lo que creíamos la muerte de Alberto?.