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El Doctor de Mis Sueños. (BL/Yaoi)

El Doctor de Mis Sueños. (BL/Yaoi)

Status: En proceso
Genre:Romance / Yaoi / Doctor / Mujeriego enamorado
Popularitas:5.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Crystal Suárez

*Actualizaré diariamente*
Noah, es un cirujano cardíaco, que vive su vida sin preocupaciones, tomando el sexo como una herramienta para disfrutar en lugar de una muestra de afecto. Es entonces que conoce a alguien que le hace cambiar su forma de ver el amor y la vida.

*Atención, está es una historia "Yaoi" ”Ga1s" si no te gusta este género, por favor, no sigas adelante y no hagas comentarios agresivos sobre este género, gracias ❤️

NovelToon tiene autorización de Crystal Suárez para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 21— El parque acuático

Gael observaba a Noah con detenimiento. El doctor llevaba toda la mañana concentrado en armar un barco en miniatura, utilizando delicadas piezas de madera, pegamento y precisión quirúrgica en cada movimiento. Para Gael, la escena era desconcertante. No entendía cómo alguien podía pasar tanto tiempo dedicado a una tarea tan minuciosa sin perder el interés.

Gael, quien al principio se había acercado curioso, ahora estaba sentado en el suelo, completamente aburrido. Finalmente, decidió romper el silencio que había imperado durante horas.

— ¿No estás aburrido o algo así? —preguntó con una mezcla de incredulidad y desesperación—. Has estado así durante al menos medio día.

Noah levantó la vista sorprendido. No había notado que Gael estaba impaciente. De hecho, al verlo tan callado y aparentemente atento, había asumido que estaba interesado en lo que hacía.

— ¿Eh? No... en realidad, lo estoy disfrutando mucho. —Dijo Noah, con una sonrisa suave en su rostro—. ¿Quieres intentarlo?

Gael frunció el ceño y negó con la cabeza.

— Es suficientemente aburrido verte hacerlo. A este punto estaría más entretenido viendo cómo se seca la pintura...

Con un suspiro exagerado, Gael se dejó caer al piso a su lado, estirándose perezosamente mientras miraba el techo.

— Quiero decir, te han dado unas mini vacaciones de dos días... Podríamos salir a algún lugar, aprovechar este descanso —continuó, sin apartar la vista del techo—. Podríamos ir a la playa, jugar en el océano, o... no sé, tomar algo de aire fresco y caminar por la orilla... Cosas así...

Gael se interrumpió de golpe. Al abrir los ojos, notó que Noah estaba peligrosamente cerca. El doctor había inclinado su cuerpo sobre él, con su rostro a solo unos centímetros del suyo, y una sonrisa traviesa se asomaba en sus labios.

— ¿Jugar en el océano, eh? —murmuró Noah, con una chispa de diversión en los ojos—. Una proposición interesante. ¿Qué tal si te pones un traje de baño? Quizá sea lo suficientemente amable como para llevarte allá...

El rostro de Gael se encendió al instante. Se incorporó de golpe, apartándose de Noah, quien reía ante su reacción.

— No me gusta estar sin ropa —replicó Gael, todavía avergonzado, aunque trataba de disimularlo—. No es lo mío.

Noah lo observó de reojo mientras seguía trabajando en su barco. Como médico, sabía que Gael debía evitar cualquier tipo de esfuerzo físico extremo debido a su condición, pero también comprendía la importancia de la actividad moderada para fortalecer su corazón. Una caminata ligera o un poco de natación en aguas tranquilas podría ser beneficioso para él.

Justo en ese momento, el teléfono de Noah vibró sobre la mesa. Sin pensarlo demasiado, lo tomó y contestó.

— ¿Hola? —dijo, mientras sus dedos seguían manipulando la diminuta estructura de madera. La voz al otro lado de la línea pertenecía a su conquista de la otra noche, alguien a quien había dejado en el bar después de unas copas, sin mayor explicación—. Ah, sí... No pasó nada, no estoy enojado contigo. Solo estaba muy cansado, así que vine a casa a dormir. Eso es todo...

Gael, quien había estado observando la llamada con una expresión indiferente, de repente se levantó y se dirigió a su habitación con el ceño fruncido. Noah lo siguió con la mirada, un destello de interés cruzando por su mente. Hizo una pausa en la conversación telefónica cuando escuchó la pregunta al otro lado.

— ¿Cena esta noche? —repitió Noah, bajando la voz mientras miraba la puerta por la que Gael acababa de desaparecer—. No, lo siento, pero no creo que pueda hacerlo... Ya tengo una cita programada para hoy. Sí... tengo que sacar a un chico a hacer unos ejercicios en el agua.

Noah colgó con una ligera sonrisa en los labios, sabiendo que la respuesta no le había sentado bien a la persona al otro lado de la línea. En ese momento, Gael apareció en la puerta de su habitación, mirándolo con una mezcla de curiosidad y desconfianza.

— Muy bien, caballerito —dijo Noah, levantándose y estirando sus brazos después de tantas horas de concentración—. Tú lo has pedido, tendremos una cita... Así que ve a vestirte.

Gael lo miró perplejo, pero Noah lo empujó suavemente hacia el pasillo.

— Anda, anda, ponte algo cómodo para la playa. Hoy te sacaré a pasear.

****************

Noah conducía con una sonrisa en los labios, robando ocasionales miradas de complicidad a Gael, quien estaba sentado en el asiento del copiloto. Desde que había mencionado la idea de llevarlo al parque acuático, Gael no había dejado de mostrar una emoción genuina, casi infantil, que le hacía difícil a Noah no sentirse contagiado por su entusiasmo.

El parque acuático al que se dirigían no era cualquier parque; era el más grande y emocionante de la ciudad, y además contaba con un zoológico acuático, una joya escondida en el centro de las atracciones. Noah pensó que era el lugar perfecto para llevar a Gael, especialmente después de ver su reacción ante la propuesta de ir a la playa.

Al llegar, Gael casi saltó del coche, mirando con ojos deslumbrados el inmenso cartel que anunciaba el parque. "Ocean Kingdom: Parque Acuático y Zoológico Marino", se leía en letras brillantes.

— ¡Wow, vinimos a un acuario! —exclamó Gael, girándose hacia Noah con una sonrisa radiante—. Esto es genial, siempre he querido venir aquí.

Noah, apoyado contra la puerta del coche, observaba a Gael con una media sonrisa, encantado por su alegría.

— También hay un parque acuático en la cima —comentó Noah mientras caminaban hacia la entrada—. ¿Qué dices si luego vamos allá? Por ahora podemos divertirnos aquí con el agua. Estoy guardando tu aventura en la playa para otra ocasión. No creo que podamos ir y regresar el mismo día.

Gael asintió rápidamente, sus ojos aún brillando con emoción.

— ¡Ya estoy muy feliz de que me hayas traído aquí, Doc! —respondió mientras lo tomaba del brazo, jalándolo hacia la entrada con impaciencia—. Vamos, vamos, ¡quiero ver los tiburones!

El acuario era un espectáculo fascinante, una mezcla de luz tenue y tonos azulados que hacían que cada rincón pareciera estar sumergido bajo el agua. Gael corría de un lado a otro, deteniéndose frente a cada tanque para admirar las criaturas marinas que nadaban con gracia tras el vidrio. Sus ojos se agrandaban cada vez que veía algo nuevo: un cardumen de peces de colores vibrantes, una manta gigante deslizándose majestuosamente sobre la arena del fondo, e incluso un pulpo, que parecía estudiar a Gael con la misma curiosidad con la que él lo miraba.

Noah, por su parte, se tomó su tiempo. Mientras Gael se perdía en la emoción del acuario, Noah se encontró a sí mismo observando a una tortuga marina que nadaba con lentitud. El contraste entre la calma de la tortuga y la energía inagotable de Gael le arrancó una sonrisa. En un momento de distracción, sintió el clic de una cámara y, al girarse, vio a Gael sosteniendo su teléfono.

— ¡Esa quedó buena! —dijo Gael, mostrando la foto que acababa de tomar de Noah junto a la tortuga.

Noah no pudo evitar reír.

— No sabía que tenías un talento oculto para la fotografía.

Gael le dedicó una sonrisa orgullosa antes de volver a sumergirse en la emoción de observar los animales. Pasaron horas así, caminando entre las distintas secciones del zoológico acuático. Gael no parecía cansarse; al contrario, parecía absorber la energía del lugar, cada nuevo tanque, cada criatura era un descubrimiento que lo llenaba de alegría.

Finalmente, cuando habían recorrido cada rincón del acuario, Noah decidió que era hora de llevarlo a la parte acuática del parque. Subieron a una colina, donde se encontraban las piscinas y toboganes que se extendían en todas direcciones. El bullicio de la gente divirtiéndose en el agua llenaba el aire, y Gael, lejos de mostrar signos de cansancio, parecía más emocionado que nunca.

— ¡Vamos a cambiarnos! —exclamó Gael, corriendo hacia los vestuarios.

Noah lo siguió, riendo para sí mismo. Dentro de los vestuarios, Noah se cambió rápidamente, y luego se quedó esperando fuera, apoyado contra la pared. Miraba su reloj de vez en cuando, preguntándose qué tanto estaba tardando Gael en cambiarse.

— Oye, Gael —llamó Noah, caminando hacia la puerta del baño—. ¿Ya estás listo?

La puerta se abrió, y Gael salió con la cara completamente roja. Noah se quedó congelado por un momento al verlo. Gael, con su cuerpo tonificado y su expresión tímida, era una visión que Noah no había anticipado. Si estuvieran en otro tipo de universo, pensó, Gael sería el prototipo perfecto de un Omega; uno guapo, tímido, y lleno de una energía que iluminaba todo a su alrededor.

Gael, notando la mirada de Noah, desvió la vista y murmuró algo sobre estar listo para ir a la piscina. Noah sacudió la cabeza para despejarse de sus pensamientos y le sonrió.

— Vamos entonces —dijo, entregándole un flotador.

Gael lo tomó con una sonrisa agradecida y ambos se dirigieron a la piscina principal. El agua estaba tibia, y Gael se dejó flotar con una expresión de pura felicidad. Noah se mantenía cerca, observándolo mientras se aseguraba de que no se sobreexigiera. Después de todo, su trabajo como médico también implicaba velar por la salud de Gael.

De repente, un chico pasó cerca de ellos, y Noah, sin darse cuenta, lo siguió con la mirada por unos segundos. Al volver la vista hacia Gael, notó que éste estaba fulminando al chico con la mirada. Noah soltó una carcajada.

— ¿Estás celoso? —bromeó.

Gael lo miró indignado.

— ¡Claro que no! Solo... no me agradó su cara, eso es todo.

Noah se rió de nuevo, pero decidió no seguir provocando a Gael. En cambio, dejó que el tiempo transcurriera mientras ambos disfrutaban del agua y del sol. Las horas pasaron volando, y Gael se acomodó en una toalla bajo el sol, cerrando los ojos mientras se dejaba llevar por la relajación.

Noah lo observaba desde la sombra, asegurándose de que no se expusiera demasiado tiempo al sol. Finalmente, cuando vio que Gael llevaba ya bastante rato tomando sol, decidió intervenir. Se acercó y se agachó junto a él, bloqueando el sol con su cuerpo.

— Oye... —dijo suavemente, tocándole el hombro—. Creo que probablemente ya es suficiente tiempo en la piscina para ti, pequeño sireno. Te vas a enfermar si te quedas aquí mucho tiempo. ¿Recuerdas tu corazón débil?

Gael abrió los ojos lentamente, y Noah notó que su rostro estaba un poco enrojecido, probablemente debido al sol.

— Vamos... —protestó Gael—. Me estoy divirtiendo mucho, dame cinco minutos más. Además, ¿por qué debería preocuparme? Tengo un doctor justo aquí.

Noah sonrió, pero no cedió. Se agachó un poco más, acercándose a Gael.

— Y este doctor te ordena que salgas —dijo en tono serio—, a menos que quieras que yo mismo te saque de aquí.

Gael suspiró teatralmente, pero finalmente asintió.

— Vale, vale, estoy saliendo, su alteza. —Se estiró perezosamente, pero antes de levantarse del todo, miró a Noah con una sonrisa traviesa—. Ah, por cierto, hoy es viernes, ¿verdad?

Noah arqueó una ceja, sin saber a dónde iba la conversación, y respondió afirmativamente.

De repente, Gael se impulsó hacia arriba, quedando peligrosamente cerca del rostro de Noah. Sus ojos brillaban con una mezcla de diversión y desafío.

— Entonces, es tiempo de mi pregunta semanal... —murmuró Gael, mirándolo fijamente—. ¿Aún no sientes como si estuvieras empezando a amarme?

La pregunta tomó a Noah completamente por sorpresa. Se quedó en silencio, sin saber cómo responder de inmediato. La cercanía de Gael, su belleza tan natural y deslumbrante, lo dejaban sin palabras. Su mente se llenó de pensamientos desordenados, mientras intentaba encontrar una respuesta que no sonara demasiado vulnerable.

— Eh... yo... —comenzó Noah, sintiendo cómo sus palabras se atascaban en su garganta.

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Leticia Camacho
que historia tan hermosa, es difícil dejar de leerla 👍♥️
Sughey Perez Ordoñes
ola me gusta tu historia
Crita: Me alegro 🫂
total 1 replies
Teresa Castillo
Gael debería irse solo está sufriendo y teniendo falsas esperanzas
Leticia Camacho
muy linda historia 🤩🤩
Teresa Castillo
esto se pone bueno
Leticia Camacho
está historia me está atrapando 👍👍
Leticia Camacho: sí me encanta esta historia 😍
total 1 replies
Teresa Castillo
espero todo salga bien ❤️‍🩹❤️‍🩹
Teresa Castillo
a pesar de hacerse el fuerte su pena la lleva por dentro 😥
Teresa Castillo
pobrecito 😢😢
Evelis Hidalgo Martinez
Excelente
Angélica Gutiérrez
Como siempre es un placer leer tus historias, amo esta, la recomiendo
Teresa Castillo
veremos qué pasa con esta historia ❤️
Yeleny
Sería sano para Gael alejarse, ya no rogarle más y empezar a darse valor, quizá así Noah empiece a extrañar lo precioso que tuvo y no valoró.
Camila Montenegro
Diooosss quiero leer más!! 😍❤️‍🔥
Camila Montenegro
😍😍😍✨
Camila Montenegro
Amando la historia 😍
Camila Montenegro
Amooo, me tiene atrapada la historia 😍😍
Meche
Gracias por volver🥳🥳 eres la mejor.
Floress Aguedaa
Empezando con esta nueva historia 🧐😌😉...a ver qué tal?? estoy segura que está genial ✨ me encantan tus historias Gracias!!! Saludotes 😉😘
Floress Aguedaa: /Kiss//Smirk//Smirk//Proud/
Crita: Gracias a ti 🫂🫶
total 2 replies
Floress Aguedaa
No manches!!!🧐😳...el de la foto de presentación es el chulote de Jungkook 🥰 tan bello precioso conejito de BTS 😍😘 💜💜💜💜💜💜💜
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