La Reencarnación De La Bruja De Las Espinas.

Roselia estaba rodeada de los lycan, pero, los escoltas de Vicenzo ya habían acudido para ayudar al igual que los guardias del palacio. Más lycan mercenarios van saliendo del bosque, listos para atacar. Con uno solo dando la orden, la batalla da inicio.

Al ver que tres lycan intentan atacar a Roselia, Vicenzo nuevamente se transforma en una bestia de sombras y se lanza contra uno de esos lycan, mientras que Roselia usa sus espinas para defenderse de los otros dos. Esta vez, esos lycan trataban de no ser atrapados por las espinas, al parecer eran más astutos que los anteriores, además se veían más grandes, incluso los guardias del palacio que se han transformado, lucen un poco más pequeños que los mercenarios.

[Hiciste enojar a alguien muy peligroso pequeña rata humana.] Expresa uno de los lycan ante Roselia.

— ni tan peligroso, la perrita no tiene las pelotas para venir personalmente.— se burla Roselia.

[Muy valiente, lástima que deba eliminarte.] Responde el lycan.

El lycan ataca con sus garras, pero Roselia lo esquiva, aunque sin darse cuenta, otro lycan estaba tras de ella y logra acertar un golpe contra la chica causando que caiga al pasto rodando un poco. Vicenzo al ver esto, intenta ir por ella, pero se ve rodeado de otros lycan.

Roselia se pone de pie y cuando el lycan que logro golpearla intenta atacar de nuevo, ella se protege con un muro de espinas y estás rápidamente atacan al lycan.

Wolfram había sido informada del ataque, pero al ir por los pasillos del segundo piso que conectan el área de invitados con el palacio principal, puede ver que tanto Vicenzo como Roselia tienen todo controlado, ambos eran buenos peleando y para Wolfram era la primera vez que veía una humana un excelente manejo de la magia. Victoria le había seguido y observa todo.

— ella no es una humana común, nunca supe de uno que usará magia de forma tan hábil.— comenta Victoria.

— al menos tú hermano no debe preocuparse por protegerla.— responde Wolfram.

Los guardias del palacio se han movilizado bien, ya que mientras algunos pelean contra los mercenarios, otros se aseguran revisar los alrededores en caso de que haya algún otro intruso.

Roselia ya había derribado tres de los lycan, pero aún faltaban, al parecer el duque Avalon se esta esmerando para intentar deshacerse de ellos.

[Nos dijeron que era solo eliminar una humana...]gruñe uno.

[Ella no es una simple humana, maldita sea, ya estamos perdiendo ante ellos.]reclama otro.

Al ver que varios de sus compañeros han caído, se ordena que se retiren, así que se reúnen para dirigirse hacía el bosque, pero, una barrera de espinas se forma justo por donde planeaban huir, mientras son rodeados por los guardias con Vicenzo al frente.

— me temo que no podemos dejarlos ir.— comenta Vicenzo con una sonrisa burlona.

[Apartense...si nos matan a todos estarán en problemas.] Trata de persuadir.

— los únicos que están en problemas son ustedes, sarnosos.— Roselia da un par de pasos al frente.

Ella estaba por atacar pero surge una explosión tras ellos llenando de humo el lugar, Roselia puede sentir que ese humo tenía algo extraño, por lo que puede que se trate de un veneno o un somnífero. Se cubre nariz y boca con la manga de su camisón, mientras les advierte a todos que se alejen del humo. Roselia trata de alejarse, pero siente que su cuerpo se hace pesado, le cuesta moverse, por lo cual cae de rodillas y su vista se hace borrosa, solo ve una figura acercarse a ella, era enorme, por lo que debe tratarse de un lycan y era justamente eso, este trata de atacarla pero alguien la carga alejandola del lycan y ve como este huye.

Todos se han alejado del humo y los lycan mercenarios han huido, rápidamente otros guardias del palacio junto a Wolfram se acercan para ver que todos estén bien. Pero, Vicenzo tiene a Roselia en sus brazos y esta al parecer resulto afectada por somnífero.

— ella es humana, es normal que le haya afectado más.— comenta Wolfram.

— podría enviar un médico, quiero asegurarme de que ella este bien.— pide el vampiro.

Wolfram le pide llevarla a una de las habitaciones principales del palacio y él enviará el médico, también ordena a otros guardias que vayan a revisar la zona, quizás puedan saber a donde se han ido esos mercenarios.

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El médico había revisado a Roselia y determino que no estaba en peligro, solo debían esperar a que despierte y le dejo una medicina porque probablemente al despertará sentirá un dolor de cabeza por el efecto del somnífero. Cuando los rayos de sol daban en el rostro de la joven rubia, este abrio los ojos y se sentó de manera repentina mientras observa el lugar, no era su habitación, pero al revisar su cuerpo se aseguraba de que tampoco fue herida. Solo llevo su mano a su cabeza al sentir un dolor punzante y dirigió su mirada a un rincón.

Vicenzo se había quedado toda la noche en la habitación para hacer guardia y se había quedado dormido en el proceso. Roselia lo observa, se veía tan tranquilo e incluso dormido era guapo.

El vampiro abrió los ojos lentamente notando que Roselia ya había despertado, así que se levanta del sofá para ir con ella. Ante la cercanía acaricia suavemente la mejilla de la rubia.

—¿esta bien?, ¿siente algún mareo o dolor?— pregunta preocupado.

Roselia entrecerro los ojos ante la caricia del emperador vampiro.

— solo un poco de dolor en la cabeza.— deja salir un leve suspiro.

Vicenzo aparta la mano y le entrega una botella con un líquido rojo. Le dice que se lo dejo el médico en caso de que ella sintiera dolor al despertar, así que Roselia lo agarra bebiendo el líquido rápidamente para después hacer un gesto de desagrado.

— no importa donde este, la medicina siempre sabe horrible.— comenta.

— vea el lado bueno, esos lycan no lograron llevarsela.— Vicenzo toma asiento en la orilla de la cama.

—¿que?, ¿me quisieron llevar?— pregunta confundida.

— si, cuando la encontré uno de ellos estaba intentaba llevarla.— responde.

— supongo que querían saber donde tengo las pruebas que incriminan al duque, no sabe que esto solo lo hará más sospechoso.—

— pero fue peligroso.— Vicenzo sostiene la mano de la chica.— si no llegaba a tiempo, se le habrían llevado, no sabemos que intenciones tenía ese maldito duque.— comenta con preocupación.

Y es que pudo notar como ese duque miraba a Roselia aquel día que se encontraron en el salón del trono. Esa mirada era de un hombre perverso.

— no se preocupe, aún si me llevaban, sin importar cuanto me torturaran no habría hablado.— asegura.

— no me refiero a eso, ese hombre te ha mirado de forma perversa y si es como su esposa, te aseguro que tomaría lo que desea a la fuerza.—

Vicenzo no puede evitar sentir preocupación por la rubia y odio hacía ese viejo perverso. Roselia observa la reacción del vampiro, así que se acerca a él apoyando su rostro en su pecho.

— me salvo, así que no piense de más.— intentaba tranquilizarlo.

— pero...

Roselia aprovecha la cercanía levantando la mirada y cuando el vampiro se inclina para verla, ella aprovecha para besarlo, siendo nuevamente un leve roce de sus labios.

Vicenzo se sorprende, pero, esta vez sostiene a la chica de la nuca profundizando el beso, uniendo sus labios con más profundidad, para Roselia fue inesperado, pero no le molestaba, así que le siguió, abrazando al vampiro por la cintura. Ambos se dejaban llevar hasta entrelazar sus lenguas, subiendo la intensidad del beso, Roselia sentía su cuerpo estremecer y Vicenzo se sentía de la misma forma, por lo que no tardo en sentir como Roselia se dejo caer sobre el colchón mientras él se acomoda sobre ella, sin separarse sus labios, hasta que escuchan una conversación por el pasillo, pensando que alguien venía a la habitación se separan ambos agitados. Vicenzo observa a la joven rubia.

— tenía razón, la medicina sabe horrible...— comenta al no saber que más decir.

Roselia no puede evitar reír ante la reacción tan "tímida" del vampiro, mientras que este desvía la mirada mientras se aparta de ella.

— creo que debí decir algo más, eso fue estúpido.— responde avergonzado.

— lo fue.— trata de calmar su risa.— pero esa parte tuya me es interesante.

Vicenzo voltea hacía la rubia y este le sonríe.

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