Lo que debería ser un simple trabajo arqueológico...termina en un enredo sentimental. Los espíritus del pasado utilizan a los vivos para reparar un daño. Qiang quiere ser perdonado y pide ayuda a Lin a cambio de ayudarlo con revelar la historia. Mei quiere huir de Qiang y se refugia en una extranjera ¿Logrará Qiang obtener el perdón de Mei?
NovelToon tiene autorización de Francia Laura para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Control de cuerpos
Lin acompaña a Ana para que vea el libro, pero intencionalmente se detiene ante el cuerpo del guerrero y hace un revisión de si está limpio.
- Solo reviso que esté debidamente limpio.
- Me llama la atención este guerrero.
- No tiene mucho de especial por ahora. Es material de investigación, fue encontrado hace poco en una excavación. Es un hallazgo nuevo.
- Veo algo en él, tiene algo y no sé cómo describir. - ella intenta explicar sin éxito
- ¿Qué cosas son las que transmite? – ese señuelo lo pone en alerta.
- Como si en vida hubiera sido una mala persona.
- Tendré en cuenta su opinión.
El arqueólogo medita en esa frase, y se acerca al otro cuerpo, al de Mei y hace lo mismo, revisa que esté limpio.
- ¿Este otro cuerpo también es nuevo?
- Sí, también es material en estudio.
- Parece que ha sufrido mucho.
El gesto de preocupación en Ana, conmueve a Lin, la turista se arrodilla ante el cuerpo de Mei y siente algo, ese algo le hace sentir la necesidad de llevar su mano al pecho.
- ¿Se siente bien? – lo que ve no le gusta pero hay silencio y vuelve a preguntar.
- Señorita Ana, ¿se siente bien?
- Esta persona ha sufrido mucho. – habla con tono suave pero su mirada está como si estuviera hipnotizada.
El arqueólogo se da cuenta de la extraña conexión. El espíritu del guerrero se apodera de él.
- Mei, no tengas miedo. Te voy a cuidar. – eran las palabras del guerrero mientras tiende una mano, en señal sincera de ayuda.
Escuchar esto, le aterra a Ana, aunque en realidad es Mei quien controla el cuerpo de Ana y su exposición de terror es muy notorio, el cuerpo de Ana tiembla.
-¿Qiang? – es todo lo que puede pronunciar.
- Mei. – el llamado es suave, transmite cariño. – dame tu mano Mei.
- No, - se pone de pie, su ritmo respiratorio se altera y retrocede – Qiang es malo, es cruel – habla con voz entrecortada.
- Mei, perdóname. – le súplica Qiang.
Ana corre para buscar un lugar donde esconderse, Lin está detrás. Él está con el corazón a mil y la mirada triste, quiere cuidar a Mei, quiere ser perdonado, pero ella corre, no conoce el museo, se pierde y se asusta.
Mei abandona el cuerpo de Ana y Qiang abandona el cuerpo de Lin, todo vuelve a la normalidad.
- ¿Qué hago aquí? – Ana se pregunta.
- Señorita Ana, ¿se vino a perder por aquí?
- No sé que me pasó. – no recuerda absolutamente nada.
- Señorita, el libro de leyendas chinas está al otro lado del museo.
- Está bien. Lo sigo.
Ana sigue los pasos del arqueólogo, para conocer el libro de leyendas chinas. Se enfoca en seguir los pasos y no causar más problemas.
Finalmente, los dos están en la sala de reuniones, Lin le muestra el libro a Ana.
- Este es el libro de leyendas chinas.
- Muchas gracias, ¿Cuánto cuesta el libro?
- Es una cortesía. – se lo regala.
- No puedo aceptarlo, un libro tan bonito, y solo por cortesía.
- Por favor, acéptelo.
Mei vuelve a la acción.
- No, no puedo. No quiero nada de Qiang.
Lin nota de inmediato que Mei está interfiriendo en el cuerpo de Ana.
- Mei, es sólo un libro.
- No, no quiero.
- Mei, ¿Me puedes contar la verdad? – intenta ser amigable para ganarse la confianza - ¿Qué te hizo Qiang?
- Qiang es malo, mató a mi familia, me robó, y me trató mal por mucho tiempo.
- Mei, junto a ti y junto a Qiang encontré vasijas muy bonitas de tu tierra ¿Las quieres ver?
- Soy alfarera. Iba a vender mis productos a otros pueblos, en los mercados para tener dinero y dar de comer a mis padres.
- Mei, lo que acabas de decir es algo muy valioso, hablaré con Qiang para
- No, no, el es un hombre malo, me matará si se entera que dije algo.
- Ve tranquila Mei, no diré tu nombre. – le sostenía las manos en señal de confianza.
Mei se fue, y Ana retiró sus manos.
- Disculpe, me está tomando de las manos.
- Lo lamento mucho, quería darle el libro en su mano y diabla casualidad que quedó sobre la mesa.
- ¿Se encuentra bien? – Ana lo encuentra raro todo eso.
- Si estoy bien. Al menos eso creo – Está avergonzado de haber tomado de las manos sabiendo que no debía. Mire, llévese el libro, el pago es que lo lea.
- ¿Solo gracias? – pregunta pero tiene dudas ante un regalo tan peculiar.
- Por favor. – se inclina hacia adelante, empujando el libro con las dos manos.
Ana no tuvo más que aceptar el libro e irse ¿Qué sentido tiene de estar en un museo que ya visitó?
Lin tuvo valiosa información, Mei ha contado de manera breve su historia y de como fue su vida con Qiang. Esa información es muy importante, lo único que le faltaría es que el mismo Qiang relate su propia versión.
Lin fue a la sala de exhibición donde está el cuerpo de Qiang, está frente a frente, lo mira y cruza los brazos. No hay nadie por ahora, es una oportunidad perfecta para descargar sus preguntas y Qiang entra en el cuerpo del arqueólogo para darle las respuestas.
- Me gustaría hablar contigo. Ahora sé que tú nombre es Qiang.
- Mei dice la verdad. – así es como responde.
- Aparte de secuestrar a Mei, y hacerla sufrir en el camino ¿Qué más hiciste?
- Me comporté mal. – contestó el espíritu.
- Ella te tiene miedo. - le habla con firmeza.
- Quiero ser perdonado.
- ¿Quieres ser perdonado? Ella te tiene miedo. Es un viaje en la historia, es mejor olvidar el asunto.
- No. – Qiang fue firme.
- Ella huye, es inútil ¿Acaso quieres pelear hasta obtener lo que quieres?
- Ayuda.
Lin se fue de la sala, debe pensar si es conveniente ayudar a Qiang o dejar las cosas como están. Qiang admite haberse portado mal, quiere ser perdonado y hará lo que sea, pero ¿Por qué tanto afán de ser perdonado? ¿Sentimiento de culpa? ¿Qué otras cosas han pasado? Qiang tendrá que revelar más sobre los acontecimientos.