Catalina Miranda es una joven deslumbrante que persigue con fervor sus sueños, a pesar de las adversidades que la rodean. Su familia no cuenta con grandes recursos económicos ni ocupa un alto estrato social, pero cada día luchan con valentía para salir adelante. Para Catalina, su madre y su hermana menor son el centro de su mundo; sueña con conseguir un buen trabajo que les brinde la vida digna que merecen, convirtiéndolas en verdaderas reinas.
Catalina es una soñadora incansable, siempre dispuesta a extender su mano a quienes la rodean. Sin embargo, su vida da un giro inesperado en una oscura noche. Al escuchar murmullos inquietantes provenientes de las afueras de su hogar, se siente atraída por la multitud de vecinos congregados. Con el corazón en un puño y temiendo lo peor, se acerca lentamente, solo para encontrarse con una escena desgarradora que cambiará su vida para siempre.
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Capítulo VII Nueva dama de la mafia
Punto de vista de Gabriel
Conduje de vuelta a la fortaleza, era hora de empezar mi plan. Catalina debía ser mi esposa y así con su ayuda librarme de los Alarcón y de mi familia.
Era tarde cuando llegué a la casa, a esta hora no molestaría a Catalina, además ella había estado enferma y por lo que dijo Desirée necesitaba descansar para recuperar fuerzas.
Me fui directo a mi habitación, me duché pensando en la mujer que dormía a unos pasos de mí, recordar sus suaves labios sobre los míos, esa exquisita piel que me invitaba a tocarla, su escultural cuerpo que me invitaba a poseerlo. Me estaba volviendo loco por tenerla entre mis sabanas y poder hacer con ella maravillas.
Me fui a dormir con una idea en mente, solo necesitaba esperar a que amaneciera y poder hablar con Catalina...
Al día siguiente me levante temprano, para ser sincero no pude dormir durante toda la noche, la imagen de Catalina venía a mi mente haciéndome perder el sueño. Salí de mi habitación y fui directamente hasta la habitación de Catalina, estaba ansioso por verla. Al entrar a su habitación la encontré aún en la cama, "Buenos días", dije en forma brusca haciendo que se pusiera de pie rápidamente.
"Buenos días", respondió con altivez aunque pude ver en sus ojos el rastro de las lágrimas. Si quería que ella fuera aceptada por la familia, debía hacerla fuerte, no podían verla como una joven indefensa, ya que eso sería perjudicial para ambos, a ella la podían mandar a desaparecer y a mí me obligarían a casarme con la odiosa de Camila.
Le dije que bajara a desayunar si se sentía bien, pero su respuesta me hizo gracia, tuve que aguantar las ganas de reír para no mostrarme inmaduro delante de ella. Después de cruzar algunas palabras que me prendieron ya saben en que sentido, tuve que salir de la habitación de Catalina, si no lo hacía no me iba a poder contener.
Baje al comedor y espere paciente a que hiciera acto de presencia, pero al ver que no bajaba pedí que me sirvieran el desayuno, estaba por empezar a comer cuando la vi entrar al comedor, iba vestida de negro con su cabello recogido en una coma alta, sus ondas caían libremente haciendo parecer mayor de lo que realmente era.
"Toma asiento por favor", le dije mirándola fijamente.
"Gracias", respondió con frialdad.
"Te queda bien el negro, me gusta como te ves", estaba siendo sincero, pues su piel era blanca y vestida así parecía una dama de la mafia.
"De ahora en adelante será mi color favorito", contesto con sarcasmo.
Las empleadas empezaron a servir el desayuno, mientras tras que yo no podía apartar la mirada de ella, cada parte de su piel me pedía que la tocara, nunca había sentido la necesidad de hacer mía a una mujer tal y como me estaba pasando con Catalina.
"Buenos ddías, escuché la voz de mi padre sacándome de mis pensamientos.
"Papá ¿Qué hacer aquí?", pregunté sorprendido, nadie me había informado que él estaba en mi casa.
"Soy dueño de todo esto, por lo tanto, puedo venir cuando quiera", dijo retándome.
"Estás equivocado, esta es mi propiedad y he trabajado duro para que así sea. No puedes venir cada vez que te plazca", estaba molesto, y sentía que no tenía gente leal a mi alrededor.
"Puedes decir lo que quieras, pero fíjate que no tienes a nadie leal a tu lado, pues tus empleados ni se tomaron la molestia de anunciarme", tenía razón en eso, debía deshacerme de esta gente ingrata, que no tenían el más mínimo concepto de lealtad en ellos.
"Disculpe señor, pero en algo se equivoca, pues yo soy cien por ciento leal a su hijo", Catalina intervino mostrando un carácter que hasta ahora y yo había visto.
"¿Tú quien eres y quien te dio el permiso de haberme así?", pregunto Federico mutando a Catalina con ganas de quitarle la vida.
"Soy la futura señora de la casa, por lo tanto, mi prometido y yo pedimos respeto a nuestra intimidad".
Catalina estaba hablando como toda una dama de la mafia, y es que antes de que mi padre entrara al comedor, yo había hablado con ella.
Por
"Soy Gabriel Lombardo, ¿imagino que has escuchado el apellido?", pregunté con curiosidad.
"¿Eres el dueño de la cadena de hoteles Lombardo?", pregunto sorprendida.
"Así es, pero soy más que eso. Después te explico. Ahora hablemos de algo más importante", la miré a los ojos y vi en ellos algo que nunca había visto antes en una mujer. Ella no cambio su manera de mirarme después de saber quien era, es decir, seguía mirándome con odio y eso me atraía aún más. "Me informaron que mi padre viene en camino, él debe pensar que somos una feliz pareja, recuerda lo que te dije en la habitación", no me dio tiempo de darle más instrucciones, ya que Federico llego antes de que pudiera hacer algo más.
Fin del recuerdo.
"Esto debe ser una broma. Pareces una niña, tú no eres digna de pertenecer a nuestra familia", respondió mi padre indignado. Sabía que no se refería a la familia que todo el mundo ve, él está hablando del bajo mundo.
"Ja, ja, ja, no me hagas reír, si soy o no digna, creo que es usted quien debería decírmelo, pues no necesito la aprobación de nadie para ser quien soy..."
Mi padre no la dejo terminar de hablar. "¿Acaso no me tienes miedo?," Al menos sabes quién soy?", pregunto confundido.
"Por supuesto que lo sé y déjeme decirle que no le temo, no temo a nada que me pueda hacer. Desde hace tiempo perdí el miedo a la muerte", cada palabra que salía de la boca de Catalina era con determinación y firmeza, aunque creo que ella no tiene ni idea de lo que está haciendo, ella no tiene idea que se está enfrentando a un jefe de la mafia.
"No me quedaré a discutir más con esta niña, espero que sea cierto lo de su relación y que vayan enserió, no me gustaría tener acabar con la vida de esta pequeña y hermosa criatura.
Sin decir nada más, mi papa salio de la casa, al parecer Catalina había logrado convencerlo de su valía y de que podía ser la nueva dama de la familia Lombardo, ahora me tocaba explicarle lo que acababa de hacer y ver cual será su reacción.