Tentación

No recuerdo a qué horas me quedé dormida, reviso el reloj y mierda voy a llegar tarde a clases, salgo corriendo a ducharme y me cambio lo más rápido que puedo.

De camino a la universidad le envío un mensaje a Bella "Creo que llegó tarde a la clase, me quedé dormida" y lo peor del caso es que la clase era con Manolo y como están las cosas espero que no se lo tome tan mal mi llegada tarde.

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Salgo corriendo al salón de clases, veinte minutos tarde, era demasiado, tocó la puerta del salón y un Manolo no muy contento me abre.

- Señorita Montenegro, estás no son horas. - si estaba enojado.

- Perdóname, es que había mucho tráfico. - lo último que quería era que supiera que me quedé dormida hasta tarde por estar pensando en él.

- La próxima madrugue más, mire como se adelanta, pero a mi clase no entra. -es en serio lo que estaba escuchando.

- Manolo no me hagas esto. - le reprochó. - por favor.

- Profesor Cortes, señorita Mía y con permiso. - este desgraciado me cerró la puerta en mi cara. - Para todos, mi clase se respeta, yo paso cinco minutos, no veinte, aquí no importa su apellido, aquí importa el profesional, usted a un juicio no llega veinte minutos tardes, porque eso no te lo va a permitir un juez, estamos.

Ahora era el ejemplo de la clase, es un maldito y ahora que se suponía que haga, mi celular suena por un mensaje de Bella "Está insoportable, al parecer que no siguieras con él, no le gusto de a mucho" - preferí no responderle, no quería que se desquitará con ella.

Decidí irme para la cafetería y esperar que se terminará la clase, Manolo es un imbécil, me la pasé dos horas leyendo un libro, cuando la pelirroja se sienta enfrente mío con una cara de pocos amigos.

- Gracias a ti, tenemos que hacer un ensayo de más de cinco mil palabras para hoy.

- ¡Que! - no lo podía creer. - a este hombre que le pasa.

- Que le va a pasar Mía, le falta sexo al cabrón y como tú se lo cortaste, se quiere desquitar con nosotros.

- Pues para eso tiene su esposa, que le dé ella, no tenemos de otra hagamos el ensayo.

- Tú no puedes hacer el ensayo.

- Como que no puedo hacer el ensayo.

- Me dijo que es una nota de clases y como tú no estuviste, no tienes derecho, me lo dijo antes de salir, entonces lo siento.

- Es un cabrón, pero me va a oír. - me levanto furiosa de la mesa.

- ¿Que vas a hacer?

- Pues decirle lo cabrón que es, eso voy a hacer. - me voy al salón, porque una cosa es lo personal y otra muy distinta la universidad.

Y ahí estaba el imbécil revisando algo en su ordenador.

- A ti que carajos te pasa. - esto era lo que me faltaba.

- ¿Qué me pasa de qué? - ni siquiera es capaz de verme a la cara.

- Te estás comportando como un crío. - cierra su ordenador y me mira.

- Mira Mía, simplemente te estoy tratando como cualquier alumna, mi clase se respeta, llegaste tarde y no pretendías que te dejara entrar. - su voz sonó tan fría.

- Y porque no me permites hacer el trabajo que dejaste, que quieres que pierda la materia.

- Está bien si tu único problema es que no quieres perder la materia, haz el trabajo si eso es lo que quieres. - sonaron tan frías sus palabras. - te puedes retirar.

- Gracias. - quería decirle más, pero preferí callar, así que decidí irme para la cafetería con Bella.

- ¿Qué te dijo? - me pregunta Bella con perspectiva.

- Me dejó hacer el trabajo, pero no quería hablar conmigo.

- Ya no le prestes mucha atención, y terminemos esto para después mandarlo a la mierda.

Tenía razón, el trabajo era bastante largo así que no podía perder más el tiempo pensando en estupideces.

Manolo

Está situación me estaba ganando, Mía tenía razón parecía un crío, pero no sabía como más reaccionar, Pamela también estaba histérica diciendo que tenía una amante.

Necesitaba un trago, pero el único amigo que tenía estaba en Estados Unidos y hace tiempo que no hablaba con él. Que mierdas hago para sacarme a Mía de mi cabeza.

- ¿Ocupado? - su voz me saco de mis pensamientos, no lo podía creer, llegó en el mejor momento, me acerco para abrazarlo.

- No lo puedo creer, cuando llegaste cabrón.

- Ayer, y me dijeron que estabas dictando clases así que vine a saludar a mi amigo.

Martin y yo nos conocimos en la universidad, y desde ahí nos hicimos muy buenos amigos, a pesar de que somos muy distintos.

- Bueno me alegra que hayas vuelto, y la verdad en un buen momento, ¿Vamos por unos tragos?.

- Vamos, porque me enteré de algo.

Me imagino el tema que quería hablar conmigo, creo que el mismo que yo quería hablar con él. Llegamos al restaurante Galicia, siempre me habló de este sueño y mira a pesar de que su papá no lo apoyo aquí está.

Pedimos dos whiskys. - Que es de tu vida, yo te hacía en Italia.

- Volví por trabajo, el sueldo que me ofreció tu padre era mejor que el trabajo en Italia.

- No me digas, cuando te fuiste pensé que realmente te ibas a separar, que te dolió la traición de Pamela, pero tengo entendido que volviste con ella. - sé que era complicado entender.

- Es complicado.

- Para ti todo es complicado, a ver Manolo, tú eres masoquista cierto.

- Si lo sé, sé que soy un idiota por seguir con ella, la mujer que me quito el derecho de ser padre, que me fui infiel siendo novios, después de casados, lo sé, pero no me puedo separar.

- Porque no te puedes separar, no seas idiota, ni porque Pamela te estuviera amenazando.

- No, no es eso, porque no cambiamos de tema mejor. - hablar de mi vida es un desastre. - Más bien tu cómo vas, que tal Estados Unidos.

- Una belleza, pero volví por lo del matrimonio de mi sobrina el cual era con Mía pero debido a la situación ahora Sofía, y bueno cuestiones de trabajo también.

- ¿Trabajo o mujeres?, yo te conozco, volviste por alguna tía.

- Por una en específico, pero está comprometida y nada, tocó hacerse a un lado.

- Martin Sanin, rendido por una mujer, eso sí es nuevo. - Martin nunca se enamoraba, eso era inquebrantable con él.

- Por eso te digo, uno no se debe enamorar, uno debe tener sexo, si todos entendiéramos eso, la vida sería más sencilla.

En eso el tenía razón, si solo fuera sexo sería tan fácil, pero lamentablemente metemos el corazón y yo lo metí y por eso estoy como estoy, por idiota.