Y llegaste tú, y me sorprendió el poder que había en tu interior y llegaste tú...
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Capítulo 12
El viernes, a la 13:00hrs, Emmanuel había formado a la tropa para que transformara los salones y convirtieran el espacio en un escenario caribeño.
Todo marcha como viento en popa, dijo colocándose sus zapatos deportivos.
- Empiecen por la pista de baile y luego siguen dentro. Karina, tú y yo empezaremos a montar el salón principal.
- Cuando la pista de baile esté lista para que Karina y su equipo monten los arreglos florales, me avisan por el interfon.
- Necesito que la entrada, el vestíbulo y la escalera estén terminados antes de las 14:00hrs, y el salón principal antes de las 15:00hrs.
- Los balcones, la pérgola y los patios a las 16:00hrs, y la pista de baile a las 17:00hrs. Si necesitan ayuda, vengan a buscarme, a mí o a Patricio. Ahora pongámonos manos a la obra.
Con Karina a su lado, Emmanuel salió disparado al salón principal.
Sabía que Karina siempre estaba activa y atenta a cada movimiento, para brindar apoyo cuando requerían de ella, y eso equivalía al cien por ciento.
A cambio, Emmanuel solo tenía que enseñarle o explicarle las cosas una sola vez. Y ella se montaba en lo que debía hacer.
Karina excelente en su campo. Además, en su opinión, tenía tanta fuerza que a veces hacía temblar a todo el equipo de miedo. Y eso le gustaba.
Karina, una chica bajita, gordita con su cabello azabache y cortado al estilo niña bonita, con mechas de color rosa en honor a la primavera, segun ella, se abalanzó con los arreglos de la repisa que habia en el salón, ayudandolo a descolgar, embalar, arrastrar, recoger y también sacaron las lámparas para colocar unas velas de colores combinados, guirnaldas, maceteros de helechos y palmeras.
Karina - Si alguien quiere una celebración al estilo caribeño, ¿por qué no se va a la playa y ya?
Emmanuel - Si se hubieran ido a la playa, no nos habrían pagado para recrear una. No crees tú.
Karina - Cierto, en eso no te quito razón.
Emmanuel con Karina terminaron el salón principal al recibir la señal por el micrófono y se dirigieron a la pista de baile. Donde ayudo a Karina a colocar Los coloridos maceteros con hibiscos y orquídeas que dieron paso a un increíble ambiente caribeño.
El montaje de la primera celebración ya ha culminado.- le dijo Patricio.- Llevaba un deportivo gris muy sencillo, El Yess en una mano, el busca enganchado en el bolsillo y el micrófono colgado en la chaqueta.- Excelente compadre, te botaste con este escenario, te quedo como anillo al dedo.
Emmanuel - Sí, lo se. No puedo quejarme.
Patricio mirando a Karina le dijo.— Los arreglos florales estan increibles Karina. Te felicito.
Karina lo miro sonrojada.— Gracias.
Emmanuel sonrio con satisfacción al ver el orgullo de su amigo por el trabajo que habia hecho Karina con los arreglos, quien no se dio cuenta como su amigo la miraba porque continuo haciendo su trabajo.
Emmanuel se volvió a su amigo y le pregunto — ¿Ya llegaron los anfitriones?
Patricio - Llegarán dentro de veinte minutos.
Emmanuel - Lo conseguiremos. Siempre lo hacemos.
Patricio - Una pregunta, tú por casualidad no sabes ¿Por qué los padres de Samantha cambiaron la fecha de mañana para el próximo mes? ¿Algo que yo no sepa?
Emmanuel - No tengo idea compadre, porque cuando ella llegue le preguntas. Así nos enteramos todos del por qué.
Patricio - Buena sugerencia, lo haré cuando la vea.
Emmanuel - Perfecto.
Emmanuel junto con Patricio entraron corriendo a la casa. Y ya Karina estaba allí con William uno de los chicos del equipo y estaban trabajando en la escalera, adornandola con rosas blancas, combinadas con hibiscos, y largas guirnaldas de colores llamativos colgando cada veinticinco centímetros. — Perfecto. Veamos, montare con Armando la simulación de una playa, pero necesito la ayuda de una mujer y tengo a Karina ocupada con William, que ya se dirigen a la entrada para luego continuar con los arreglos de la mesa de los regalos.
- Puedo enviarte a Carla.- dijo Patricio marcando en su busca.
Emmanuel — ¿Sumaste a Carla al equipo?
Patricio - Se puso a la orden porque no tenia nada que hacer y le he dicho que fuera al salón de baile a echarnos una mano, pero puedo enviartela.
Emmanuel - Es bueno que Marcos se haya colgado de una mujer multitareas como Carla, que aparte es bellísima. Te tomo la palabra.
Con Carla y Armando, Emmanuel transportó toda la escena de la playa a la entrada.
- Los anfitriones estan llegando.- La voz de Patricio salió por los auriculares de Emmanuel y este solto una risa sarcástica. — Llegaron los anfitriones amargados.
Observo como Karina daba los últimos toques a la repisa de la chimenea, antes de salir zumbando para ocuparse de los exteriores.
Cuando ya tenía dispuesto todo el escenario playero y caribeño del evento, se bebió un botellín de agua como si hubiera estado en el desierto.
Samantha - ¿Solo eres capaz de hacer esto?
Emmanuel, sin dejar de frotarse la cara con agua, se volvió.
Samantha estaba de pie, con las manos metidas en los bolsillos de un fabuloso deportivo gris y las gafas Tommy Hilfiger puestas para protegerse de la luz del sol.
Emmanuel - Bueno, la anfitriona quería algo sencillo.
Samantha se rió y sacudió la cabeza.
- Es sorprendente, parece realmente una isla caribeña.
- Sí. - Emmanuel le apuntó con el dedo. Ese era el plan. Pero ¿Qué haces aquí? Es temprano todavía.— Dijo mirándo el rolex que llevaba puesto en la mano izquierda.
Samantha — Te molesta que haya sido así.
Emmanuel — Para nada. Me gusta la idea, y lo que quisiera en este momento es besarte, pero mira como estoy. No me atrevo a tocarte.
Samantha sonrio feliz.— Bueno, entonces no me toques, deja que yo te bese, si.
Emmanuel — Ok.
Samantha toco su cara con las manos y luego le rozó los labios solo con un beso, cargado de muchas ganas para amarlo. — Luego se separo de él, hasta quedar a una distancia prudencial, porque sino lo hacía, no respondía por sus actos. Emmanuel estaba divino, con ese deportivo azul marino y esa camiseta negra que detallaba cada parte de su cuerpo y hacia que ella se lo comiera con los ojos.
Emmanuel suspiro — Si me sigues mirando asi, no respondo de mi.
Samantha — Me leiste el pensamiento, yo estaba pensando lo mismo sobre ti.
Emmanuel se le acerco lo suficiente hasta quedar a centímetros de ella.— Dime que voy hacer contigo.
Samantha — ¿Amarme?
Emmanuel — Me encantaría. Pero dejemoslo para otro momento, si. Porque sino, no voy a aguantarme mas.
Samantha — No lo hagas.
Emmanuel — Sami por favor.
Samantha le sonrió con picardía y le dijo — Ok esta bien.
Emmanuel — Gracias. Ahora dime, ¿Porque llegaste tan temprano?
Samantha - Patricio le dijo a Carla que como yo iba a venir a la fiesta, podría llegar antes y echarles una mano. Asi que mi amiga me llamo y he venido a ayudarlos.
Emmanuel se río a carcajadas.- Entonces ven conmigo.
Samantha — Ok.
Emmanuel la tomo de la mano y grito por los auriculares — ¡Karina, necesito los arreglos! Termina lo que estás haciendo, en diez minutos, y empieza con el mesón de barra libre que esta en el salon de baile.
Karina - Ok, voy para allá
Emmanuel miro a Samantha y le dijo.- Tú, me ayudas a cargar.— Luego se puso a hablar por el micrófono que llevaba conectado a los auriculares.- Ahora voy. Ah, y métele un tranquilizante en la bebida, Patricio. Dame diez minutos. Dile a Marcos que la entretenga.
Emmanuel llegó a la camioneta que usaba para los transportes y se acomodó en el asiento del conductor. Mientras le decía a Samantha que se subiera con él.
- ¿Hacén esto todo el tiempo?- preguntó Samantha.- Me refiero a lo de drogar a alguien.
Emmanuel - Jamás, pero algunas veces nos hemos quedado con las ganas. La verdad es que les haríamos un favor a todos. Una de los anfitriones de hoy esta insoportable. Y si no le gusta lo que hemos hecho, nos lo hará pagar muy caro. Luis se ha pasado por allí hace un rato y me ha dicho que Marcos le ha contado que la mujer ha hecho llorar a una de las chicas del catering y se ha peleado con su asistente personal. Patricio ha suavizado la situación, claro.
Samantha - ¿Quién es la mujer?
- La esposa de uno de los socios del Emporio CAMALEÓN.- le dijo Emmanuel, saliendo disparado de la camioneta y metiéndose en su taller.
Samantha lo imitó, siguiendole el paso. - ¿Angelica Navas?
Emmanuel agarro lo que necesitaba del taller. Reviso y comprobo, dos veces. Y le respondió — Si la misma. ¿La conoces? - Y Llevo todo a la camioneta con ayuda de Samantha.
Samantha — Si. Es una arpía, se cree que por ser una mujer de tez blanca, con unos ojos azules de ensueño y un cuerpo escultural, el mundo debe estar asus pies.
Emmanuel — La conoces muy bien.
Samantha — Mis padres atendieron el caso de divorcio de su esposo cuando este había decidido separarse de su primera esposa por culpa de esa mujer. Pero hablemos de otra cosa, no la soporto, su esposo Douglas es un amor, pero ella es horrible.
Emmanuel — Ok, hablemos de otra cosa.
Samantha - ¿No te cansas nunca de hacer esto? - le preguntó Samantha.
Emmanuel — No. Mas bien me incita a recrear, a pensar en nuevos diseños y me abre las puertas a nuevos planos para mi contrata por fuera.
Samantha — Fantástico.
Emmanuel la miro y le dijo.— Vamos.
De regreso a la comioneta, Emmanuel iba hablando por los auriculares — Sí, Patricio, sí, ya voy para allá.- Mientras hablaba, sonó el busca. ¿Qué pasa ahora? ¿Puedes leer la pantalla tú?- No alcanzo a verla con las manos en el volante. Llevo el busca prendido al mono, de tu lado.
Samantha subio un poco el dobladillo de la camiseta y le rozó la piel de su cintura al tocar el busca. Emmanuel ahogó una exclamación y mantuvo la vista al frente.
Samantha - Dice: «¡Que la muevas!».
Emmanuel - ¿Que la mueva? La mano de Samantha seguía en el mismo sitio, en contacto con su piel y Emmanuel estuvo apunto de parar la camioneta y saltarle encima a Samantha, porque estaba distrayendolo de su objetivo . ¡Ah Quieren matar a la mujer!
Samantha - En serio, ¿Te vas a sumar? ¿Vas a proponerle algún método?
Emmanuel esbozó una sonrisa. «Samantha es perfecta»— Alguna sugerencia.
Samantha — No. Y tú
Emmanuel - Todavía no, pero gracias por tu apoyo.
Samantha — Siempre a la orden.— Y le sonrió, probocandole a Emmanuel unas ganas incontrolables de besarla. Pero en ese momento no podía. Estaba trabajando ¡Por Dioss! — Sabes ¿que quisiera en este momento?
Emmanuel la miro por un segundo y lo que vio en sus ojos lo puso mal, peor de lo que ya estaba. — Por favor no lo digas.— Le suplico.
Samantha — Solo uno. Si.
Emmanuel detuvo el vehículo delante de la mansión y volvio a verla.— Te prometo que apenas termine este teatro, soy tuyo, solo tuyo, si.
Samantha le sonrio con alegría al escucharlo.— Ok esta bien, ¿Seguimos trabajando?
Emmanuel le guiño un ojo.— Vamos.
Si me ayudas a subir todo esto, para ponerme manos a la obra con Karina, mantendre ocupado a Patricio si decides escaparte para tomar una bebida del bar antes del evento.
Samantha — ¿Puedo hacer eso?.
Emmanuel — Claro, porque no. Eres una de las invitadas.
Samantha — Ok. Pero solo si me prometes que lo que me dijiste hace un rato sea verdad.
Emmanuel se le acerco con una sonrisa pícara en los labios y le dijo en un susurro cerca del oido — Solo tuyo.
Samantha con la respiración entrecortada sonrio de pura felicidad — Si.— Entonces ayudó a Emmanuel a transportar las cajas hasta el vestíbulo de la casa. Y se detuvo unos instantes a observar todo el montaje.— Guao, excelente trabajo. Si no se inclina ante ti, es que es mucho más idiota de lo que yo creía.
- Shhh, silencio.- Le sicio Emmanuel tratando de ocultar una carcajada y poniendo los ojos en blanco. - A estas alturas nunca se sabe si anda cerca alguien de la familia o del equipo del trabajo.
Samantha - Ya sabe que me resulta insoportable. Se lo dije.
- ¡Sami ya¡ - Le dijo cuando ya comenzaba empezaba a subir la escalera, no pudo evitar reírse.- No hagas ni digas nada que la altere. Piensa en la cólera de Patricio si sabe que tienes a esa mujer en muy alta estima.
Samantha se río a carcajadas.— Ok, esta bien. Te acompaño hasta aquí y me voy — Le dijo cuando el ya iba a medio camino de las escaleras.
Cuando Emmanuel vio que ella iba de regreso hacia el exterior de la casa, no se aguanto y bajo corriendo las escaleras directo hacia ella, la tomo por la cintura y la puso frente a él, para besarla de tal manera que los dos quedaron agonizando cuando se separaron.
Samantha — ¿Porque lo hiciste, no ves como me tienes? Ahora como hare para aguantarme.
Emmanuel — No lo hagas. Ven vamos. Que aqui nos pueden ver.— Y se la llevo a un cuarto que servia como almacenamiento de la cocina, cerro la puerta y la pego a ella besandola a sus anchas. Samantha no se quedo atras y también hizo lo suyo haciendolo jadear de deseo.
En ese instante cuando ya estaban apunto de dejarse llevar por la pasión que los consumía, Patricio le pego un grito por los auriculares a Emmanuel.— ¡Ya estoy llegando!. Luego mira a Samantha que lo veia con ganas de devorarlo por completo. Y sonrió arrepentido por lo que estaba apunto de hacer. — Lo siento mi amor, pero me tengo que ir.
Samantha un poco triste, comprendio y sonrió.— Lo se. Siento distraerte.
Emmanuel — No lo sientas, me encanta que lo hagas, me pone la adrenalina a millon.— Se le acerco de nuevo y le dijo.— Cuando termine todo esto soy tuyo, te lo prometo.
Samantha — con una sonrisa en la cara.— Si. Pero vete que Patricio esta a punto de matarte.
Emmanuel — Ok.— Y salio en volandas hacia el piso de arriba.
Samantha termino de arreglarse y salio del cuarto de almacenamiento de la cocina. Cuando estaba cerrando la puerta, su amiga Carla la sorprendió.
Carla — Que haces por estos lados amiga.— Le pregunto con una sonrisa complice.
Samantha todavía con el corazón acelerado por el susto, le contesto.— Ya va, que todavía siento el corazón en la boca. Me asustaste.
Carla — Aja. Si te asustaste, es porque estabas haciendo algo malo. ¿Que estabas haciendo?
Samantha la tomo del brazo y comenzo a caminar con ella.— Primero dime hacia donde ibas, y despues te contesto.
Carla — Iba hacia la cocina que Luis me necesita. Ahora me vas a decir que haces por estos lares.
Samantha — Comiendome un manjar — Le dijo con una sonrisa feliz en la cara.
Carla grito de pura Felicidad por su amiga — ¡En serio!. Que bueno amiga. Ya era hora.
Samantha — Si verdad. Pero necesito hablar con él. Poner los puntos claros, para no salir lastimados. ¿Estas de acuerdo conmigo, verdad?
Carla — Claro que si. Y sabes que te apoyo.
Llegaron a la cocina donde escucharon a Luis dando ordenes al equipo de catering.
Carla — Aqui estoy y traje mas manos.
Luis la vio y le dijo — Gracias Carla. — Y saludo a Samantha con un beso en la mejilla.— Como esta señorita.
Samantha — Excelente. Llegue temprano porque solicitaron mi apoyo para el montaje.
Luis se carcajeó — Cierto. Eres una de las invitadas. Que te ha parecido todo.
Samantha — Increíble. La verdad que ustedes son sorprendentes. Me quito el sombrero — dijo haciendo una reverencia.
Luis se sonrio — Gracias.
Samantha — Ahora si. Dinos para que somos buenas.
Luis — Ok. Vengan.
Mientras Luis les explicaba a las chicas lo que necesitaba de ellas. Emmanuel en el piso de arriba estaba a punto de matar a la mujer en cuestión. Pero por respeto hacia las mujeres, se estaba conteniendo.
Patricio estaba igual, pero sabia disimular la incomodidad que le provocaba la mujer.
Angelica Navas la anfitriona de la fiesta, estaba pegando gritos como loca, dirigiendo su molestia havia Emmanuel ¿cómo quieres que me haga los retratos oficiales? Si todavía el Marco caribeño que exiji en el salon principal, todavía no esta terminado. ¡Tengo los nervios de punta! Sabías que quería ese montaje temprano para verlo antes por si tenías que hacer cambios si se me antojaba. ¿Sabes qué hora es? ¿Lo sabes?
Emmanuel con la educación que lo caracterizaba. Le respondió. - Lo siento, pero ahora no te escuchaba. Me he quedado impresiodo. Angelica estás bellísima.
Patricio abrio los ojos sorprendidos, porque todo el equipo y hasta el mismo, estaban a punto de matar a la mujer y su amigo y socio, muy tranquilamente le dijo a la mujer que estaba hermosa. Al menos, eso era cierto. Habia que reconocer que la tipa estaba hermosa.
Angelica se calmo un poco por el cumplido de Emmanuel.- Gracias, pero he estado a punto de perder los nervios preocupada porque el rincon elegido para las fotos oficiales, no esta listo. Si no es perfecto
Creo que es exactamente lo que esperas. Con suma ternura, Emmanuel se dirigio con ella fuera de la habitación y bajaron las escaleras para que ella viera el rincon para las fotografías oficiales listo.
Angelica se quedo pasmada cuando vio el montaje ya terminado, donde se podía observar una fuente con una cascada de agua que caia con fuerza, cubierta con una hilera de rosas y flores tropicales, con una mesa de paletas de madera con sillas, ubicada en el centro. El piso estaba cubierto de arena suave. La luces que había colocado en el techo desprendían una luz parecida a la del sol en el atardecer, dandole vida a un paisaje magnífico que desbordaba un ambiente de relax.— Y Emmanuel pudo observar que la mujer abrió los ojos y la boca impresionada por lo que estaba viendo. Lo que le permitió abandonar el tono profesional. He jugado con la temperatura para que las rosas solo se abrieran un poco. Y se ha añadido unos toques de verde y colores llamativos para que el paisaje en su totalidad resaltara lo suficiente pero que no opaque la presencia de los asistentes al tomarse las fotos. Ahora bien, puedo añadirle algo mas, si crees que le hace falta otro detalle de último minuto, si lo prefieres.
Angelica — No le hace falta nada más, asi esta perfecto. Gracias Emmanuel.
La madre de la novia, que andaba cerca, juntó las manos en señal de agradecimiento y se las llevó a los labios.
—«Eso siempre era buena señal» — Penso Emmanuel.
Angelica hizo que Marcos le tomara una foto instantanea para verse y cuando este lo hizo, se la entrego y al verse en la fotografía con el paisaje de un hermoso atardecer detras de ella, sonrió y una lagrima de total felicidad se le escapo de sus ojos.
Emmanuel se volvio y miro a sus socios y amigos y les dijo.— Mi trabajo aqui esta hecho, asi que me retiro.— Y volviendose a Angelica, anfitriona metomentodo, le dijo.— Ahora te dejo en manos de Marcos.
- Probemos otras poses Angélica. La luz es maravillosa.- Marcos levantó el pulgar hacia Emmanuel sin que la mujer se diera cuenta.
Emmanuel - Uf. — Solto en un susurro, colocándose al lado de Patricio.
- Ese «No le hace falta nada mas, asi esta perfecto», viniendo de ella, puede interpretarse como una reverencia.— Dijo Patricio
Emmanuel - Entendido. Con eso, ya me basta.
Patricio — Y ¿Samantha? No sabes si ya llego.
Emmanuel — Si ya llego, y me ayudo a traer unas cosas, y despues la deje ir.
Patricio dijo por los auriculares que Samantha estaba en el campo visor.— Para que luis la ubicara y la reclutara.
Luis — Listo, Carla la consiguio, deambulando por la casa y la recluto, las tengo conmigo en la cocina y estan ayudandome, ¿Necesitas a Samantha?
Emmanuel al escuchar a Luis , sonrio para sus adentros, porque sabia donde podia haber encontrado Carla a Samantha. — Me retiro, voy a echar un vistazo al salón de baile.- Consultó el reloj.- Vamos con buen pie, con la programación.
Patricio - Buena idea. Encárgate de eso.
Al llegar al salon de baile, pudo ver a Karina supervisando cada espacio y aprovecho esos minutos que ganaba, pasando por el salón principal y salio a la terraza.
Satisfecho tras dar los últimos retoques, regreso al salón de baile y vio a su equipo enfrascado en la labor. y se unió a ellos.
Sin dejar de trabajar, iba oyendo a Patricio, que les informaba de vez en cuando por los auriculares, hasta que comenzó la cuenta atrás.
«Los invitados van llegando. La mayoría están sentados o en la terraza.»
«La sesión de fotos oficiales ha terminado. Marcos va a la siguiente posición.»
«Dentro de cinco minutos hay que acompañar a los dueños del Emporio al salon principal. Luis, prepárate para la barra libre.»
- Entendido - respondió Luis con aspereza.- Emmanuel, pastel montado y listo para la decoración de la mesa, cuando quieras.
- Cuando Emmanuel hubo terminado de ayudar a Karina a arreglar un pedestal de hortensias. Se dió inicio al evento caribeño.
Emmanuel regresó a la puerta de entrada, cerró los ojos durante diez segundos y los abrió para captar de golpe la impresión del espacio. Respiró hondo y exhaló.— Explosión caribeña.— pensó,— pero de estilo exuberante. Los colores llamativos que utilizaron para esta celebración quedaron a la medida, resplandecían bajo un cielo perfecto. Observo que los anfitriones y los invitados se instalaban en su sitio, frente a una pérgola colmada de flores. Y dirigiendose a su equipo, les dijo.- Chicos, así se hace. Somos los mejores. Perfecto. Y ahora vayan a la cocina por la comida y las bebidas, preparadas para ustedes.
Dio una última vuelta por el salón, a solas, mientras Patricio seguia cada movimiento de los invitados. Suspiró, se masajeó la espalda y la nuca y se frotó las manos.
Cuando Patricio dio entrada a los anfitriones, decidió ir a cambiarse y volver.
Samantha no sabía cómo lo lograban, porque lo lograban siempre, de hecho. De vez en cuando le pedían a ella y las chicas que les echaran una mano en una celebración. ocuparse de atender a los invitados, repartir el menú y bebidas del bar e incluso limpiar las mesas era su manera de arrimar el hombro. Como pago a sus esfuerzos incluían una comida sensacional, bebidas y música, no le importaba. Porque asi, podía observar por lo bajo a Emmanuel, como era en familia.
Sin embargo, seguía sin entender cómo lograban coordinarlo todo.
Patricio conseguía con gran habilidad estar en todas partes a la vez, y por eso Samantha imaginaba que en realidad nadie se daba cuenta de que podía estar dandole un alto a una situación que pudiera desencadenar un desastre, mientras coordinaba el servicio de mesas en el salón principal como un general dirige sus tropas durante una batalla.
Marcos iba de aquí para allá, con la misma discreción de Patricio, sacando fotos espontáneas del evento que se estuviese celebrando o de los invitados o haciendolos posar para una foto improvisada.
Luis entraba y salía, siguiendo las indicaciones recibidas por el micrófono conectado a los auriculares que todos llevaban, o mediante alguna especie de señal secreta, supuso. Quizá por telepatía. No descartaría esa posibilidad.
Y por fin Emmanuel, siempre atento cuando un invitado derramaba vino sobre el mantel o un niño cansado y aburrido empezaba a meterse con alguna de las niñas asistentes a la fiesta.
Dudó que alguien se diera cuenta o entendiese que esos cuatro hombres sostenían literalmente en pie cualquier evento , gala o celebración haciendo malabares y pasándose las bolas los unos a los otros con la gracia y la pericia de unos atacantes de primera división.
Tal como imaginaba, nadie conocía la logística y la estricta programación que se ocultaban tras el gesto de conducir a los invitados desde el salón principal al salón de baile. Samantha se quedó con Emmanuel y su equipo, que, junto con Luis, se habían agrupado en torno a la meson principal y recogían los arreglos y los jarroncitos de mano. que Karina habia colocado en sitios estratégicos.
Samantha - ¿Necesitan ayuda? le preguntó.
Emmanuel - No, gracias. Karina seis a cada lado y las cestas, al final. Lo dejamos todo unas dos horas y luego lo desmontamos y lo trasladamos. Armando, Bea soplen las velas y dejen encendidas la mitad de las luces de arriba. Luego volviendose a Samantha. Dijo.— ¿Te estas divirtiendo?
Samantha — Si, mucho. Ustedes son magníficos Emm. No se como lo hacen, pero siempre lo logran.
Emmanuel — Gracias. Me esperas un momento. Ya vengo.
Samantha — Ok.