LA VIUDA. LA VENGANZA LLEVA MI NOMBRE.

Fiorella estaba en su habitación abatida, lloraba silenciosamente, se sentía muy mal, no entendía por qué tanta maldad y odio.

Ella se veía en el espejo y observaba la joven hermosa que una vez fue, pero eso ya no importaba si se quedaba bella la iban a prostituir y prefería morirse.

La puerta de la habitación se abrió, Francesco, Milena y Francesca entraron a la habitación donde se encontraba Fiorella y se asombraron al ver tal horror.

La joven tenía el cabello mal cortado casi que estaba calva, tenía una cicatriz en cada lado de su cara y la sangre la cubría.

—Qué demonios hiciste maldita. —Grito su padre, las otras dos mujeres se asombraron y sus hermanos junto a su ex llegaron ante tal alboroto.

—Qué hiciste Fiorella. —Grito su hermano mayor.

—Hermanita no. —Hablo el menor de sus hermanos y la abrazo.

—Qué mierda. —Gritó Reginald.

—Por qué hiciste tal atrocidad. —Pregunto Milena mientras Francesca lloraba abrazada a su esposo fingiendo dolor por su hermana.

—Te hice una pregunta. —Habló el padre de Fiorella.

—Atrévete a venderme ahora, así tus planes se han acabado, no podrás enviarme al sex infierno. —Dijo ella en sus ojos solo había vacío, ya no había alegría.

—Papa ibas a enviar a mi hermana a ese lugar. —Dijo Adrián.

—Tú cállate y si de alguna manera me debe pagar y allá se encargarán de matar a su bastardo. —Dijo el y la tomo del brazo la arrastró hasta la sala y la lanzo al suelo.

—Eres una maldita basura y ahora traidora, ayudaste a escapar a ese bastardo, no sabes cuánto te odio. —Ella sonrió con malicia.

—Eso lo he sabido siempre… pero me queda la satisfacción que ahora deberás matarme. —Hablo la joven mirando a su padre.

—Pues, sí, te mataré, no me sirves, solo te soporté para que me sirvieras de moneda de cambio.

—No puedo decir que llevarás mi muerte en tu conciencia porque ni la muerte de mi madre te pasa asesino, solo confío en que el carma te alcance. —Recibió una bofetada en la cara que le rompió el labio.

—¡Sandro! —Gritó Francesco.

— llévate a esta zorra de mi vista y mátala no lo haré yo. —Volvió a decir.

—Si jefe ahora mismo. —Respondió el hombre y tomo a Fiorella por el brazo para arrastrarla hacia afuera de la mansión.

—No, padre, no lo hagas, es nuestra hermana. —Hablo el hijo mayor.

—Si padre, ella es familia. —agrego el hermano menor.

—Esta bastarda no es absolutamente nada de nosotros y hoy morirá. —La joven fue llevada por Sandro, el hombre la subió a una camioneta.

El hombre arrancó la camioneta y se llevó a la mujer lejos de su casa, llegaron a un lugar baldío y disparó tres veces, la joven no se inmutó y el hombre entonces habló.

—Me ordenaron matarte y eso te hace de mi propiedad, te dejaré vivir porque contigo ganaré dinero. —Dijo Sandro y la joven se estremeció.

—Me vas a vender, no ves el despojo que soy nadie querrá estar conmigo. —Respondió ella.

—Hay otras formas de ganar dinero. —Dijo y comenzaron a caminar por un sendero que los llevó a un enorme galpón, Fiorella pensó que descansaría al morir, pero su infierno apenas comenzaba.

—Aquí aprenderás todo lo que necesites para luego poder pagarme.

Fiorella fue llevada a ese horrible lugar, era enorme y sus paredes eran grises, había varias mujeres con aspecto extraño, tenían golpes y algunas también tenían el cabello corto y tatuajes.

También había hombres con el mismo aspecto terrorífico, ese día Fiorella fue llevada por largas escaleras a una celda en el sótano.

Había varias mujeres encerradas en cubículos separados, deplorables, allí comenzó su tormento.

Esa noche durmió en el suelo de ese lugar, no había ni siquiera una cama y un retrete a un lado, la joven lloro en silencio toda la noche, se preguntaba por qué a ella.

Al día siguiente fue llevada a un gimnasio donde hacía ejercicio como loca, comía cosas desagradables y era llevada de regreso, durante un mes solo fue ejercicio al siguiente comenzó aparte de los ejercicios el combate al principio recibió golpes como desgraciada, se iba a llorar al terminar la noche, pero entonces una joven a la que le apodaban la gata se le acercó.

—Hey tú, estoy al lado de tu celda y te escucho llorar, no debes hacerlo, no sé cuál es tu historia, solo te diré una cosa que te hará mejor. —Fiorella la observo y le pregunto cuál era esa palabra y ella contestó.

—Venganza…

Desde ese día son muy unidas, ellas le contó su historia y la gata le contó la de ella había Sido vendida por su abuela y ahora solo quería salir de allí y le dijo como hacerlo.

—Aquí compran a las mejores, luego se las llevan y tienen trabajos muy bien pagados, serás un trabajador más y no esclavo luego de que pagues lo que tu comprador gaste por ti. —Dijo la gata.

—Si eres buena en esto, saldrás de aquí y podrás matar a esos hijos de puta y me buscas a mí para ayudarte. —Hablo la gata.

—Lo haré, saldré de aquí… Yo seré quien me vengue.

En este infierno la dulce Fiorella se marchitó, se secó por dentro, ahora era pantera, una de las asesinas más letales del Tártaro.

En ese lugar también vendían a mujeres tanto vírgenes como ya experimentadas y entonces lograba ver como eran llevadas a diario por hombres de todas las edades.

La joven ya no cortó más su cabello luego de que vieron que ganaba más luchando en la arena que como prostituta.

Buenas noches, damas y caballeros, hoy habrá otra maravillosa pelea, hoy tenemos a la muerte con 1.9 metros de altura con más muertes, hasta el momento se enfrentará a la pantera con 1.70 metros de altura y nacida para asesinar

El hombre corpulento de piel bronceada y tatuadas en la cara y cuerpo sale a la arena con el apoyo de todos, luego sale pantera que aunque es bien alabada no tiene mucho apoyo hoy por ser su adversario, un hombre como la muerte

La batalla comienza y Fiorella comienza a pelear, ella observa sus movimientos aunque lo ha visto peleando y sabe cómo actúa.

El hombre la ataca y la lanza al suelo, ella lo barre con sus pies y él cae, pero se levanta, la pantera gira y le da una patada, el hombre se va contra ella, pero ella salta y se le sube a los hombros, allí le entierra las uñas en el rostro y lo lanza de espaldas, ella cae, pero también se levanta.

La arena está encendida y el hombre molesto la golpea en el estómago, ella cae y se le va encima volteándole la cara con una patada, luego le da en el estómago y corre a agarrar una daga de las armas que acaban de lanzar.

El hombre toma una lanza y le tira a dar, pero ella retrocede con agilidad, el hombre la golpea en las piernas y ella cae, pero solo para agarrar unos cuchillos pequeños y letales toma uno y se lo lanza en el cuello, se le va encima y lo apuñala una y otra vez con la daga.

El cuerpo queda desangrándose y ella retrocede hasta que la anuncian ganadora, pantera solo se queda tranquila ante los miles de oraciones, ella no es ni la sombra de la niña que llegó Sandro la vendió y lleva dos años en ese lugar donde cada día de playera más.