Cosecha De Pasiones

Sofía ya estaba alojada en un hermoso hotel en Guadalajara, buscando un respiro de la tormenta emocional que la rodeaba en Italia. Sentada en su habitación en México sintió la esperanza de encontrar un poco de paz y claridad en medio del Festival de Vino, dónde grandes bodegas de vino Mexicano e Internacional que estaban allí para ofrecer un festival repleto de aprendizaje. Ella estaba muy interesada, ya que deseaba ser una de las bodegas que participarán el siguiente año.

Se levantó, tomo un baño relajante, y decidió salir del hotel, al estar caminando por las calles de la ciudad, se sintió inmensamente cautivada por la energía y el colorido de la ciudad. Sin embargo, a pesar del ambiente tan agradable, Sofía no podía evitar que su mente volviera a los problemas que había dejado atrás.

Decidía a distraerse y sumergirse en la cultura local, Sofía optó por tomar la famosa ruta turística del tequila. El recorrido prometia una experiencia inolvidable a través de los campos de agave y las destilerías tradicionales, dónde podría aprender sobre la historia y el proceso de la elaboración del tequila.

Así que reservo y regreso a su habitación, a descansar para poder levantarse temprano e ir a la ruta.

Llegó el amanecer en la bella ciudad de Guadalajara, Capital del estado de Jalisco. Y Sofía madrugadora como siempre, ya estaba lista para empezar su día.

Durante la primera parada del tour, Sofía conoció a una chica que irradiaba alegría y espontaneidad. Se llamaba Ana, una joven mexicana que también buscaba escapar de sus propios problemas por un tiempo. Ana era vivaz y extrovertida, y rápidamente se convirtió en una compañera de aventuras para Sofía.

- ¡Hola!, Soy Ana. ¿También estás aquí para la ruta del tequila? - le pregunto Ana con entusiasmo.

- Sí, soy Sofía - respondió con una sonrisa - Vengo de Italia, necesitaba cambiar de aires.

- ¡Bienvenida, Sofía de Italia! - le dice Ana riendo - Está ruta es perfecta para eso. Te prometo que te divertirás y te olvidarás de todo.

Las dos mujeres se unieron inmensamente, compartiendo risas e historias mientras recorrían las destilerías. Ana, con su conocimiento local y su actitud despreocupada, era la compañía perfecta para Sofía. La hizo sentir bienvenida y la ayudó a sumergirse en la cultura mexicana con facilidad.

A medida que avanzaba el tour, Sofía y Ana probaron diferentes variedades de tequila, desde el blanco hasta el añejo, y aprendieron sobre las tradiciones y la historia detrás de cada destilado. La amistad que florecía era un bálsamo para Sofía, quien encontró en Ana una forma de distraerse de tanta tristeza.

- Por las nuevas amistades y por olvidar los problemas, aunque sea por un momento. ¡Salud! - dijo Ana levantando su caballito (vaso tequilero)

- ¡Salud! - dijo sonriendo Sofía levantando también su caballito.

Con cada paso en la ruta del tequila, Sofía se sintió más ligera, más libre de las cargas emocionales que había dejado en Italia. En medio de los campos de agave y las risas compartidas con Ana, encontró el respiro que tanto necesitaba y un renovado sentido de esperanza para enfrentar lo que vendrá.

- Ana, ¿Qué planes tienes para mañana?

- Ninguno hasta ahora. ¿Por qué?

- ¿Te gustaría acompañarme al Festival de Vinos?

Ana se alegró y con un brillo en los ojos acepto la invitación.

- Mañana a la 1 pm nos vemos en lo lobby del hotel para irnos al festival.

- ¡Genial!, ¡Gracias Sofía! - le dijo Ana con un abrazo.

Se despidieron y cada una se fue a descansar.

Llegó el nuevo día y el cielo de Guadalajara tenía un hermoso azul, a la hora pautada ya se encontraba las dos amigas en el lobby.

Se saludaron con alegría y se dirigieron juntas al festival del Vino., disfrutando de la compañía y la anticipación de la jornada por delante. El ambiente estaba cargado de energía, con puestos de vino del todo el mundo, música en vivo y el murmullo constante de conversación y risas.

- ¡Este lugar es increíble! - dijo Ana, con una sonrisa radiante - Gracias por invitarme. Vamos a pasar un día fabuloso.

- Me alegra que estés aquí, Ana. Necesitaba compañía para disfrutar de todo esto. - le dijo Sofía con entusiasmo.

Mientras pasaban por los puestos, degustando los diferentes vinos, y del ambiente tan agradable.

Sofía se detuvo en seco al ver una cara conocida en la multitud. Era Francesco, acompañado por su amigo Carlos. Francesco se quedó boquiabierto al ver a Sofía allí.

- ¡Sofía! No esperaba verte aquí, fui a tu casa a buscarte para preguntar si venías. Pero tu padre me dijo que te habías ido de vacaciones.

- ¡Francesco!, que sorpresa. Bueno, si decidí tomarme unos días. Pero mi papá no sabe que estoy aquí, así que por favor, no le comentes a nadie que me viste.

- Tranquila, sabes que siempre puedes contar conmigo - le dijo, mientras le tomaba las manos.

Sofía se sintió un poco incómoda con ese gesto de Francesco, y retiró sus manos con disimulo. También al ver a Francesco, sintió un nudo en el estómago al recordar los problemas que había dejado atrás, Pero decidió mantenerse positiva.

- No te preocupes, todo está bien, solo necesitaba un cambio de escenario. Te presento a Ana, mi nueva amiga. Ana, este es Francesco, un amigo de la familia.

- Mucho gusto Francesco - dijo Ana con una sonrisa amigable.

- El gusto es mío, Ana. - respondió también sonriendo.

Carlos, que había estado observando en silencio, se adelantó para saludar.

- Sofía, un placer verte aquí. ¿Beatriz no vino contigo? - pregunto curioso Carlos.

- No, Bet, se quedó en Italia.

Ah, ya veo - respondió algo decepcionado.

La conversación continua mientras disfrutaban del vino y del ambiente del festival. Ana, con su naturaleza extrovertida, sé íntegro rápidamente en la conversación, haciendo que todos se sintieran más relajados y cómodos.

- Estos amigos tuyos parecen muy interesantes. Este día se está poniendo aún mejor - le susurra a Sofía

Sofía solo sonríe.