**Alexa** es una joven soñadora, inquieta y de alma libre, siempre anhelando encontrar el verdadero amor. Para ella, ese amor es como una burbuja que flota en los cielos, un refugio que le brinda seguridad y confianza, un lazo tan fuerte que no permite distancias entre almas gemelas. Sin embargo, su mundo idílico se ve sacudido por la llegada de **Sergio Méndez**, un hombre misterioso y arrogante que desconfía del amor y desafía todas sus creencias. A medida que Alexa se adentra en este torbellino emocional, comenzará a cuestionar la existencia del amor verdadero. ¿Logrará Alexa mantener su fe en los sueños del corazón, o se dejará arrastrar por la dura realidad que Sergio representa? La batalla entre el idealismo y el escepticismo está a punto de comenzar.
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Capitulo XVII Envidia
"¿Dónde estabas?", pregunto Miranda sin voltear a ver a Sergio.
"Te lo dije mamá, estaba en la playa con las chicas", respondió Alexa sinceramente.
"¿Por qué entonces llegas con el señor Sergio?", pregunto nuevamente Miranda observando que los dos estaban bronceados.
"Porque Sergio fue quien nos invitó", respondió Alexa sin darle importancia a sus palabras.
Miranda estaba llena de furia ante la actitud despreocupada de su hija, ella le había advertido que no la quería cerca de Sergio, él solo usaba a las mujeres y después de conseguir lo que buscaba las dejaba tiradas como basura y eso no lo quería ella para su hija, no quería que pasara por ese dolor tan desagradable.
"Vamos a la cocina, tenemos que hablar", pidió Miranda molesta.
"Estoy cansada mamá, mañana hablamos", respondió Alexa tratando de esquivar esa conversación, ya que sabía que nada bueno saldría de ahí.
"No, es ahora, vamos a la cocina y es una orden", grito Miranda perdiendo la paciencia.
"Está bien mamá, hablemos. Sergio gracias por traerme nos vemos otro día", Alexa se despidió de Sergio amablemente y siguió a su mamá a la cocina.
"¿Y bien qué está pasando entre tú y el señor Sergio?", Miranda fue directo al grano.
"No está pasando nada mamá, Sergio y yo solo somos amigos, nada más", explico Alexa cansada.
"Te dije que te mantuvieras alejada de él, hija recuerda que siempre nos trató mal y de buenas a primeras cambio su actitud, eso es muy sospechoso", expreso Miranda con preocupación.
"Te entiendo mamá, obvio que recuerdo como nos trató en el pasado, pero las personas tienen derecho a cambiar mamá, él ya es más maduro y te puedo asegurar que nunca me ha faltado el respeto o ha propasado la línea", explico Alexa detalladamente.
"Me preocupo por ti hija, no quiero que te lastimen", dijo Miranda ya más tranquila.
"Y te entiendo mamá, pero si me llegará a pasar algo así, bueno sería mi aprendizaje y tendría que saber afrontar las consecuencias de mis acciones", respondió Alexa sabiendo que si mamá solo estaba preocupada por ella.
"Eres muy inteligente, confiaré en ti, sé que no permitirás que nadie juegue con tus sentimientos", comento Miranda abrazando a su hija.
"Mami entiende algo, no es por falta de inteligencia que algunas mujeres son burladas, a veces solo queremos arriesgarnos y sentir eso bonito que es el amor, en todo caso el bruto es el hombre que juega con una mujer".
Con esas palabras Alexa se despidió de su mamá y fue a la habitación que ocupaba en aquella casa, ya lista para dormir se acostó boca arriba y se quedó mirando fijamente al techo, ella no era la tonta que su mamá creía, estaba clara que Sergio solo buscaba una cosa de las mujeres, pero hasta el momento él no había intentado nada y es que él fue honesto al decir que ella no era su tipo.
Al día siguiente lo paso en la mansión ayudando a sus padres, el trabajo no deshonra a nadie y a ella no le importaba limpiar un poco.
"Buenos días, Alexa", saludo Irene entrando en la mansión.
"Buenos días, Irene, ¿qué estás haciendo aquí?", pregunto Alexa sorprendida.
"Mi familia es amiga de esta familia, así que mi madre vino de visita", explicó Irene mirando las fechas de Alexa.
"Ya veo, bueno pasa adelante que la señora Ágata bajará en breve", dijo Alexa con educación.
"¿Sabes si Sergio se encuentra en la casa?", pregunto Irene mirando a todos lados.
"Qué yo sepa no está, él no vive en esta casa", respondió Alexa tranquilamente.
"Si, eso lo sé, pero es una visita familiar y se supone que iban a estar todos los Méndez", aclaro Irene queriendo molestar a Alexa.
"No tenía idea, bueno te dejo, aún quedan cosas por hacer", Alexa se despidió de Irene y volvió a la cocina.
Irene se quedó mirando por donde iba Alexa, los celos que Irene sentía por su amiga eran cada vez más evidentes. Desde que se conocieron en la universidad, Irene sintió que Alexa era muy bonita, después cuando vio que era la más inteligente de la clase, empezó a odiarla, aún recuerda el día que Lucia la integro a su equipo.
POV
"Irene te presento a Alexa, es una magnífica estudiante y además viene de nuestro país de origen", señaló Lucia entusiasmada.
"Hola, bienvenida a nuestro grupo", contesto Irene no muy convencida.
"Gracias", respondió Alexa siendo amable.
"Ok, tenemos mucho que hacer, así que a trabajar", comento Lucia sacando los cuadernos de dibujo.
Las tres jóvenes empezaron a realizar sus creaciones, debían presentar un boceto al regresar del receso, no debía ser nada elaborado, el profesor solo quería ver el talento de las chicas, era algo como un diagnóstico. Alexa empezó a hacer su trabajo, ella había nacido para diseñar, así que su trabajo era burdo, pero con mucho talento. Lucia también era buena en lo que hacía, pero no tan buena como Alexa; sin embargo, Irene no tenía el talento para estudiar esa carrera, ella solamente la había elegido, ya que toda su vida estuvo enamorada de Sergio Méndez y creía que incursionando en el mundo de la moda lo conocería.
Regresaron al salón de clases y el profesor pidió que expusieran sus trabajos. Cada estudiante presentó su boceto y lo explico detalladamente, hasta que le tocó el turno a Alexa, quien sobresalió del grupo llevándose los elogios del profesor, esto hizo que Irene sintiera aún más envidia de su nueva compañera de estudio, llena de ira tomo sus cosas y las metió en su maleta de mala gana. Era imposible para ella que una simple becada se llevará todas las miradas y ahora para colmo era la consentida del profesor.
Fin del recuerdo.
De vuelta al presente, Sergio llegó a la mansión Méndez, él fue con la única intención de hablar con Alexa, nunca imaginó encontrar a Irene ahí, ya que Ágata nunca le informo de esa supuesta reunión entre familias.