Zara la hija menor de una familia adinerada, por vueltas del destino termina casada con un rico CEO, quien era el prometido de su hermana, ¿podrá Zara amar a quien antes era su cuñado?
¿Podrá su corazón sentir algo más fuerte que solo el cumplimiento del deber, en una situación así?
¿Podrá lo sucedido con su hermana no ser un peso para así obtener un final feliz?
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CAPÍTULO 10
Estaba enojada, pero tenía que continuar el trabajo, esto no solo es para los Hoteles, sino que también para las tiendas de mi familia, en realidad nunca pensé en se modeló, eso es lo que le gustaba a Jenny, a mí me gusta más ser como mi padre y Jimmy, estar detrás de la rienda del negocio no en frente, pero el agua a llegado al río, y por el bien de todos, tengo que hacer todo esto.
La estilista me había maquillado, además de puesto extensiones para darle volumen a mi pelo, me vistieron con el primer cambio de ropa, un set de blusa, falda corta y botas, salí del camerino directo al set de filmación, todos se quedaron mirándome, en realidad no parecía yo misma.
— De verdad eres muy hermosa, ¿alguna vez te has hecho un procedimiento estético?, me pregunto Ricardo, parece que estas personas tienen como costumbre cuestionar a los demás.
— ¿Qué pose debo tomar?
— Esa de fiera me justa mantén esa actitud.
En seguida comenzó a tirar las fotos, y darme instrucciones, así pase casi todo el día, entre cambio de ropa, de maquillaje, después de salir del set, fuimos a la playa para las fotos en bikini, a penas me pude tomar el jugo que Mady me había dado en todo el día, como Dylan estaba enojado y no tenía como deshacerse, ya que no me considero inferior a él, en nada, solo que soy más joven, hizo que filmará y tomarán mis fotos sin parar el día entero, cuando se terminó todo casi era de noche,
Podía ver su cara de frustración eso me animaba a trabajar más duro, para que todo quedara perfecto, después de terminar con todo el trabajo, la estilista, y su asistente, me quitaron el maquillaje y las extensiones, yo me volví a poner mi ropa, y salí corriendo a uno de los restaurantes del Hotel por suerte, además del teléfono, había traído mi tarjeta de crédito, así que me senté en una mesa, pedí una pasta con mariscos, disfrute de mi comida, sin darle mente a los demás, cuando había terminado pedí un jugo, y me quedé un rato reposando, estaba cansada, y el día fue muy largo.
— Aquí estás.
— Lo dices como si me estuviera escondido.
— No podías decir que vendrías al restaurante a comer.
— No me digas, con el mal genio que tienes porque no te di la razón hoy temprano, eras capaz de prohibir que me atienda.
— Tu... Crees que soy infantil igual que tu.
— No, creo que eres peor, ya que eres viejo, y actúas como adolescente, por lo menos yo salí de la adolescencia hace poco, ¿cuál es tu excusa?
Parecía querer fulminante con la mirada, pero no me importa, si me atacan, no importa quien sea, le devolveré el golpe, eso fue lo que papá me ha enseñado, se justó, noble, sincero, pero no idiota, eso también se lo enseñó a Jimmy, en el caso de Jenny esa fue enseñada por mamá hacer vanidosa y egoísta, por eso ahora se siente tan mal por todo esto, y quiere volcar las cosas sobre mí, eso no lo voy a permitir.
— Sí ya terminaste vámonos, te llevaré a tu casa.
Es la primera cosa razonable que dice Dylan hoy, me levanté de la mesa de inmediato, por suerte había pagado cuando ordene, así que lo camine hacia la salida, Mady me estaba esperando con mala cara, debe estar enojada porque me escape sin ella.
— ¿Dónde estabas?
— En el restaurante italiano, me moría de hambre
— ¿No me podías invitar?
Lo dijo haciendo mecheros como una niña mimada, que no le dieron su chupete, lo que me causó mucha gracia, y me comencé a reír.
— ¿De qué te reís?
— Me hace mucha gracia esa cara que pusiste, es inevitable que me ría, lo siento.
— Lo sientes, pero te sigues riendo, eres mala.
— Sí, lo sé.
Nos abrazamos y salimos de la mano, como dos buenas hermanas, hacia el auto que nos esperaba, Dylan se había retrasado, miré hacia atrás y la Verónica lo había detenido para decirle algo, yo continúe mi camino con Mady, el auto estaba frente a la entrada así, que siempre nos subimos, y esperamos un rato hasta que Dylan apareció, se montó, encendió el auto y arrancó.
— Mañana faltarán dos días para la boda, así que trata de cambiar esa mala actitud, ¿está bien?
— Tú eres el de la mala actitud, este matrimonio, uno es por conveniencia, dos para que los negocios sigan unidos y tres es en pie de igualdad, así que no te creas mi jefe, medítalo bien, yo no voy a estar por debajo de nadie.
Comenzó a respirar profundo, al parecer es de las personas que no le gusta que le lleven la contraria, no sabía este defecto de mi futuro esposo, ya que antes era mi cuñado, y no compartimos tanto como para yo saber que en realidad su personalidad es tan mala, comenzó a comprender las razones por las cuales Jenny lo dejó, aunque no apruebo la forma.
Mady se quedó callada observando, parecía muy curiosa de su hermano, la observé mirándolo fijamente, desde la parte de atrás, ¿qué será lo que la intriga?
— Mady, ¿vamos de compras mañana?
— Claro, ¿qué tienes en mente?
— Necesito algunas cosas, para cuando me mude a tu casa.
— Está bien.
Me asalto una pregunta, así que quería respuesta de una vez,
— ¿Yo, voy a tener mi propia habitación verdad?
Mire a Dylan, cuando hice la pregunta, pero él no dijo nada, entonces Mady dijo,
— Claro, ya mamá la está preparando, está al lado de la de Dylan, eso no te molestes, ¿verdad?
— Para nada.
Lo que si me molestaría, sería compartir habitación con este energúmeno, controlador, saldría corriendo de esa casa si fuera así, por suerte, el camino de regreso se me hizo corto, cuando llegamos, le dije adiós a Mady, y casi me lance del auto, hasta respirar el mismo aire que Dylan me estaba molestando, entre corriendo a la casa, la Señora Mary todavía estaba en casa, así que me detuve a despedirla.
— Señora Mary, Dylan y Mady la esperan a fuera.
— Zara, mi niña, ¿cómo fue tu día?
— Todo estuvo bien, se hizo todo el trabajo con éxito.
— Me alegra escuchar eso. Nos veremos mañana, ya falta poco para terminar.
Mi madre despidió a la señora Mary, luego me miró, yo evite su mirada, me di la vuelta, y subí las escaleras hacia mi habitación, no estaba de humor para otra pelea, además estaba muy cansada para pelear con alguien más, ya que ese Dylan es como un vampiro que le drena la energía a las personas.
Entre a mi habitación, cerré la puerta, y me dejé caer en la cama, eso es todo lo que quería hacer en ese momento, dormir.
bendiciones.