Maktub

Capítulo 17

De pronto mientras dormía en los brazos de Anatoli, Zeynep despertó, todo había sido perfecto, ella deslizaba su mano por el rostro de él para acariciarlo, él se encontraba profundamente dormido, Anatoli jamás había dormido con una mujer, siempre satisfacía su necesidad y se marchaba. Ella se levantó pero aún así Anatoli no se despertó, había sido una hermosa experiencia pero no podía quedarse, Zeynep se vistió y salió de la habitación.

Ya en la ducha mientras se bañaba recordaba el momento que había vivido, recordar cada beso y cada caricia la hacía excitarse nuevamente. Pero tenía asuntos que atender y también acompañaría a su tía por sus estudios médicos. Salió a toda prisa del hotel, tomó un taxi y fue directo a la cita con su tía.

Anatoli sin aún estar completamente despierto, buscaba a Zeynep a su lado para abrazarla. Al no poder sentirla abrió los ojos, pero ella ya se había marchado y sin decirle nada. Él sonreía, sobre todo al saber que había sido el primer hombre en su vida. La prueba había quedado plasmada en las sábanas, ahora si nada los separaría jamás. En ese momento sus pensamientos fueron interrumpidos por el timbre de su celular

—Dime Vladimir.—respondió Anatoli

—La señorita Zeynep salió del hotel en un taxi, ya envié a que la sigan.—le decía

—Bien hecho, hasta ahorita piensa que estoy solo con ella. No quiero que se de cuenta que no es así, sobre todo que no se entere de que la siguen, ¿de acuerdo?.—preguntó Anatoli

—Como usted ordene jefe.—respondió Vladimir

—Iré asearme, prepara todo para salir, tenemos una cita con el hijo de Nazir. Tal parece encontró al soplón, tenemos trabajo que hacer servirá de ejemplo, para que nadie se atreva a traicionarnos.—daba la orden Anatoli

—Si señor.—respondió Vladimir

Paris y Zeynep llegaron con el médico, él se veía serio.

—Paris no te tengo buenas noticias, el cancer ha vuelto. Haremos todo lo posible para que recuperes tu salud.—decía el médico

—Entiendo, ¿cuando comenzaré con el tratamiento?.—preguntó Paris, el médico le daba instrucciones para que recibiera el tratamiento lo antes posible, ella había sido advertida de esa posibilidad

Zeynep estaba muy afectada por la mala noticia, sin embargo le afectaba más el saber que su tía ya había luchado contra el cancer antes y ellos no sabían nada.

—Se que tienes muchas preguntas hija, mira.—dijo Paris mientras abría su chamarra y le mostraba que ya no tenía un seno—Si es difícil, y más al mirarme al espejo y sentirme mutilada, pero estoy viva para seguir disfrutando de mi hija y de mi compañera.—le explicaba Paris

—¿Por qué no nos dijiste nada?.—preguntó Zeynep

—Tu madre lo sabía, ella fue quien retiró mi seno. Pero también me explicó que había una alta posibilidad de que volviera el padecimiento. En ese momento ella quería quitarme ambos, pero yo no lo acepté. Le pedí que no le dijera nada a tu padre y a nadie, es una enfermedad complicada. Cada día es una batalla y lo importante es sobrevivir.—respondió Paris

—Pero somos tu familia, y te amamos. Queremos estar contigo, para cuidar de ti y que no te sientas sola.—decía Zeynep con lágrimas en sus ojos

—Mi dulce Zeynep, esto es lo que quería evitar. Que ustedes me vieran sufrir, prométeme que no le dirás nada a tu padre. Él ha sufrido bastante toda su vida, yo no quiero ser la causante de más angustia.—decía Paris

—Te lo prometo, pero tú prométeme que no vas a dejar que te venza. Además piénsalo deberías decírselo, no tienen porque pasar por todo esto ustedes solas.—respondió Zeynep y abrazó a su tía

—Lo prometo, por cierto te veías radiante cuando llegaste por mi. ¿Estás enamorada?.—preguntó Paris

—Creo que sí, ¿soy tan obvia? cometí una locura anoche, fue mi primera vez. Fue un impulso y no sé si fue lo correcto, yo estaba guardándome para cuando conociera al indicado.—respondió Zeynep

—¿Él no lo es?.—preguntó Paris

—No lo sé aún, se supone que primero nos íbamos a conocer. Pero me dejé llevar por sus besos y caricias, fue muy bueno, me gustó. Él es inteligente, atractivo, caballeroso, pero hay algo que me mantiene alerta.—respondió Zeynep

—Tu madre siempre dice que hay que obedecer a ese llamado del alma, hija la vida es muy corta. No te niegues la posibilidad de ser feliz, y tampoco te sientas culpable. Vívelo, arriésgate y si te equivocas no será el fin del mundo, te volverás a levantar. No olvides usar protección, todo debe ser planeado y de mutuo acuerdo.—la aconsejaba Paris

Después la acompañó a la farmacia para comprar una pastilla de emergencia o como muchas la conocen la del día siguiente. Después tuvieron una charla sobre el uso de anticonceptivos, etc. Zeynep sabía que podría hablarlo con su madre pero no estaba cerca en ese momento, llegando de vuelta a casa le contaría lo que había experimentado

Mientras tanto Anatoli le propinaba una golpiza al soplón, Ismael el hijo de Nazir era el sucesor de su padre y era considerado peligroso en Irán sobre todo por el delito de tráfico humano y terrorismo. Por eso era el más buscado por el Mosad, desde hace años. Aaron jamás pudo encontrarlo, y al parecer una vez más casi daban con el

—Estoy perdiendo la paciencia contigo, habla ¿a quien del Mosad le vendiste la información sobre Ismael y Nazir?.—preguntaba Anatoli

—Mátame porque no diré nada, no siempre van a poder salirse con la suya.—respondió aquel hombre

—Bien como quieras.—respondió Anatoli

Todos respetaban al hijo de Sherbina por ser despiadado e inflexible. Pero no era respeto, era miedo. Solo se podía escuchar los gritos del pobre hombre, eran expertos en torturar personas

Más tarde Zeynep regresaba a su habitación necesitaba enviar los presupuestos para solicitar el dinero para la restauración del castillo, en eso le llamó Emir

—Hola extraño, ¿Qué pasa?.—preguntó Zeynep

—Dime que pronto vas a volver, necesito de tu ayuda.—respondió Emir

—Si tal vez en cuatro días o un poco más, ¿Qué pasa?.—preguntó Zeynep preocupada

—Estoy confundido, ¿tienes tiempo para escucharme?.—preguntó Emir

—Si, para ti siempre tendré tiempo.—respondió Zeynep

No había nadie en este mundo, en el que Emir pudiera expresarse libremente, sin ser juzgado y además que fuera su confidente. Esa era Zeynep, por fin Emir confesaba que estaba naciendo en el, un sentimiento por Kala. Pero no tenía idea de cómo acercarse a ella, ya que Kala lo estaba evitando.

—Hermano, entonces Elisabetta ¿ya no te interesa?.—preguntó Zeynep

—Ahora que lleve a cenar a Kala, me di cuenta que ella me hacía sentir cómodo, perdí la noción el tiempo. Me moría por ganas de besarla, estoy enloqueciendo por ella. En cuanto a Elisabetta, mi padre tiene razón solo estaba acercándome a ella por agradecimiento y costumbre. No se merece un amor a medias, además y después de todo Kala es mi esposa.—respondió Emir

—Entonces demuéstraselo, sobre todo díselo así directamente, para ser sincera yo la aprecio mucho y como tú dices es parte de la familia.—lo animaba Zeynep, en eso llamaron a la puerta de la habitación

Mientras le daba su opinión abrió, era Anatoli, él le sonrió, con su mano Zeynep lo invitó a pasar, pero sin terminar la llamada.

—Ármate de valor Emir, el no, ya lo tienes. Cuando termine de dejar todo avanzando aquí volveré, te quiero saludos a todos.—se despedía Zeynep y terminó la llamada

—Me moría de ganas por verte princesa.—dijo Anatoli y la levantó entre sus brazos, ella lo besaba

—¿Qué te sucedió en la mano?¿Estas bien?.—preguntó Zeynep al ver el vendaje en su mano derecha

—Si, no es nada tuve un accidente con una puerta. ¿Por qué me dejaste solo?—preguntó Anatoli

—No quería despertarte, te veías tan tranquilo dormido.—respondió Zeynep

—Debiste, quería verte al lado mío. Ya casi es hora de cenar, que te parece si salimos y después nos conocemos mejor. Hoy te extrañé muchísimo.—le decía Anatoli mientras se acercaba a ella para besarla

—Yo opino que, podemos pedir algo a la habitación, tomar una ducha juntos y continuar con lo de anoche—respondió Zeynep

—Me encanta la idea.—dijo Anatoli

Ambos se besaron y la cargo para llevarla a la ducha, Zeynep lo besaba y ambos sonreían mientras el agua recorría sus cuerpos. Después de tomar el baño juntos y acariciarse. Salieron para poder cenar tranquilamente, conversaban sobre sus gustos, al parecer a Anatoli le gustaba una vida cómoda y extravagante, sin querer Zeynep deducía eso.

—Princesa, jamás había conocido a alguien como tú. Te conocí cuando eras pequeña, mi padre y el tuyo eran socios, nos invitó a pasar año nuevo en tu casa. Eras la niña más tierna y bonita que había visto, con tus ojos únicos. Yo ya era un adolescente, pero tú siempre has sido hermosa. Ahora solo quiero pertenecer a ti. Eres fabulosa e inteligente, quiero despertar y dormir todas los días a tu lado. Por favor no me rechaces, sé que tal vez quieras conocerme más, quiero que tengamos algo formal.—le decía Anatoli

—¿De verdad? yo pienso que si era muy pequeña no recuerdo muchas cosas. Pero sí recuerdo la primera navidad y año nuevo en mi casa. Para ser sincera, me resistía a la idea del tú y yo, pero ahora quiero estar contigo, después de todo ya soy tu mujer.—respondió Zeynep

—Me encanta que hayas dicho que eres mi mujer.—dijo Anatoli

Continuaron con su conversación, más tarde volvieron a dejar que la pasión se apoderara de ambos, pasaron toda la noche juntos. Zeynep adoraba estar entre los brazos de Anatoli, mientras hacían el amor ella le sonreía y lo llenaba de caricias tiernas. Anatoli no pensaba en otra cosa, más que en llevársela con él y jamás dejarla volver a su familia.

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