Tormenta Del Corazón

Cuando Silvana se despertó, un médico la revisaba, este le informaba a alguien, solo que no podía verlo porque está un poco obscuro dónde estaba.

Sebastián: Cómo está?

Ralph: Está bien, solo un pequeño detalle, está embarazada.

Sebastián:Qué? No puede ser, es imposible, solo tienes unos meses que se casó, cómo pudo pasar?

Ralph: Es en serio que quieres que te expliqué, cómo pasó? ¿Lo crees muy necesario?

Sebastián: No seas estúpido, es obvio que sé cómo pasó, solo que me resisto a creerlo.

Ralph: Pues su vientre está ligeramente abultado. Podría confirmar con unos estudios de sangre, pero estoy seguro de que está embarazada.

Sebastián: Confírmalo, no quiero sorpresas, si está embarazada, eso cambia mis planes, tendré que hacer ajustes.

Si ella tuviera un hijo de Gibran, no le convenía, pero quizás sería muy conveniente para sus planes, haría lo posible por obtener lo que quería.

En otra parte Gibrán, quería que encontrarán a Silvana, y a su bebé, aún no podía creer que sería padre, esa noticia lo había dejado sorprendido.

Un hijo con Silvana, su hermosa esposa, la madre de sus 2 hijos, era perfecto. Ahora sí le diría cuánto la amaba, y que la querían en su vida no solo 1 año, para siempre.

Pasaban los días, y Gibrán no tenía respuesta de Silvana, era como si hubiera desaparecido, no había rastro de ella, había comenzado a desesperarse y no tenía la noción de que hacer.

De pronto recibió una llamada, era Silvana.

Girbran: Silvana cariño? ¿Estás bien? Dónde estás?

Silvana: Estoy bien, solo quiero el divorcio, necesitó ser feliz con el amor de mi vida.

Gibran: De que hablas? ¿Y mi hijo cómo está?

Silvana: No es tu hijo, es de Sebastián, lamento mucho esto, pero necesito el divorcio. No lo hagas más difícil, te enviaré los papeles.

Gibran se quedó helado no sabía, que pensar, pero al ser un hombre maduro y tranquilo, sospechaba que Silvana no estaba siendo del todo sincera.

Algo ocultaba, por ahora le seguiría la corriente.

Gibran: De acuerdo, te lo daré, solo dime a dónde los enviaré de vuelta.

Silvana: Llegará mi abogado y te entregará los papeles, los firmas y se los entregas el me los hará llegar.

Gibran: Estaré esperando.

Cuando Silvana colgó, miro a Sebastián y le dijo:

Silvana: Listo, ahora cumple tu promesa y firma el documento, dónde prometes no hacer daño a ninguno, ni a Gibrán, ni Kevin, ni Samuel.

Sebastián: Dalo por hecho, solo necesitó los papeles del divorcio primero.

Silvana: Solo cumple con tu palabra y los tendrás.

Silvana sabía que no debía fiarse de las palabras de un demente como Sebastián, no permitiría que le pasará algo a ninguno de ellos y menos a su bebé.

Un día después el abogado llegaría a casa de Gibrán con los documentos, decidió no interrogarlo para poder seguirlo y así dar con Silvana.

Abogado: Me presento, soy el licenciado Luke Sanders, y soy el representante legal de la señora Silvana Smith su aún esposa.

Gibran: Gracias licenciado, ya lo esperábamos.

Ambos se saludaron y sonrieron comenzaron a hablar de los documentos, y finalizaron con que el regresará al día siguiente, que estuviera el abogado y amigo de Gibrán, James Camacho.

Lamentablemente, la mentira sería la niebla espesa que cubriría la verdad, en esta ocasión no sería tan fácil que se descubriera.

El esperaba que este abogado lo llevará directo a Silvana y así descubrir toda esta sucia red de mentiras y mucho dolor.

El más afectado era el pequeño Samuel, extrañaba mucho a Silvana y a su hermano o hermana, no sabía cómo digerir está prueba tan dura.

Gibran, hasta ahora se había dado cuenta de lo egoísta que era con su hijo, no sabía por todo, lo que el niño tenía que pasar y lo que ya había pasado, lo amaba, pero ahora que Silvana estaba en su vida se había dado cuenta lo faltó de cariño y comprensión que estaba su hijo, al menos de parte de su padre, aún que también de parte de su madre.

Silvana la mujer de su vida era la clave para aprender a demostrar más amor a su hijo, solo esperaba que ella estuviera bien y su hijo también.