ochos años de mi vida dedicados a Mauricio, me había entregado en cuerpo y mal, ¿para que?
si lo único que recibí a cambio fue engaño.
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No lo quiero perder.
Mauricio.
Ni con los años y con todo el placer que carla me da, ha logrado, despertar en mí algo más que no sea solo eso, placer, espero que Sofía nunca se entere, ya que eso sí sería un problema, ella no me lo perdonaría, además le echo creer que nunca tocó a Carla.
Hoy fue un día como cualquier otro, entre atender algunos clientes e ir al juzgado, al finalizar el día salí del bufete con un hermoso ramo de flores que le había pedido a mi asistente que comparara, moría de ganas por ver a mi hijo y al amor de mi vida.
Al llegar ellos me recibieron como siempre con alegría, después de cenar en familia, estuve jugando con mi campeón, hasta que se quedó dormido, esa era mi parte favorita, el poder estar con ellos, pero lastimosamente debía volver a la realidad.
Había estado tan ocupado que me había olvidado que hoy era mi aniversario de bodas con carla, por suerte Sofía me lo recordó, así que salí deprisa rumbo a la casa, en el camino compre otro ramo de flores, pero al llegar vi que todo estaba apagado, pensé que quizás me esperaba en la habitación una alguna lencería sexy, pero tampoco estaba ahí.
La estuve esperando por horas, pero ella nunca apareció, eso si me pareció extraño, ya que cada año ella preparaba una rica cena, luego lucia algo sexy para mí, pero hoy no había sido así.
Eran la media noche cuando me llego un mensaje, en donde me decía, que se había encontrado con Alexa y que pasaría la noche con ella. Decidí no darle importancia y fui a la cama.
…
Carla no logro dormir en toda la noche, sus ojos estaban hinchados y rojos de tanto llorar, su amiga se levantó temprano y le preparó un rico desayuno para animarla.
_ Te ves terrible.- le dijo Alexa al entrar a la habitación con la bandeja en las manos.
_ Lo sé.- respondió carla, sentándose en la cama.
Las dos se acomodaron en la cama e iniciaron el desayuno.
_ Que piensas hacer.- le pregunto Alexa.
Carla suspiró, mientras llevaba un pedazo de fruta a su boca.
_ aún no lose, son cinco años de matrimonio más tres de noviazgo, es difícil dar por terminado algo así.- respondió ella.
_ te puedo entender, pero ten presente que nada de esto es tu culpa, diste lo mejor de ti.- la consoló Alexa.
_, pero que tal y sea, mi culpa, cinco años de matrimonio no le he dado hijos, quizás por eso busco a alguien más.- dijo entre llanto carla.
_ Stop, carla, te estás escuchando, le has dado los mejores años de tu vida, has sido una esposa entregada, incluso dejaste tu profesión que era lo que más amabas por él, como puedes decir algo así.- Alexa se sentía indignada por la forma de pensar de su amiga.
_ De pronto no fue suficiente.
_ no puedo crecer lo que estoy escuchando, que ha pasado con mi amiga, la que defendía a las mujeres, la que decía que nunca debíamos dejarnos humillar por ningún hombre, por más enamoradas que tuviéramos, en definitiva te han cambiado el cerebro.- Alexa se había levantado de la cama y caminaba de un lado a otro.
_ Alexa, amo a Mauricio, no quiero perderlo.- el llanto de carla era desgarrador.
Alexa se acercó a ella y la abrazo, le dolía ver a su amiga así, ella más que nadie sabía cuándo amaba a Mauricio.
_ Tú lo has perdido a nadie, es él, el que ha perdido a una maravillosa persona, nadie lo amara como tú lo has amado, eres fuerte, puedes superar cualquier cosa, será difícil, pero no estás sola.- carla se sentía afortunada por tener a Alexa de nuevo a su lado.
…
Carla.
Pase el resto de la mañana con Alexa, ella me contó lo que había hecho los últimos cinco años, ella seguía soltera, pero disponible para cualquier hombre que quisiera probarla, desde que éramos adolescentes, nunca le gusto las relaciones sería, pero eso no evito que se enamorará en varias ocasiones. Ahora era una mujer profesional, segura de lo que quería para su futuro.
A decir verdad, en estos momentos la envidiaba, había logrado ejercer con éxito su carrera, vivía al máximo, sin apego a nada y sin ataduras.
Mientras yo, estoy aquí sin saber qué hacer con mi matrimonio, sé que lo que me ha hecho Mauricio es imperdonable, pero mi amor por él es grande.
Como les decía, después de pasar la mañana con Alexa, decidí volver a casa, como era de esperarse, él no se encontraba en casa, así que subí a la habitación y tome una larga ducha, esta noche hablaría con él y lo enfrentaría, necesitaba escuchara de su boca lo que había pasado, necesitaba que el fuera sincero.
El resto del día estuve haciendo lo que normalmente hacía, prepare la cena y lo espere, pero una vez más llego tarde, era difícil o pensar que quizás venía de ver a esa mujer y al niño, pero debía mantener la calma.
_ Hola amor, no sabes la falta que me hiciste.- me dijo, apenas entro a la casa y me vio.
Yo no dije absolutamente nada, lo amaba,
_ como la pasaste, como esta Alexa, te amo amor.- dijo para luego besarme.
En ese momento olvidé todo, sus manos recorrieron cada centímetro de mi cuerpo, cada toque me hacía vibrar, de mi boca salía su hombre entre gemidos. Lo hicimos una y otra vez hasta quedarnos dormidos, ni siquiera probamos la cena que había preparado y peor aún ni siquiera hablemos.
Cerca de la dos de la mañana su teléfono sonó, él se levantó corriendo para contestar, pensé que quizás era una emergencia de algún cliente, pero no era así.
_ hola cariño, que ocurre, tú y el niño están bien.- dijo muy preocupado en voz baja.
Era ella, era esa mujer la madre de su hijo.
_ ya salgo para allá.- dijo él.
No sé qué le había dicho ella, pero él se notaba muy preocupado, yo seguí habiéndome la dormida, él se vistió rápidamente, luego se acercó y beso mi frente.
Una vez que escuche la puerta, cerrarse no pude evitar llorara, ahora entendía sus salidas a media noche, y yo pensando que eran asuntos del trabajo, pero no.
Esa mujer tenía ese poder sobre él, cada que ella quisiera, él saldría corriendo a verla, que era yo en su vida, si ella y ese niño era su familia, qué puesto ocupaba yo.
…
no se deje de ese bobo