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La Sangre de Asclepio: El Don de Curación de una Mujer Divina".

La Sangre de Asclepio: El Don de Curación de una Mujer Divina".

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Reencarnación
Popularitas:1.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Luisa Manotasflorez

La historia de esta mujer es un viaje de autodescubrimiento y valentía en un mundo donde el estatus de género dicta el valor de una persona. Nacida en el seno de una familia noble en Roma, ella desafía las expectativas de su género desde una edad temprana. Despreciando la idea de ser tratada como una simple "vaca para preñar", busca igualdad y reconocimiento por su mente y habilidades, en lugar de simplemente por su género.

Sin embargo, la vida no es fácil para ella ni para su familia. Cuando una guerra obliga a su familia a huir de Roma, se encuentran enfrentando la discriminación y el escrutinio de aquellos que los rodean. La gente no puede entender por qué esta mujer es educada como un hombre y posee habilidades de curación que parecen provenir de los dioses de la salud y la curación de la antigua mitología griega. Sus dones se convierten en una bendición y una maldición, ya que la gente la ve con sospecha y temor, cuestionando si es una bruja o está involucrada en prácticas oscuras.

A pesar de todos los obstáculos, ella no se rinde. Se casa con un senador para protegerse y encontrar un lugar seguro en un mundo peligroso e incierto. Juntos, viajan por varias ciudades, escapando de la furia de un emperador vengativo que busca venganza por la muerte de su padre a manos de traidores. En su viaje, enfrentan desafíos constantes y peligros inesperados, pero su determinación y amor mutuo los mantienen fuertes.

Esta es una historia de resistencia, amor y perseverancia en tiempos de adversidad. Es un recordatorio de que, incluso en un mundo donde el género y el estatus social dictan las reglas, el coraje y la pasión pueden trascender todas las barreras. La protagonista demuestra que el verdadero poder reside en el corazón y la mente, no en el género o el estatus social, y que el amor y la esperanza pueden guiar incluso en los momentos más oscuros de la historia.

NovelToon tiene autorización de Luisa Manotasflorez para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 16

**Relatos de Hispania y Murmullos en la Bañera**

El vapor se disipaba lentamente en la cámara de baño mientras Adriano y Aurelia disfrutaban de su tiempo juntos. Adriano se levantó de la bañera, el agua escurriendo por su musculoso cuerpo, y se envolvió en una toalla. Se sentó en un banco de mármol cerca de Aurelia, quien aún estaba en la bañera, pasando una esponja suavemente sobre su piel.

"Entonces, cuéntame más sobre Hispania," dijo Aurelia, sus ojos brillando con curiosidad. "Quiero saberlo todo."

Adriano sonrió, complacido por su interés. "Hispania es un lugar fascinante, pero también muy desafiante. Las tribus allí son feroces y muy protectoras de sus tierras. Los celtíberos y los lusitanos, en particular, nos dieron muchos problemas. Su conocimiento del terreno les da una ventaja en la batalla."

Aurelia asintió, escuchando atentamente mientras continuaba pasándose la esponja. "¿Y los animales? He oído que la fauna en Hispania es muy variada."

"Así es," respondió Adriano. "Hay osos, lobos, y una gran cantidad de aves rapaces. Es un territorio salvaje y hermoso. Pero los animales no son lo más peligroso; las tribus son muy hábiles en emboscadas y ataques rápidos."

Aurelia pensó por un momento. "Quizás podrías mejorar tus defensas moviéndote en formaciones más compactas en esos terrenos difíciles. Y asegúrate de tener exploradores avanzados que puedan detectar posibles emboscadas antes de que ocurran."

Adriano levantó una ceja, impresionado. "¿De dónde sacas esas ideas, mi amor? Podrías ser una estratega militar."

Ella se rió suavemente, un sonido que resonó en la habitación como una melodía. "Solo estoy usando el sentido común. Además, si puedo ayudarte a volver a casa más rápido y con menos bajas, vale la pena."

Adriano la miró con admiración. "Eres increíble, Aurelia. Tu inteligencia es una de las cosas que más amo de ti."

Aurelia murmuró algo suavemente mientras pasaba la esponja por su pierna y brazo, disfrutando de la sensación del agua caliente. "Adriano, acaso no tenía que hacer esto," dijo en un tono juguetón, "pero aquí estoy, cuidando de ti."

Adriano se inclinó hacia ella, una sonrisa traviesa en sus labios. "Bueno, no voy a quejarme. De hecho, podrías hacerlo más a menudo."

"¿Ah, sí?" respondió Aurelia, su tono sarcástico. "¿Quieres que tu esposa se convierta en tu sirvienta personal también?"

Adriano se rió, una carcajada profunda que resonó en la cámara. "No, quiero que mi esposa siga siendo la mujer increíble y fuerte que es. Pero si de vez en cuando decide cuidarme así, no me opondré."

Aurelia lo miró con afecto, sus ojos llenos de amor. "Tienes suerte de que te ame tanto, Adriano."

"Lo sé," dijo él, tomando su mano y besándola suavemente. "Y haré todo lo posible para demostrarte cuánto te amo."

Se quedaron en silencio por un momento, disfrutando de la intimidad y la tranquilidad. Adriano finalmente rompió el silencio. "¿Sabías que la comida en Hispania es muy diferente a la nuestra? Usan muchas hierbas y especias que nunca había probado. El vino es fuerte, y tienen un plato llamado 'cocido' que es increíblemente sabroso."

Aurelia sonrió. "Me encantaría probarlo algún día. Tal vez podamos viajar allí juntos cuando haya paz."

"Eso suena maravilloso," dijo Adriano, su voz suave. "Pero por ahora, estoy contento de estar aquí contigo."

Aurelia se acercó y lo abrazó, sus cuerpos mojados y tibios contra el otro. "También yo, Adriano. También yo."

La cámara de baño, con su vapor y sus aromas florales, se convirtió en un refugio de amor y seguridad. En ese momento, mientras se abrazaban y compartían sus pensamientos y sueños, el mundo exterior parecía distante y sin importancia. Solo existían ellos dos, unidos por un amor que ni la guerra ni la distancia podían romper.

** Consejos y Estrategias en el Almuerzo**

El gran salón del palacio era una maravilla arquitectónica. Los altos techos estaban adornados con frescos que representaban las victorias de los emperadores pasados, mientras que las paredes estaban cubiertas con tapices detallados que mostraban escenas de caza y banquetes. La larga mesa de banquete estaba decorada con candelabros dorados y jarrones de flores frescas, llenando el aire con su fragancia delicada. En el centro, una magnífica mesa de mármol blanco estaba repleta de platos exquisitos: carne asada, frutas frescas, panes artesanales y una variedad de vinos finos.

Aurelia, con su porte elegante, vestía un vestido azul celeste de seda que caía en suaves pliegues hasta el suelo. Sus cabellos oscuros estaban recogidos en un moño alto, adornado con una tiara de diamantes y zafiros. Sus ojos, una mezcla cautivadora de avellana y negro, brillaban con inteligencia y vivacidad.

Adriano, sentado a su lado, lucía su vestimenta habitual de príncipe: una túnica de lino blanco con bordados dorados y una capa púrpura que denotaba su rango. Sus ojos azules estaban llenos de una mezcla de preocupación y determinación. A su alrededor, los hermanos y amigos más cercanos del príncipe, vestidos con atuendos igualmente elegantes, conversaban animadamente.

El emperador, en el extremo opuesto de la mesa, se inclinó hacia adelante, su expresión seria. "Debemos discutir las tácticas para la próxima fase de la guerra en Hispania. La resistencia es fuerte, y necesitamos un plan sólido."

Adriano asintió, pero su mirada se dirigió hacia Aurelia. "Tengo algunas ideas, pero me gustaría escuchar la opinión de mi esposa primero."

Los comensales se volvieron hacia Aurelia, sus miradas llenas de curiosidad y un poco de escepticismo. Ella sonrió serenamente y se inclinó hacia adelante. "Gracias, mi querido esposo. En cuanto a las tácticas, creo que podríamos beneficiarnos de una mayor coordinación entre nuestras legiones. Las tribus hispanas son excelentes en emboscadas, como mencionaste antes, Adriano. Necesitamos mejorar nuestra vigilancia y quizás considerar el uso de exploradores locales que conozcan bien el terreno."

Uno de los amigos de Adriano, Marco, un hombre robusto con una barba espesa, se rió entre dientes. "¿Y cómo propones que convenzamos a los locales para que nos ayuden, mi señora? No creo que estén muy dispuestos a traicionar a su propia gente."

Aurelia lo miró con una mezcla de dulzura y firmeza. "No sugiero traición, Marco. Propongo ofrecerles algo que valoren: protección para sus familias, tierras para cultivar, y un futuro estable bajo el dominio romano. Es cuestión de ganar su confianza, no de obligarlos."

Adriano sonrió, claramente complacido con la respuesta de su esposa. "Eso tiene sentido. La confianza puede ser una herramienta poderosa."

El emperador asintió, pensativo. "Es una estrategia interesante. Podría funcionar si manejamos bien las negociaciones."

Adriano tomó la mano de Aurelia y la besó suavemente. "Siempre sabes qué decir para calmar mis preocupaciones, amor mío."

Aurelia respondió con una sonrisa sarcástica. "Es que alguien tiene que pensar en soluciones prácticas mientras tú y tus amigos disfrutan de banquetes y vino."

Los comensales rieron ante el comentario, pero todos sabían que había verdad en las palabras de Aurelia. Ella tenía una mente aguda y un corazón valiente, cualidades que la hacían indispensable en tiempos de crisis.

Mientras continuaban comiendo, Aurelia dirigió la conversación hacia temas más ligeros. "Y, hablando de soluciones prácticas, ¿qué tal si probamos esa nueva receta de vino especiado que me recomendó nuestra cocinera? Estoy segura de que un poco de innovación en la mesa también puede inspirar nuevas ideas para el campo de batalla."

Adriano rió, encantado. "Siempre pensando en mejorar, ¿verdad? No puedo esperar a probarlo."

La reunión se prolongó, con más discusiones estratégicas intercaladas con momentos de camaradería y bromas. Aurelia se destacó no solo por su belleza, sino también por su inteligencia y su capacidad para aportar perspectivas valiosas.

Cuando la comida llegó a su fin, Adriano se levantó y levantó su copa. "Quiero hacer un brindis. A mi esposa, Aurelia, cuya sabiduría y apoyo nos guían no solo en tiempos de paz, sino también en la guerra. Por su ingenio y su valentía."

Todos levantaron sus copas y brindaron, sus voces llenando el gran salón. Aurelia se sonrojó ligeramente, pero su mirada se encontró con la de Adriano, llena de amor y gratitud. Ella sabía que, juntos, podrían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

Mientras los comensales se dispersaban, Adriano se inclinó hacia Aurelia y susurró en su oído. "Gracias por ser mi roca, mi amor. No sé qué haría sin ti."

Aurelia sonrió y respondió en voz baja, con una chispa de humor en sus ojos. "Probablemente estarías perdido en algún lugar de Hispania, luchando contra lobos y tribus salvajes."

Adriano rió y la abrazó, agradecido por su presencia constante y su espíritu indomable. Juntos, eran una fuerza imparable, listos para enfrentar cualquier cosa que el futuro les deparara.

* La Prueba de Aurelia**

Aurelia caminaba por los pasillos del palacio, disfrutando del silencio y la calma que se cernía sobre el lugar. Era un raro momento de tranquilidad, alejado de las preocupaciones diarias y las responsabilidades que conllevaba su posición. Sin embargo, su paz fue interrumpida por el sonido de voces bajas y murmullos que venían de una de las salas adyacentes.

Se detuvo y escuchó con atención. Las voces eran familiares: amigos de Adriano, conocidos por su camaradería, pero también por su tendencia a la intriga y el chisme. Aurelia se acercó sigilosamente, manteniéndose fuera de la vista.

"¿Quién se cree que es esa mujer?" dijo Marco con desdén, el mismo amigo que había cuestionado sus tácticas en la guerra. "Solo es una aristócrata venida a menos. No tiene ningún derecho a opinar en asuntos militares."

Otra voz se unió al coro de descontento. "Sí, y parece que se cree muy lista. No es más que una estúpida que ha tenido suerte al casarse con el príncipe. No sabe nada de liderazgo o estrategia."

Aurelia sintió un nudo de indignación formarse en su estómago. Aunque había aprendido a lidiar con los comentarios malintencionados, estos ataques directos a su carácter y habilidades eran difíciles de soportar. Pero en lugar de confrontarlos de inmediato, decidió actuar con astucia.

Aurelia se alejó silenciosamente y se dirigió a sus aposentos, donde comenzó a planear su venganza. Sabía que no podía permitir que esos comentarios quedaran sin respuesta, y tenía una idea de cómo demostrar su valía no solo a esos hombres, sino también al emperador y a todo el palacio.

Durante los días siguientes, Aurelia recopiló información y pruebas sobre las actividades cuestionables de los amigos de Adriano. Usó su inteligencia y habilidades para descubrir sus errores, negligencias y falta de compromiso con sus deberes. Con una serie de documentos y testimonios, estaba lista para presentar su caso.

El momento llegó durante una audiencia con el emperador, donde estaban presentes Adriano, sus amigos, y varios oficiales de alto rango. Aurelia se presentó con calma y dignidad, sosteniendo un conjunto de pergaminos en sus manos.

"Majestad," comenzó, dirigiéndose al emperador. "He descubierto ciertas irregularidades y comportamientos inapropiados que creo que deben ser tratados con la mayor seriedad. Con su permiso, me gustaría presentar las pruebas."

El emperador asintió, intrigado. Aurelia procedió a detallar cada instancia de incompetencia y deslealtad, señalando cómo estos hombres habían fallado en cumplir con sus responsabilidades. Los murmullos de sorpresa y desaprobación se extendieron por la sala.

Marco, visiblemente incómodo, trató de defenderse. "Esto es una emboscada. No puedes creerle, solo está tratando de vengarse."

Aurelia lo miró directamente a los ojos. "Marco, la verdad siempre encuentra la manera de salir a la luz. Si no tienes nada que ocultar, no deberías temer estas acusaciones."

El emperador, evaluando la información presentada, finalmente habló. "Estas son acusaciones graves. Si se encuentran pruebas de negligencia y falta de integridad, no puedo permitir que estos hombres continúen en sus puestos. Se llevará a cabo una investigación completa."

Adriano, quien había permanecido en silencio, se acercó a su esposa. "Aurelia, tus palabras y acciones son valientes. Te apoyo completamente."

Aurelia le dirigió una sonrisa agradecida antes de volver su atención al emperador. "Majestad, mi único deseo es asegurar que aquellos que sirven a nuestro imperio lo hagan con honor y dedicación. Estoy dispuesta a colaborar en cualquier investigación necesaria."

El emperador asintió, impresionado por la firmeza y el coraje de Aurelia. "Eres una mujer de gran valor y sabiduría, Aurelia. Tu lugar en este palacio está más que justificado."

Con el respaldo del emperador y de Adriano, la investigación procedió rápidamente. Los resultados confirmaron las acusaciones de Aurelia, y los responsables fueron destituidos de sus rangos. Aurelia había demostrado no solo su valía, sino también su capacidad para proteger la integridad del imperio.

En una audiencia posterior, el emperador hizo un anuncio formal. "Quiero reconocer la valentía y el compromiso de Aurelia, que ha mostrado una dedicación inquebrantable a nuestra causa. Su inteligencia y valor son un ejemplo para todos nosotros."

Adriano, lleno de orgullo, tomó la mano de su esposa y la levantó. "Aurelia, gracias por tu fuerza y tu sabiduría. Juntos, haremos de este imperio un lugar mejor."

Aurelia sonrió, satisfecha. Sabía que había ganado el respeto y la confianza no solo de su esposo y del emperador, sino también de aquellos que alguna vez la habían subestimado. Su venganza había sido servida de manera justa y digna, consolidando su lugar en el palacio y en la historia del imperio.

** La Venganza Sutil de Aurelia**

Aurelia observó con atención cómo los hombres que habían hablado mal de ella se movían nerviosos tras la audiencia con el emperador. Había logrado exponer sus fallos y debilidades sin necesidad de levantar la voz ni recurrir a la confrontación directa. La justicia se había servido, y ahora era el momento de dejar un último mensaje.

Decidió enfrentarse a ellos en uno de los jardines del palacio, un lugar donde la naturaleza serena contrastaba con la tensión en el aire. Los encontró hablando en voz baja, sin duda discutiendo cómo habían sido desenmascarados. Al verla acercarse, se quedaron en silencio, mirándola con una mezcla de resentimiento y temor.

"Buenos días, señores," dijo Aurelia con una voz suave pero firme. Su porte era digno, su mirada penetrante. "Parece que hemos tenido un malentendido sobre mi capacidad y mi lugar en este palacio."

Marco, el más atrevido de los hombres, intentó replicar. "No tenías derecho a exponernos de esa manera, Aurelia. Esto no cambiará nada."

Aurelia sonrió con frialdad. "Marco, siempre es interesante ver cómo aquellos que juzgan sin conocer, a menudo son los primeros en caer ante la verdad. Me sorprende que no te dieras cuenta antes de que cada acción tiene una consecuencia."

Otro de los hombres, tratando de recuperar algo de dignidad, agregó: "Solo decíamos lo que pensábamos. No teníamos idea de que llevarías las cosas tan lejos."

Aurelia se acercó un poco más, manteniendo su mirada fija en ellos. "Es precisamente eso lo que quiero que entiendan. Nunca juzguen a una persona sin conocer su verdadero potencial. Subestimarme fue su error, y les aseguro que no será el último si continúan con esa actitud."

Los hombres bajaron la mirada, avergonzados. Sabían que Aurelia tenía razón y que habían actuado con arrogancia y prejuicio. Ella, sin embargo, no necesitaba continuar la conversación para sentir que había ganado.

Antes de retirarse, dejó una última reflexión en el aire, cargada de sarcasmo y sabiduría. "La próxima vez que decidan opinar sobre alguien, recuerden esto: el valor y la inteligencia no siempre son visibles a simple vista. Y ustedes, más que nadie, deberían saber que juzgar apresuradamente puede llevar a consecuencias imprevistas."

Con esa última frase, Aurelia dio media vuelta y se alejó, dejando a los hombres con sus pensamientos y su vergüenza. Sabía que había plantado una semilla de duda y reflexión en sus mentes, una lección que no olvidarían pronto.

Su venganza había sido sutil pero efectiva, demostrando que no necesitaba gritar ni recurrir a la violencia para ser escuchada y respetada. Aurelia había reafirmado su lugar en el palacio, y con cada paso que daba, sentía el peso de la justicia y la satisfacción de haber defendido su honor con gracia y firmeza.

Cuando llegó al lado de Adriano, él la recibió con una sonrisa de admiración. "Eres formidable, Aurelia. No solo has defendido tu honor, sino que también has enseñado una valiosa lección a esos hombres."

Aurelia tomó su mano y respondió con una sonrisa. "La justicia siempre encuentra su camino, Adriano. Y a veces, la mejor manera de enseñar es a través de la experiencia."

Adriano asintió, estrechando su mano con más fuerza. "Estamos juntos en esto, y juntos, podemos enfrentar cualquier desafío."

Aurelia sabía que, con Adriano a su lado y el respeto ganado, estaba lista para cualquier cosa que el futuro les deparara.

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Lisa Estigarribia
mmmmm
Lisa Estigarribia
super el capítulo
Lisa Estigarribia
me encanta esta novela la verdad
Luisa Manotasflorez: Gracias por tu comentario 😊 me alegra mucho leer esto
total 1 replies
Lisa Estigarribia
queeeee? Adriano? noooo/Sob/
Lisa Estigarribia
una novela esplendida..y el heredero?
Luisa Manotasflorez: muy pronto esperen
total 1 replies
Lisa Estigarribia
una obra exquisita esta novela. tenes un gran talento, exitos
Lisa Estigarribia
ah y los bbs ya urge unos herederos.!!
Lisa Estigarribia
me encanta esta novela es romántica e historica entretejida en envidias traiciones e inteligencia...una trama atrapante e interesante. Gracias autora tu escritos son fluidos y muy bien elaborados....
Lisa Estigarribia
me gusts...es apasionante....esta historia me atrapa...
Lisa Estigarribia
es una historia apasionante!! Animo💐
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