Grettel es una mujer pobre, que se enamora de un hombre rico, al que conoció desde niños.
Ese amor desencadena una serie de maltratos, odio y situaciones en las que de pronto te obligan a decir, ¡ella o yo, tienes qué decidir!
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El engaño
Tengo dos semanas aquí y Grettel no me ha mandado ninguna carta, se quejaba Axel con un amigo nuevo que acababa de conocer en Chiapas.
¿Por qué no le marcas para que sepas a qué atenerte?, le sugirió su nuevo amigo, David.
Tienes razón, le hablaré en este mismo momento.
Bueno, ¿quién habla?
¿Doña Martha?, soy Axel, ¿podría hablar con Grettel?
Uy, pues esa no va a ser posible, Grettel no está.
Por favor, apunte esta dirección para que sepa dónde encontrarme y el número de teléfono.
Martha hizo como que fue a buscar una libreta y una pluma, en realidad, tenía las manos vacías.
A ver, dime, muchacho.
Calle Las Praderas 501 en Chiapas y le voy a dar el teléfono 5543 81 94 11.
Está bien yo le pasaré la información a Grettel.
"Ya parece que le voy a dar noticias tuyas, muchacho engreído. Por mí puedes irte al diablo"...
¿Lograste hablar con Grettel?, le preguntó David.
No pero lo dejé la información.
Las cartas que Axel mandaba a Grettel no llegaban a su destino porque eran interceptadas por Josefina.
Y las cartas que Grettel enviaba a Axel tampoco llegaron a su destino por ser interceptadas por Martha. Estas dos mujeres actuaban como si se hubieran puesto de acuerdo.
Mientras tanto, Axel estaba preocupado porque no tenía ninguna noticia de Grettel.
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Romina llevó a Grettel a su trabajo.
Don Agustín, ella es mi amiga Grettel. Ella quiere trabajar aquí.
Agustín quedó asombrado al ver a Grettel, era muy hermosa.
Pues no está nada mal. Está bien, te daré el trabajo y espero que sepas desenvolverte bien.
Ve con Clara para que te dé el vestuario que vas a ocupar.
Así lo hizo y de rato ya estaba vestida con una peluca rubia y un vestido ajustado al cuerpo.
Le habían asignado el puesto de cigarrera, o sea, las que van vendiendo cigarros a todos los clientes que van ahí a tomar.
Si alguien se quiere propasar contigo, solo dime y yo te defenderé, le dijo Romina.
No te preocupes, Romina sé defenderme perfectamente bien.
Ese día vendió bastantes cigarros y ganó muy buena propina.
Llevaba dos semanas trabajando en ese lugar cuando de pronto sintió un mareo, estuvo a punto de desmayarse, de no ser por uno de los clientes que la detuvo para no caer al suelo.
Romina acudió en el acto y la llevó al privado que ocupaba para cambiarse.
¿Pues qué te pasó amiga?, ¿qué fue ese desmayo?
No sé, debe haber sido porque no he comido bien los últimos días.
Grettel, te hace falta un buen descanso y necesitas alimentarte bien.
Por el momento no me puedo dar ese lujo necesito tanto el trabajo.
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Varios días después del desmayo de Grettel, llegó Rocío acompañada de Rafael a ese lugar de mala muerte.
Un mes era se les acercó y ellos pidieron la orden.
Grettel, ignorando quiénes eran los que habían llegado, se acercó a ellos para venderle cigarros.
Tarde se dio cuenta de que el que estaba ahí era Rafael con Rocío.
Él la reconoció de inmediato, ¡Grettel!, dijo asombrado y con una sonrisa de burla.
Rocío intervino. ¿Esta es la dichosa Grettel, la que me anda robando a Axel?
Grettel la ignoró por completo y se dio la vuelta para irse, pero Rafael se paró y la tomó del brazo.
Mira nada más, ¿sabe Axel que estás trabajando aquí?, no, ¿verdad?
Por favor, no le vayas a decir nada, no estoy haciendo nada malo, necesito tanto el trabajo.
Mi pecho no es bodega, Axel se enterará de esto.
Sin que Grettel se diera cuenta, Rafael le tomó algunas fotos.
Jajaja, la tengo en mis manos. Vámonos, Rocío, no sé qué andamos haciendo en este lugar.
A Rafael se le hizo tarde para imprimir las fotos y llevárselas a su padre.
Mira lo que he visto papá... Rafael le enseñó las fotos.
¿Pero qué es esto?
Es la famosa Grettel trabajando en ese lugar de mala muerte.
Axel tiene que ver estas fotos, no se las puedo mandar por correo así que iré personalmente a Chiapas.
Está bien, papá, pero cuídate mucho.
Tiempo después, Lorenzo estaba en Chiapas con su hijo.
Papá, ¿qué haces aquí?
Tengo que hablar contigo de algo muy importante, le contestó él.
Debe ser muy grave para que hayas venido hasta acá, papá.
Mira, necesito que veas esto, y le dio el sobre que tenía en sus manos.
Axel sacó las fotos y vio a Grettel vestida con una peluca rubia y un vestido todo ajustado.
No puede ser. ¿Qué significa esto, papá?
Es para que veas que tu novia no es una blanca paloma.
¡Dios mío!, ¿por qué me ha engañado?
Yo te dije que no era una mujer digna de confianza ya lo has comprobado por ti mismo.
Bueno, hijo, mañana mismo me regreso.
Axel, ¿por qué antes de juzgar no investigas bien? Puede que sea una trampa de tu padre.
¿Por qué sería una trampa?, no he recibido una carta suya en dos semanas. Tal vez por eso no me ha escrito, porque no quiere que me dé cuenta dónde va en mi ausencia. ¿Ya viste cómo anda vestida?
Axel, no te apresures a tomar una decisión. Dale el privilegio de la duda, le dijo David, que era más centrado y no le gustaba juzgar a nadie por su apariencia.
Deja de decirme eso David. Yo sé lo que hago.
Yo solo quiero ayudar.
Ok, te lo agradezco, pero yo puedo tomar mis propias decisiones. Y he decidido que no quiero volver a saber de ella y menos porque me está engañando.
Bueno, pues allá tú.
"¿Por qué me engañaste Grettel?, yo siempre he confiado en ti, y mira cómo me pagas".