Gabriela es una mujer hermosa que a tenido una decepción amorosa , y a raíz de eso no quiere enamorarse más solo quiere tener a un hijo de cualquier forma. lo que ella no sabe es que pronto llegará a su vida un hombre hermoso y lleno de verdaderos sentimientos hacia ella y ara lo que sea para mantenerla a su lado , lo que sea
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nueva casa
Despierto al siguiente día y ya estoy más calmada, tratando de procesar todo de la mejor manera. Mañana se va mi madre, ella quiere dejar todo organizado hasta dentro de 1 mes que vuelve de visita. Mi mamá quiere comprar una casa amueblada para que yo me sienta más tranquila y en un espacio confortable. No rechazo su propuesta porque sé que lo hará quiera o no quiera.
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Hija, estoy lista para ver casas. Quiero encontrar una casa donde podamos llegar y sentirnos cómodos al visitarte. Mínimo 3 habitaciones, ¿te parece?
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Madre, por favor, ¿acaso vas a tomar en cuenta lo que yo diga?
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Tienes razón jajaja. Todo lo escogeremos a mi gusto porque sé que no estás muy interesada, que digamos, en dónde vas a vivir.
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Salimos a la dirección que nos dieron donde se vendían casas en un buen sector. La verdad, al principio no estaba nada emocionada. Apenas empezamos a ver casas, todo cambió; eran tan lindas que no pude dejar de pensar en ver a mis hijos corriendo en ellas. Visitamos tantas casas hermosas que ya estaba muy cansada. Me decidí por una en donde, apenas entré, sentí paz y tranquilidad. Era enorme, tenía piscina, la cocina era hermosa y las habitaciones eran muy espaciosas.
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A mi mamá le gustó y me dijo: 'Bueno, me gusta'. Pensé que tendrías mal gusto, me preocupé por nada. Voy a firmar los papeles de venta y la escritura. Si quieres, echa un vistazo a tu nueva casa
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Estoy emocionada. Mi madre me dice que eche un vistazo a mi nueva casa, me da un beso y luego se va a terminar con todo lo de los papeleos de la casa. Entro a la habitación, sonrío y quiero que esta sea la de mis hijos. Apenas me mude aquí, voy a empezar a comprar cosas para pintarla. Me doy cuenta de que no he comprado nada de ropa para mis bebés, así que le digo a mi mamá que apenas terminemos lo de la mudanza y contratación de la señora que me va a ayudar aquí en la casa, tendremos que salir a comprar unas cosas. Ella me pregunta de qué se trata, yo solo le digo que es una sorpresa. Recogimos nuestras cosas en el hotel, nos despedimos y procedemos a ir a nuestra casa que ya estaba lista para recibirnos. Desempaco y organizo todo en mi cuarto. Luego llega la señora que se quedará a ayudarme, me la presentan y le explico cómo quiero las cosas, y salimos
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Hija, ¿a dónde me llevas? Sabes bien que tengo que organizar todo mi equipaje, ya que mañana regreso y no puedo dejar todo para última hora.
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Madre, no te preocupes, esto te va a encantar más a ti que a mí. Le sonrío, además, yo te ayudo a preparar las maletas apenas lleguemos, te lo prometo. Llegamos a una pañalera que tenía de todo para bebés, mi mamá me mira, abre los ojos con una emoción notable.
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Hija, me hubieras dicho antes que era este el lugar al que querías venir. Me encanta. Yo voy a escoger la primera muda de ropa para mis niños. Espera un momento, Gabi, ¿de qué color se supone que vamos a comprar si no tenemos ideas del sexo de mis pequeños?
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No te preocupes, mami. Ya pensé en eso. Como todavía no sabemos el sexo de los niños, vamos a comprarles ropa neutra, como por ejemplo colores suaves como el blanco, el azul claro y el amarillo. ¿Qué piensas?
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Si hija, es una buena idea. Mira, hija, esto es hermoso. Lo quiero, ¡qué lindas pijamas!
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Terminamos de comprar todo y ahora estoy agotada, mi madre prácticamente compró toda la tienda. No sé cómo vamos a meter esto en el taxi. Estamos de salida pero la vendedora nos dice que tienen servicio a domicilio en la tienda y que si queremos contratarlo. Obviamente le digo que sí, le doy la dirección de la casa, les doy las gracias, nos despedimos y tomamos el taxi para irnos. Llegamos a casa y la cena ya estaba lista. Comemos, me baño y luego me dirijo a la habitación donde está mi madre. La ayudo a empacar todo, ella me mira y me dice.
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Gabi, no quiero dejarte aquí sola. Sabes lo preocupante que va a ser estar lejos de ustedes en estos momentos. Voy a tratar de volver lo más rápido posible, así que espero que hagas todo lo prometido. Tienes que tomar las pastillas a tiempo, tener cuidado en las escaleras y comer temprano.
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Detengo a mi madre y le digo: 'Sí, sí mami, no te preocupes. Yo puedo cuidarme muy bien. Además, no voy a estar sola. Mira, ya contrataste a la señora que va a vivir aquí conmigo y me va a cuidar. No te preocupes, además, en 1 mes ya vienes, así que estate tranquila'. Le doy un beso y un abrazo. Ella me lo regresa. Terminamos de empacar todo y nos dormimos juntas. Nos despiertan tocando la puerta.
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Buenos días señora Camila, señora Gabriela, ya está listo el desayuno. Bajen antes de que se enfríe.
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Mamá, ¿por qué le dijiste que nos despertara tan temprano? Quiero seguir durmiendo.
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No, señora, se levanta. Ya te dije que todo lo quería puntual. Yo misma le di la orden a Sandra para que esta sea la hora del desayuno de ahora en adelante. Tú sabes que tienes que comer bien y a tiempo por los niños
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Pero es muy temprano, ella me mira y hace esas caras que te hace tu madre cuando no quiere que sigas reprochándoles algo, así que me callo y salgo a lavarme la boca. Bajo a desayunar, doy los buenos días y Sandra responde.
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Buenos días señora, mire, esta es su comida. Ya le sirvo el jugo de naranja.
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Gracias, Sandra. Terminé mi comida y subí a bañarme, ya que era casi hora de salir para llevar a mi madre al aeropuerto. Voy a la habitación de mi mamá, salimos con todas sus cosas, debajo nos espera el taxi. El señor mete todo y nos vamos. Llegamos, mi mamá entrega su equipaje, nos sentamos a esperar su vuelo. Después de 1 hora, mi mamá se tiene que ir. Nos despedimos, no paramos de llorar y abrazarnos. Ella sube, así que yo tengo que regresar a la casa. Tomo un taxi y llego, Sandra me estaba esperando, ya que mi mamá le pidió que me cuidara muy bien. Ella se tomó esa petición muy en serio. La saludo, subo y entro a mi habitación. Me quedo dormida y escucho muy en el fondo mi nombre. Me despierto y era Sandra llamando.
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Señora Gabriela, su madre está al teléfono.
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Dale Sandra, ya salgo. Gracias. No puedo creer que dormí tanto, que hasta mi mamá ya está en casa. Salgo y respondo el teléfono. Hola madre, ¿qué tal tu vuelo? ¿Cómo llegaste?
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Hola hija, todo salió bien. Tu padre y tu hermano me estaban esperando. Solo quería escuchar tu voz. No hace mucho que nos vimos, pero ya los extraño.
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Mami, también te extrañamos mucho, pero sabemos que pronto estarás con nosotros, así que no te preocupes. Quiero que estés relajada, ¿ok? Mi madre nos manda muchos besos y nos despedimos. Me quedo en la sala hablando con Sandra mientras ella hace la cena. Le pregunto por su familia.
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Señora Gabriela, la verdad conseguí este trabajo porque la situación aquí no es muy buena y quería ayudar a mi marido con sus gastos. Además, tenemos 3 hijos y todos están estudiando, por lo que necesitamos dinero para todo.
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Ya veo con quién quedan tus hijos si estás aquí interna ayudándome y solo tienes sábados y domingos para estar con ellos.
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No se preocupe señora, nosotros vivimos junto a mi madre. Ella los cuida mientras llega su papá del trabajo.
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Me alegra que no estés sola, si quieres puedes invitarlos aquí de vez en cuando cuando te parezca bien. Quiero que estés lo más cómoda trabajando conmigo y también quiero que pases más tiempo con tus hijos.
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Gracias, señora. Cuando salgan del colegio, los iré a buscar para que se queden un rato conmigo y luego los llevo de regreso a casa.
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Terminamos de hablar, Sandra sirve nuestra cena. Comemos y luego salgo un rato, me siento junto a la piscina para refrescarme. Luego suena mi teléfono y era Marco, respondo.
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Hola Gabi, ¿cómo estás? Estoy cerca del hotel donde te hospedas y quise saludarte. ¿Puedes bajar un rato y charlamos?
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Hola Marco, qué pena no te conté que ya no estoy allí. Me mudé ayer a una casa que compró mi madre. Qué pena no decirte.
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¡Qué bueno! Eso significa que te quedarás por mucho tiempo, ¿no? Si quieres, mañana paso a saludar y así conozco tu casa, ¿puedo?
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Si no hay problema, así te recompenso por no poder asistir a la cena a la que me habías invitado.
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Dale Gabi, entonces quedamos así. ¿Te parece si nos vemos mañana en la noche? Así me invitas a cenar. Descansa y ten dulces sueños.
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Dale con mucho gusto y te invito a la cena. Tú también descansa, cuídate.
