Sarah es una bailarina de ballet que, por primera vez, logró firmar con una compañía. Durante uno de sus tours, conoce a un hombre que está completamente enamorado de ella. Él amenaza con arruinar su carrera si ella no firma un contrato con él. ¿FIRMÓ ELLA EL CONTRATO? ¿QUE QUIERE EL DE ELLA?
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Capitulo 17
Semillas de Esperanza
Pasaron algunas semanas en Berlín, y mi amistad con Lukas se fue fortaleciendo. A diferencia de Volkov, él era amable, atento y genuinamente interesado en mí como persona, no solo como una bailarina.
Hubo momentos en los que me sentí tentada a confiarle mi secreto, a revelarle la verdadera naturaleza de mi relación con Volkov. Pero el miedo a las consecuencias me mantenía en silencio.
Un día, mientras ensayábamos, Lukas se acercó a mí con una expresión preocupada.
"Sarah, ¿puedo hablar contigo un momento?" preguntó, en voz baja.
Asentí, sintiendo que el corazón me latía con fuerza.
"Claro, Lukas. ¿Qué sucede?"
Él me miró con seriedad, y pude ver la compasión reflejada en sus ojos.
"Mira, sé que no nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero... Me preocupas, Sarah", dijo, con suavidad. "Siento que algo no está bien, y me gustaría que pudieras confiar en mí."
Tragué saliva, sintiendo que el miedo me paralizaba.
"No sé a qué te refieres, Lukas", respondí, fingiendo desconcierto. "Todo está bien, en serio."
Él sacudió la cabeza, con una expresión triste.
"Sarah, no me engañes", dijo, con firmeza. "Puedo ver el dolor en tus ojos, y la forma en que Volkov te trata... No es normal."
Sentí que el pánico se apoderaba de mí. ¿Cómo podía Lukas haber notado algo tan evidente?
"Lukas, por favor, no sigas", supliqué, con desesperación. "No puedo hablar de esto, no puedo arriesgarme."
Él me miró con comprensión y, lentamente, tomó mis manos entre las suyas.
"Sarah, escúchame", dijo, con voz suave. "Sé que tienes miedo, pero quiero ayudarte. No tienes que cargar con esto sola."
Sentí que las lágrimas amenazaban con brotar de mis ojos, pero me esforcé por mantener la compostura.
"Lukas, ¿no entiendes? Volkov me... Él me tiene atrapada. Si le digo algo a alguien, él... Él puede hacerme daño", murmuré, con la voz quebrada.
Lukas apretó suavemente mis manos, en un gesto de apoyo.
"No permitiré que Volkov te siga lastimando, Sarah", dijo, con determinación. "Déjame ayudarte a escapar de esta pesadilla."
Lo miré, sintiendo una chispa de esperanza nacer en mi interior.
"¿Cómo?" pregunté, con voz temblorosa.
Lukas sonrió, con un brillo de determinación en sus ojos.
"Confía en mí, Sarah. Voy a encontrar una manera de sacarte de aquí, cueste lo que cueste."
Asentí, sintiendo que una sensación de alivio me invadía. Por primera vez en mucho tiempo, sentí que no estaba sola en esta lucha.
Mientras ensayábamos, pude notar que Lukas mantenía un ojo vigilante sobre Volkov, estudiando sus movimientos y patrones. Supe entonces que estaba planeando algo, algo que podría cambiar el curso de mi vida.
Días después, durante uno de los eventos de la gira, Lukas se acercó a mí con una mirada de determinación.
"Sarah, es hora", susurró, con urgencia. "Sígueme, y confía en mí."
Sin hacer preguntas, lo seguí a través de los pasillos, alejándonos del bullicio de la fiesta. Finalmente, llegamos a una puerta lateral que daba a la calle.
"Rápido, tienes que irte de aquí", dijo Lukas, entregándome un sobre. "Toma este dinero y vete lo más lejos que puedas. Yo me encargaré de distraer a Volkov."
Sentí que las lágrimas rodaban por mis mejillas, abrumada por la generosidad y el coraje de mi amigo.
"Lukas, yo... No sé cómo agradecerte", murmuré, con la voz quebrada.
Él me sonrió, con una expresión llena de compasión.
"Sólo vete, Sarah", dijo, empujándome suavemente hacia la puerta. "Encuentra tu libertad y sé feliz."
Sin mirar atrás, salí corriendo a la calle, sintiendo que el corazón me latía con fuerza. Corría sin rumbo, con la esperanza de alejarme lo más posible de la villa de Volkov.
Mientras me abría camino por las calles de Berlín, pensé en Ava, aquella amiga que había conocido durante la primera gira. Tal vez ella podría ayudarme, o al menos darme un lugar seguro donde esconderme.
Con determinación, me dirigí al hotel donde Ava y su compañía se estaban alojando. Cuando llegué, me recibió con una expresión de sorpresa y preocupación.
"¡Sarah! ¿Qué está pasando?" preguntó, al verme tan agitada.
Tomé su mano, con desesperación.
"Ava, necesito tu ayuda", supliqué. "Por favor, tienes que esconderme. Estoy huyendo de Volkov."
Ella me miró con una mezcla de shock y compasión, y sin decir una palabra, me guió rápidamente al interior del hotel.
"Ven, te llevaré a un lugar seguro", dijo, con determinación.
Mientras me conducía a través de los pasillos, sentí que un peso se levantaba de mis hombros. Por primera vez en mucho tiempo, tenía la esperanza de encontrar la libertad que tanto había anhelado.