NUEVOS HORIZONTES

Magda es el nombre de la hoy viuda, que perdió a su Esposo, Johan. Fue quien cayó muerto en el enfrentamiento con los bandidos.

Al caer la noche, el convoy se detuvo, y volvieron a formar el círculo con las carretas.

Como ahora contaban con el apoyo de los Casacas Azules, tenían un poco de más libertad.

Inmediatamente después de detenerse todos los carruajes, los Pioneros bajaron de sus carretas y corrieron a visitar a Magda. Y ahora que voy a hacer. Repetía constantemente. No paraba de llorar.

Casi a la media noche, un grupo de Soldados llegó, trayendo con ellos el cadáver de Johan y lo entregaron a la viuda.

Petra y Elizabeth no se separaron de Magda y la ayudaron a limpiar el cuerpo de su infortunado Esposo.

Johan fué velado hasta el amanecer, y antes de partir, fué sepultado exactamente al centro del círculo que forman las carretas. Un soldado recibió la orden de conducir la carreta de Magda. Ella, mostrando una gran entereza, dijo a los Soldados y a los Pioneros que iba a continuar la marcha hasta Laramie Fort, y ahí tomaría la decisión de continuar o bien, volver a Saint Louis, cuando pasara de regreso algún grupo de Pioneros que viajaban de vuelta, renunciando a sus sueños.

La mayoría eran mujeres que habían perdido a sus esposos o Padres en el intento. En esos casos, el Ejército las acompaña hasta Lewenworth Fort.

Algunas viudas se quedaban en los Fuertes, se enamoraban de algún militar y se volvían a casar, pero ya no regresan a Saint Louis.

La marcha continuó sin contratiempos. La compañía de los Soldados, ahuyentaba a los maleantes.

Petra y Elizabeth podían viajar juntas en el asiento de la carreta y constantemente reían y se hacían bromas. En las paradas nocturnas, visitan a Magda, para ayudarle con lo que necesite.

Una vez que estaban las tres platicando, Magda les confesó que estaba Embarazada.

Amiga, dijo Petra, cuentas con nosotras para lo que necesites.

Magda agradeció las atenciones de las hermanas y les dijo que, para cuando les tocara hacer guardia, ella les iba a cocinar, para que no se les hiciera tan pesado.

Liz le dijo a Magda que mientras ella formara parte de la caravana, entre las dos, ayudarían para que no les falte nada a la chica y su bebé.

Gracias, creo que ya somos amigas de vida.

Magda, si tú tomas la decisión de abandonar la caravana y decides regresar a Saint Louis, Elizabeth y yo vamos a escribir una carta dirigida a nuestra Madre, en ella le vamos a pedir que te ayude a ti y a tu Bebé, ella es la mejor. Y su Esposo, Henry es un gran tipo. Pero si tú decides seguir adelante, nosotras nos haremos cargo de ti y tu hijo. No te vamos a abandonar.

Creo que yo terminaré llamándolas hermanas.

Pues para nosotras será un privilegio recibirte en la familia.

Magda se acercó a Petra y Elizabeth y las abrazó, además de dar un beso en la mejilla de cada una de ellas.

Magda les invitó a cenar y las hermanas aceptaron gustosas.

Magda comenzó a narrar cómo Johan y ella se conocieron. Fue en Boston. Ella salió un día de compras con su Mamá, entraron en un Almacén y un muchacho muy guapo las atendió. Siempre fue muy amable y educado. Hicieron sus compras y salieron, pero a partir de ese momento comencé a pensar en ese chico. Al día siguiente fui de nuevo al Almacén y entré con el pretexto de comprar dulces y me dirigí justo en donde Johan atendía a otra mujer y cuando terminó, me saludó. Me preguntó que necesitaba. Le pedí unos dulces, me dijo que había hecho una buena elección, que esos dulces, eran sus favoritos.

Y así, seguí pasando por el Almacén a comprar dulces todas las tardes.

Sus Padres murieron cuando él era muy niño y se crió en el orfanato de Boston.

Mi Madre padecía del Corazón. Un día se puso muy mal de salud y falleció. Días después Johan me encontró caminando en la calle, me alcanzó me invitó a la Pastelería y platicamos, le conté lo de mi Madre y me abrazó para consolarme, tenía los ojos llenos de lágrimas. Luego me acompañó a casa. Comenzamos a salir todos los días. Y un día, sin más ni más, me pidió Matrimonio y yo acepté. Total, ya no tenía a nadie, solo a él.

A la semana siguiente nos casamos, pero no nos gustaba la vida en Boston, y un buen día nos mudamos a Saint Louis. Pero teníamos que trabajar como empleados y eso no nos llenaba, vimos lo de las caravanas y decidimos vender la casita que me dejó de herencia mi Madre y decidirnos juntos partir en esta aventura y ya ven como terminó. Johan ya no está. Y creo que en honor a su memoria, voy a continuar y voy a hacer fortuna allá en Oregon.

Que buena noticia Magda, dijo Liz. Desde este momento, ya somos tres hermanas, y Johan Jr, ya tiene un par de tías locas.