En la ciudad de Solis, un cometa llamado "Eos" trae consigo el despertar de poderes extraordinarios en muchas personas. Axel, un joven de 17 años, descubre que puede controlar varios elementos y hasta puede ser que mas... pero cada uso tiene un alto costo.
Mientras la ciudad se sumerge en el caos y surgen facciones rivales, Axel recluta a un grupo de resistencia para luchar contra una amenaza oscura que busca dominar Solis. La historia aborda la lucha por la supervivencia y el sacrificio en un mundo transformado.
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Capítulo 21: El Destino
Axel sintió cómo el peso del collar descansaba sobre su pecho, la pequeña piedra negra brillando tenuemente, sincronizada con el latido de la chispa Karioli en su interior. El cráter a su alrededor, envuelto en un silencio abrumador, parecía contener su aliento, como si el mismo lugar estuviera esperando su próximo movimiento.
Se giró, viendo a sus amigos a lo lejos, al borde del cráter. Lucas, Camila, Kai, Lía y Maho lo observaban con expresiones llenas de preocupación y curiosidad. Aunque el aire se había vuelto pesado e inquietante, Axel sabía que no estaba solo en este viaje, y que necesitaría su ayuda para lo que estaba por venir. El encuentro con la figura del cometa había planteado más preguntas que respuestas, pero al menos ahora tenía una herramienta para controlar el poder que habitaba dentro de él.
Con el collar ajustado al cuello, Axel sintió una conexión inmediata. La piedra pulsaba en sintonía con su propia energía, calmando la intensidad de la chispa Karioli que sentía constantemente. Una paz inesperada lo recorrió, y por primera vez desde que había despertado sus poderes, sintió que el caos en su interior comenzaba a ordenarse.
"Axel, ¿qué pasó ahí abajo?" preguntó Lucas, con el ceño fruncido, mientras Axel se acercaba al grupo.
"Algo... o alguien me estaba esperando," respondió Axel, todavía procesando la experiencia. "Era una figura que dijo ser el guardián del cometa, y me habló sobre la chispa Karioli. Me dio esto." Levantó el collar, mostrando la piedra que colgaba del colgante.
Camila se acercó, sus ojos recorriendo el collar con asombro. "¿Qué es exactamente?"
"No lo sé del todo," admitió Axel. "Pero según el guardián, me ayudará a controlar el poder de la chispa. Es una herramienta, no una solución definitiva, pero siento que ya está haciendo efecto."
"¿Una figura?" Kai entrecerró los ojos, escaneando el cráter como si pudiera ver rastros de lo que Axel había presenciado. "¿Dijo algo más? ¿Por qué la chispa está dentro de ti?"
Axel asintió lentamente. "Sí... Dijo que la chispa no es solo poder, es la esencia de la vida misma. Algo que conecta este mundo con otros. Y por alguna razón, fui elegido para llevarla. Aún no entiendo completamente lo que significa, pero lo que sé es que necesito aprender a controlarla antes de que me consuma."
"Esto no se trata solo de poderes," interrumpió Maho, su tono firme. "Si lo que esa figura dijo es cierto, estamos lidiando con algo mucho más grande que cualquier facción, incluso más que Zarkoc. La chispa Karioli puede ser la clave para entender todo lo que ha estado ocurriendo desde que cayó el cometa."
"Exactamente," dijo Axel. "Pero esa figura también mencionó algo más… No creo que lo que viene sea fácil para ninguno de nosotros."
El grupo cayó en silencio, asimilando lo que Axel acababa de compartir. El viento susurraba entre las rocas del cráter, mientras el sol comenzaba a descender, bañando el paisaje con una luz dorada.
"Tenemos que irnos de aquí," dijo Lía finalmente, rompiendo el silencio. "Este lugar es... inestable. No me gusta cómo se siente."
"Está bien," respondió Axel, asintiendo de acuerdo. "Hemos conseguido lo que vinimos a buscar. Ahora es hora de regresar y prepararnos para lo que venga después."
Con cuidado, el grupo comenzó a ascender por las paredes del cráter hacia el transporte que los esperaba. Mientras subían, Axel no pudo evitar mirar atrás una vez más. El cráter ahora parecía tranquilo, pero sabía que las respuestas que había encontrado solo habían arañado la superficie de un misterio mucho más profundo. Algo se estaba gestando, algo que no solo cambiaría sus vidas, sino el destino de toda Solis.
El regreso a la base de la resistencia fue en su mayoría silencioso. Cada uno de los miembros del grupo estaba sumido en sus propios pensamientos. Axel, en particular, no podía dejar de pensar en las palabras de la figura del cometa. El peso del collar sobre su pecho era un recordatorio constante de la responsabilidad que ahora cargaba.
Al llegar a la base, fueron recibidos por los miembros restantes de la resistencia, quienes habían estado esperando ansiosos su regreso. El ambiente en la base era diferente esta vez. El ataque de Zarkoc había dejado cicatrices, y aunque la resistencia había logrado repelerlo, todos sabían que esa no sería la última vez que enfrentarían a las sombras.
Dentro de la sala principal, Axel y el resto del grupo se reunieron con los líderes de la resistencia para discutir lo que habían descubierto. Había mapas holográficos esparcidos sobre las mesas, con marcadores que indicaban los sitios donde el cometa Eos había dejado su huella.
"Entonces, ¿qué fue lo que encontraron?" preguntó Elena, una de las comandantes de la resistencia. Su mirada era severa, pero llena de preocupación. "¿Alguna pista sobre cómo podemos detener a Zarkoc y a sus sombras?"
Axel respiró hondo y explicó lo que había ocurrido en el cráter. Habló sobre la figura que había encontrado, la chispa Karioli y el collar que ahora llevaba. A medida que hablaba, podía ver cómo las miradas de todos se volvían cada vez más serias. Sabían que esto no solo era un problema personal para Axel; la chispa era una pieza clave en la lucha contra Zarkoc.
"Entonces, la chispa es más que solo poder," reflexionó Elena, cruzando los brazos. "Es la esencia de la vida misma, y está conectada con este cometa. Si Zarkoc quiere apoderarse de ella, probablemente se debe a que esa chispa le daría un poder inimaginable."
"Exacto," respondió Maho. "Si Zarkoc llega a controlar la chispa Karioli, tendría el poder para moldear la realidad misma a su antojo. No estaríamos hablando solo de una guerra entre facciones, sino de la destrucción total de nuestra realidad."
Elena asintió, su expresión endureciéndose. "Entonces no podemos permitir que eso suceda. Tenemos que encontrar la manera de proteger a Axel y, al mismo tiempo, descubrir cómo derrotar a Zarkoc de una vez por todas."
"El problema es que no sabemos exactamente qué significa llevar esta chispa dentro de mí," dijo Axel. "Siento su poder, pero también siento que estoy caminando en la oscuridad. Necesito entender cómo usarla, cómo controlarla completamente."
"Tal vez haya algo en los registros antiguos sobre el cometa Eos," sugirió Lía, ajustando su dispositivo holográfico. "He estado revisando lo poco que tenemos sobre él, pero todo lo que encontramos es fragmentado y lleno de supersticiones. Sin embargo, ahora que sabemos que la chispa es clave, podríamos buscar más a fondo."
"Vamos a necesitar más que solo respuestas en papel," intervino Camila. "Si Zarkoc vuelve a atacar, no sé si podremos defendernos de otro asalto como el último. Necesitamos estar preparados para lo peor."
La sala se llenó de murmullos, pero Axel permaneció en silencio, sus pensamientos concentrados en lo que el guardián del cometa le había dicho. Sacrificios. Poder. Destino. Sentía que cada pieza de este rompecabezas estaba al alcance de su mano, pero aún faltaba algo crucial.
Esa noche, mientras todos dormían, Axel no pudo conciliar el sueño. La sensación de que algo importante aún estaba escondido lo mantenía inquieto. Finalmente, decidió hacer algo que había estado evitando desde que obtuvo la chispa: enfrentarse a su propio poder.
Salió de su habitación y caminó por los pasillos oscuros de la base hasta llegar al exterior. La luna brillaba sobre él, bañando el desierto en una luz plateada. Cerró los ojos y respiró profundamente, sintiendo el poder de la chispa Karioli dentro de él.
El collar sobre su pecho comenzó a brillar débilmente, como si respondiera a su llamada. Axel se concentró en la chispa, intentando llegar más profundo dentro de sí mismo. Quería entenderla, quería controlarla.
De repente, sintió una conexión, como si una puerta se abriera en su mente. Y luego, todo cambió.
Se encontró en un paisaje completamente diferente, un vasto desierto de rocas negras y cielos rojos. El aire estaba cargado de energía, y en la distancia, vio una figura familiar: el guardián del cometa.
"Sabía que volverías," dijo la figura, su voz resonando en el aire.
Axel dio un paso adelante, sin miedo esta vez. "Necesito respuestas. Quiero entender la chispa Karioli y cómo puedo usarla. ¿Qué es lo que me estás ocultando?"
El guardián lo miró, su expresión insondable. "La chispa no es algo que puedas controlar por completo, Axel. Es un regalo y una maldición. Quien la lleva está destinado a grandes sacrificios, pero también a un poder más allá de la comprensión."
Axel apretó los puños. "Entonces enséñame. Estoy dispuesto a pagar el precio si eso significa salvar a Solis."
El guardián lo observó en silencio durante un largo momento antes de inclinar la cabeza en señal de aprobación. "Muy bien. Prepárate, Axel. Lo que viene no será fácil. Pero si logras dominar la chispa, quizás, solo quizás, tengas una oportunidad de cambiar el destino de tu mundo."
Y con esas palabras, el mundo comenzó a desvanecerse, dejando a Axel con una sensación de determinación renovada. Sabía que el verdadero desafío apenas comenzaba y debia prepararse para lo que se avecinaba.