Luego de ser traicionada por su mejor amiga y su prometido, Bella busca la manera de vengarse de las personas que una vez quiso como a su propia familia.
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capítulo 8
Mientras miraba como mi amigo actuaba cada gesto y cara que había hecho Victoria luego de mi aparición, yo me moría de la risa.
– Enserió nena, tu sola presencia arruino su noche. Después de que tú te fuiste ella empezó a beber como loca, tanto así que se terminó peleando hasta con su prometido e hicieron el show. Para estas horas no hay quien no sepa lo que pasó con ellos anoche.
— La verdad es que ese era mi objetivo. Quería dañarles la noche, pero no espere que ambos cayeran tan fácil en ese juego. ¿Pero como es posible que no se hable de eso en redes...?
— Es obvio que su hermano debió tener que poner mucho dinero para ocultar eso.
Al decir eso entendí por qué tampoco se hablaba de nuestra huida. Vladímir era muy reservado con su vida personal y siempre había evitado el escrutinio público.
Salí de mis pensamientos cuando oí a Max decir.
— Muy bien, ahora es tu turno. Cuéntame eso que dijiste antes, ¿Quién te curo las heridas?
— Vladímir Salvatore.
— No...
— Sí...
— Mientes...
– No lo hago.
Max llevó su mano a su boca para tapar su sorpresa y luego agregó.
— ¿Pero, como? cuenta, cuenta...
— Anoche cuando me estaba por ir...– le conté todo lo que había sucedido después del brindis y todo lo que había sucedido esta mañana. Necesitaba un confidente y Max siempre había sido muy buen consejero. Cuando termine de hablar agregué — Pero... creo que voy a dejarlo hasta ahí.
— ¿Qué? ¿Por qué?
— Porque es obvio Max. Verónica es su hermana, no tengo oportunidad con él. Además, puede que para todo el mundo haya pasado dos años, pero para mí hasta hace unos días Eric era el hombre que ocupaba todos mis pensamientos. No digo que no lo odie, es solo que aún es muy reciente. Creo que lo mejor es concentrarme en mi carrera y dejar a los hombres a un lado por un tiempo...
— ¿Y qué hay con eso que dijiste de vengarte? Ya desististe...
— Por supuesto que no ¿Pero has oído el dicho que la venganza es un plato que se sirve frío? — Vi como Max sonrió y agregué — Anoche solo fue el comienzo y ya vi que obtuve los resultados que quería. Verónica siempre fue muy paranoica y sé que ella sola hará todo el trabajo por mí.
— No creo que sea tan fácil nena, esos dos son como uña y mugre, van pegados a todos lados. Es más ella dejó su carrera por ser la manager de él. Sé dé muy buena fuente que le pago hasta las clases de actuación y todo con el fin de que avanzará en su carrera.
– Vaya, sí que la tiene comiendo de la palma de su mano. Aun así Verónica es muy obsesiva y controladora, en cuanto él pueda abrir sus alas la dejará, de eso estoy segura.
— ¿Puedo hacerte una pregunta sin que te ofendas? – Sabía a donde iba a ir así que asentí — ¿De ti que sacó? Lo digo porque afirmas que él solo está con las mujeres por conveniencia...
— Sabes que en estos meses lo estuve pensado y creo que yo fui el medio para que él logrará sus objetivos. Si bien Verónica era quien más dinero tenía de las dos, yo tenía los contactos. Además, tal vez aquí no sea nadie, pero en París fui una de las diseñadoras revelación hace cinco años. Tal vez creyó en mi potencial y es por eso que decidió conquistarme.
Eric siempre tuvo un solo objetivo, llegar a la sima, es por eso que nunca se decidió por ninguna de las dos. Él nos utilizó a las dos, pero a diferencia de Verónica yo no sabía lo que estaba pasando. Ella buscó herirme, según ella porque yo siempre le envidie y quite lo que le pertenecía.
— Hay hombres crueles, hombres sin escrúpulos, pero por lo que me cuentas Eric es de lo más bajo que puede haber...
— Eso ya no importa, porque ahora si los puedo ver a ambos como son. Y ahora que volví voy a demostrarles a ambos que jamás debieron meterse conmigo.
— ¿Entonces que planeas hacer?
— Primero que nada, tengo que ir a ver a mi hermano.
— Espera, ¿Iras a ver a Marco?
— Sí... Tarde o temprano sabrá que estoy viva y prefiero que sea por mi.
— Pero... ¿Tu padre sabe que iras a verlo?
— No, y no tiene por qué saber.
— Iré contigo.
— No Max, prefiero ir sola.
— Ni de chiste, esa gente es peligrosa Bella.
— Pero su líder es mi hermano, estoy segura de que nada malo va a pasarme.
— Te acompañaré y punto.
Mire con una sonrisa a Max y aunque sabía que a él también le asustaba ir a los clubes de mi hermano, sabía que no me dejaría ir sola.
Cuando tenía dieciocho años conocí a Marco, mi medio hermano. Él era el hijo mayor de mi padre y el primer nieto varón de mi abuelo.
Como podrán notarlo nuestra familia es Italiana y aunque aún me cuesta asumir a que se dedicaba mi padre antes de alejarse de todo ese mundo, él pertenecía a una poderosa organización de la mafia.
En su familia tenían la tradición de que el primer hijo varón sería el siguiente sucesor de liderar a la familia en un futuro. Mi padre al ser el cuarto hijo pudo liberarse de esa carga, pero su hijo no. Ninguno de sus hermanos había concebido un nieto varón hasta antes de la llegada de Marco, y es por eso que mi abuelo decidió criar él mismo a Marco. Mi padre aun estando en desacuerdo con esto, intento convencer a su padre de lo contrario, pero mi abuelo no quiso dar el brazo a torcer. La madre de Marco, Mariza, en un intento de desesperación porque su único hijo no tuviera que crecer en medio de toda esa vida, una noche huyó con mi hermano de prácticamente meses, poniéndole así un precio a su cabeza y en blanco en su espalda. Como podrán imaginarse esta historia no termino bien para la madre de Marco y mi padre no pudiendo soportar el dolor de haber perdido la mujer que amaba decidió dejar a su familia y a su hijo en el proceso. Luego conoció a mi madre y ya sabemos como todo terminó.
Lo que mi padre desconoce es que yo se todo su vida pasada.
Al cumplir dieciocho años Marco me busco, él quería tener una relación conmigo y aunque su mundo y todo lo que él era y representaba me daba miedo, aun así él era mi hermano y no quería darle la espalda como nuestro padre lo había hecho.
En la noche, Max y yo llegamos a uno de los clubes de Marco y al ingresar miré con dirección al área VIP y lo vi, mi hermano estaba como siempre, rodeado de hombres tatuados y con cara de malandros, mujeres semidesnudas y botellas de alcohol por doquier. Me dirigí a la escalera que conectaba con el segundo piso, pero al llegar un hombre de seguridad detuvo me paso.
— No puede subir, esta zona es solo para VIP.
— Puede decirle a Marco que Bella está aquí...
— Señorita no me haga repetir, no puede subir, esta zona es solo para...
— Sí ya te escuché, pero necesito hablar con Marco.
— Muchas mujeres vienen aquí pidiendo eso, e incluso más bonitas y mejor operadas. Ahora vuelva a la pista de baile o me veré en la obligación de sacarla del club.
Max quien estaba detrás de mí, temblando como una hoja, al oír lo que ese degenerado me había dicho, hablo.
— Oye, respeta, ¿Qué acaso no sabes quién es ella?
— Mi importa un cuerno, ahora retírense antes de que pierda mi paciencia.
Mire al gorila ese con ira, pero Max tomando mi hombro dijo.
— Nena es mejor irnos...
Estaba por aceptar la propuesta de Max, ya que se veía que él estaba aterrado, pero de pronto escuché al maldito decir.
— Estás perras creen que por abrirle las piernas al jefe ya son dueñas de su club.
Mire a Max y como pudiendo disculpa por lo que iba a hacer, me di vuelta y me acerqué al gorila para luego tomarlo por sus partes nobles y apretarlas con todas mis fuerzas.
— Creo que te equivocaste de animal cariño, yo soy un felino y uno con uñas muy largas.
Clave mis uñas en su entrepierna y al ver como el hombre se retorcía del dolor, su compañero intento acercarse a mí para ayudarlo, pero pronto la voz de Marco se escuchó.
— ¿Qué sucede aquí?
Solté al hombre de seguridad, e instantáneamente cayó de rodillas al piso, levante mi rostro y con una cara completamente inocente dije.
— Nada... solo que estos tipos no me dejaban pasar.
— ¿Bella?
Marco bajo rápido las escaleras y al tenerme frete a él me miró detenidamente y me abrazo. Podía sentir lo rápido que le latía el corazón y fue entonces cuando dije.
— Sí hermano... tranquilo estoy aquí...
El abrazo de Marco se intensificó y fue entonces cuando agregué.
— Podrías solamente, me vas a partir los huesos.
Marco aflojó un poco sus brazos, pero aun así no me soltó. Él nunca había sido de muchas palabras, pero esto me demostraba cuanto me había extrañado. Pronto dos rostros familiares se acercaron a nosotros que al verme me apartaron de los brazos de mi hermano para luego ser ellos quienes me abrazaran.
— Bella...
— Hola chicos...
Estéfano y Gian eran mis primos, ellos tres siempre estaban juntos, es por eso que no me sorprendió verlos allí.
Pronto mi hermano me separó de ellos y fue ahí donde dije.
— Suficiente, no soy un juguete, chicos, si me siguen sacudiendo así me van a romper.
Estéfano sonrió, pero Gian y Marco se miraron mal entre ellos. Pronto la voz de Max a mis espaldas se escuchó diciendo.
— Que bueno que toda la familia se reunió por fin, pero ahora me gustaría un trago. Acabo de pasar unos nervios horribles.
Mi familia miro a Max con algo de recelo, ya que siempre que iba a verlos él venía conmigo. Pero Gian quien era el más amable de los tres se acercó a él y preguntó.
— ¿Por qué lo dices Max?
— Es que creí que ese tipo nos iba a darnos una paliza. ¿Como puede ser que contrate gente tan grosera? Decirle perra a Bella y además mencionar que ella por tener relaciones con Marco se consideraba la dueña de este lugar... Que horror...
Mire mal a Max en todo momento, como pidiendo que ya no abriera su boca pero fue inútil. Como siempre ya había largado todo y tanto Marco como Estéfano y Gian, miraron al hombre de un manera que hasta a mi me dio miedo.
— Max es suficiente, no fue para tanto...
Marco se acercó al tipo que aún estaba en cuclillas y tomándolo del cuello dijo.
— ¿Te atreviste a insultar a mi hermana?
— Lo... lo siento señor...
— Marco es suficiente, él ya aprendió la lección, ¿verdad?
Marco ejerció un poco más de fuerza en su agarré y al ver que el hombre asentía con dificultad, lo soltó y ordenó.
— Vete de aquí, no quiero verte por el resto de la noche.
Aun sin poder respirar bien, el hombre se levantó y huyó de allí. Mire mal a mi hermano y dije.
— Sí ya terminaste de demostrar tu hombría necesito hablar contigo... De hecho con los tres.
— Yo también necesito una explicación Bella. ¿Dónde carajos te metiste estos últimos dos años?
Vi como la mirada de Marco se oscureció y aunque sabía que él sería incapaz de hacerme daño, también sabía que estaba enojado. Suspiré e intentando calmar su enojo dije.
— Hermano a eso vine, pero podemos hablar en un lugar más tranquilo.
Vi como Marco asintió y mirando de reojo a Estéfano y a Gian los cuatro subimos a su oficina, no sin antes escuchar como Gian volvía por Max y decía.
— Amigo sube al VIP y pide lo que quieras, en un rato estamos contigo. — miro al otro custodio qué estaba en la escalera y ordenó fríamente — Que lo atiendan bien, es invitado de Marco.
El hombre solo asintió y rápidamente guío a Max a una de las mejores mesas del VIP...