Un Juego Peligroso

Massimo y Scarlett comenzaron a establecer las reglas no escritas de su convivencia, cada uno tratando de mantener el control en esta dinámica de poder y seducción. Aunque ninguno lo admitiera abiertamente, estaban midiendo fuerzas, conscientes de que el primero en ceder podría perder algo más que su orgullo.

POV Massimo:

Scarlett Donovan se pasea frente a mí con un conjunto que la hace ver irresistible, y no puedo evitar pensar lo fácil que será conseguir que esta joven pelirroja se enamore de mí. Tener a mi heredero será solo cuestión de tiempo. No pude haber elegido mejor

— Ya deja de mirarme el trasero — la escucho decir, sacándome de mis pensamientos.

Suelto una carcajada, disfrutando del desafío.

— Entonces deja de provocar a la bestia — le respondo, esperando que se sonroje o se ponga nerviosa como suele hacer.

Pero en lugar de eso, me sorprende con una sonrisa que tiene más de sensual que de inocente. Camina hacia mí moviendo sus caderas con una seguridad que me deja atónito.

— ¿Te parezco tan apetecible? — me pregunta, deteniéndose justo frente a mi.

— Joder, por supuesto — susurro, tomando su cintura mientras mi mano explora sus curvas.

Justo cuando estoy a punto de avanzar, ella detiene mi mano, y su sonrisa se convierte en una expresión juguetona.

— Ten descarado — dice, separándose y dejándome en el limbo.

¿Qué carajos acaba de pasar? Scarlett me jugó como quiso, dejándome ardiendo. La veo reírse mientras se acomoda en su lado de la cama.

— Ya duérmete, macho cabrío — dice, burlona.

Con la frustración hirviendo en mis venas, me levanto para darme una ducha fría. "Scarlett Donovan, con el diablo no se juega", pienso mientras trato de calmarme. Cuando regreso a la cama, estoy listo para devolverle el juego. Me quito la toalla, dejándola a la vista.

— Oh por Dios, cambiate horrorizada. — me grita,

Pero ella empezó este juego.

— Ya te dije que me gusta dormir desnudo, tal y como llegué al mundo — le digo, disfrutando de su incomodidad.

— Por lo menos colócate un bóxer, no dormiré contigo así — insiste, tratando de mantener su dignidad.

— Si gustas, puedes dormir en el sofá, pero no es tan cómodo — le respondo, metiéndome en la cama y apagando la lámpara.

La escucho levantarse de inmediato.

— Massimo Vitale, eres un descarado — dice, tomando su almohada y yendo hacia el sofá.

Sonrío para mis adentros. Pronto se cansará y dejará el orgullo.

POV Scarlett:

Estoy furiosa. ¿Cómo puede ese idiota dejarme dormir en el sofá? Jugué con fuego y ahora soy yo quien paga el precio, intentando dormir en este incómodo lugar. El sol se filtra por la ventana, y me levanto adolorida. Todo mi cuerpo protesta por la noche incómoda que pasé.

Escucho el agua de la ducha, lo que significa que Massimo ya está preparándose para el día. Suspiro, sabiendo que necesito concentrarme en mi venganza. Pero cuando sale del baño con una toalla enredada en la cintura y el torso desnudo, es difícil no admirar su físico perfecto. ¡Maldita sea, parece esculpido por los dioses!

— Sécate la baba — me dice,

sacándome de mi ensoñación.

Sin pensarlo, le doy un golpecito en el brazo con mi bata antes de dirigirme al baño. Una vez lista, lo encuentro ya vestido con un traje azul oscuro, hecho a medida, que resalta su figura imponente.

— Recuerda que hoy es el encuentro familiar. Llega a casa temprano; partiremos juntos — dice antes de salir por la puerta.

Había olvidado completamente el evento de esta noche, donde al fin tendré a toda la familia Vitale frente a mí. Es mi oportunidad perfecta para enfrentar a Gianluca y devolverle el dolor que me causó.

Había olvidado completamente el evento de esta noche, donde al fin tendré a toda la familia Vitale frente a mí. Es mi oportunidad perfecta para enfrentar a Gianluca y devolverle el dolor que me causó.

Desayunamos juntos en silencio antes de que cada uno tome su rumbo. Conduzco hacia la empresa Donovan, preparada para un dia de trabajo que requerirá toda mi concentración. Pero esta noche, en la reunión familiar, estaré lista para demostrar que Scarlett Donovan no es alguien a quien subestimar.