Mi Esposa

Señor no puede interrumpir así en la casa - el ama de llaves trataba de que Hugo se calmara

- ¿Dónde está? - Pregunto Hugo, su mirada no era para nada amigable

- ¿Para qué está buscando a señorita?

Maya que bajaba las escaleras, se encontró con la mirada de Hugo, sintiendo como un escalofrío la recorrió por completo, la mirada de él era tan profunda, pero a la vez había muchas cosas más que ella no sabía cómo descifrarlas, a la vez que la intensidad de esos ojos le parecían familiares.

- ¿Quién es usted? - Pregunto Maya desviando la mirada, no era capaz de sostenerla - ¿Por qué interrumpe en mi casa de esta manera?

- Maya Smith - Hugo sonrió encantado de tenerla frente a frente - Vengo a buscar a mi esposa

- ¿Su esposa? - Maya alzo una ceja - Entonces está en la casa equivocada Señor

- ¿Quién te dice que estoy en la casa equivocada? - Hugo camino hacia ella

- No se acerque - Maya retrocedió

- ¿Me tienes miedo?

- Por supuesto que no, váyase por dónde vino y busque a su esposa en otra parte

- Ya le dije, he venido a buscar a Mi Esposa - Hugo hizo énfasis en las dos últimas palabras

- Y yo ya le dije que está equivocado de casa, aquí no está su esposa

Hugo sonrió

- Tú eres mi esposa, así que te vas conmigo

- Ja, ja, ja - Maya se rio carcajadas a pesar de que los nervios empezaron a ser efecto en su cuerpo - Usted está loco, lunático, demente, chiflado y todo lo que se relacione, llamaré para que se lo lleven al manicomio

- Dime todo lo que quieras, pero vendrás conmigo

- No, no iré con usted a ninguna parte. Primero no soy su esposa, está muy pero muy equivocado Señor

- Al parecer tengo que refrescarte la memoria

- ¿A qué se refiere con eso? - Maya se cruzó de brazos -

Hugo le hizo señas a su guardaespaldas que lo acompañaba. Este le entrego una carpeta.

- ¿Te has olvidado de esto? - Hugo le pasó un documento.

Maya miró la carpeta abierta y maldijo para sus adentros

«Esto no puede ser. ¿Por qué aparece justamente hoy?» - pensó al recordar el día de la gala

- ¿No lo vas a leer? ¿Quieres que lo haga yo?

Brisa que se había quedado en las escaleras estaba asombrada al ver todo lo que se desarrollaba en la planta baja.

«¡Por Dios! ¿Ese es el esposo de Maya?»

- Amiga - Brisa se acercó y le susurro - ¿Será tu esposo fantasma?

Maya tomo el documento de mala gana y empezó a leerlo, pero sus manos temblaron al leer el nombre de él

«Hugo Moore»

- Demonios -

- ¿Tú eres hijo de los Moore? - Pregunto Brisa sorprendida

- Esto no puede ser, es una broma - Maya le lanzo la carpeta - Yo no puedo estar casada contigo

Si no me crees, puedo buscar el vídeo de nuestra boda, además tú tienes una copia

- Pero no dice los apellidos, así que esto no es real

- ¿Y dañar la sorpresa? - Hugo se rio divertido - Tu certificado está así, porque lo ordene

- Mientes - Maya negó - Esto no puede ser

- No tengo por qué mentir -

- Yo jamás me casaré contigo

- Pero lo has hecho y ahora eres mi esposa

- No, no, no

- Te vienes conmigo, porque aún tenemos pendiente la ceremonia religiosa y los invitados esperan

- ¿Qué? - Maya abrió sus ojos en grande - estás demente, si crees que me iré a casar contigo

- Te recuerdo que ya estamos casados

- quiero el divorcio

- Apenas tenemos 2 meses de casados ¿Y pides el divorcio?

- Yo no acepte casarme contigo

- Fuiste tú quien me propuso que nos casáramos ¿no lo recuerdas?

- Eres un demente

- Obvio, estoy demente, pero de amor por ti - dijo Hugo con audacia

Maya quedó estática ante sus palabras.

- ¡Estás chiflado! Ni siquiera me conoces para que estés diciendo que me amas, eres un loco, demente

- Eso es lo que tú crees, pero te conozco más de lo que piensas

- No me iré contigo, ahora menos al saber que eres un psicópata también. Quiero el divorcio, no voy a estar casada contigo

- No tendrás el divorcio, jamás te lo daré - Sentenció Hugo con frialdad - Eres mi esposa y así será por siempre

- ¿Quién te crees para tenerme amarrada a ti? No soy tuya ni de nadie. Tú me engañaste, sabías quién era yo y te aprovechaste

- Claro que no lo hice, te recuerdo que fuiste tú la que firmó los documentos del matrimonio, yo no hice nada

- No me iré contigo y me voy a divorciar de ti te lo aseguro Señor Moore - Maya se giró para subir las escaleras, pero fue detenida por Hugo

- ¿A dónde crees que vas fierecilla? - Hugo la atrajo hacia él, sujetándola fuerte por la cintura - ¿Tanto me odias, que me quieres lejos?

Maya cerro sus ojos al sentir la cercanía de Hugo, su cuerpo se estremeció. Acción que no pasó desapercibida para él, sonrió feliz al saber lo que había causado.

- ¡Suéltame! - Maya quiso zafarse de su agarre

- No, te irás conmigo y no hay opción a negarse

- No quiero este matrimonio, ¿No lo entiendes?

Hugo apretó más su agarre, le dolían esas palabras.

- Hagamos un trato - Susurro en el oído de Maya

- ¿En qué consiste ese trato?

- Tengamos la ceremonia, ya estamos casados. ¿Para qué el divorcio si aún no empezamos?

- No quiero estar casada contigo, no le veo sentido a esto

- El trato es el siguiente, hacemos la ceremonia religiosa, aparentamos que nos amamos ante el público y tendrás el divorcio cuando cumplamos 2 años de casados.

- ¿Qué ganó yo con esto? Mi padre es el que se está beneficiando.

- Pídeme lo que quieras, haré lo que sea por ti -

Maya quedó sin palabras, está era la segunda vez que Hugo decía algo con un significado más allá.

«Él no me puede amar, ¿o si? Pero si no me conoce?»

Después de unos minutos de silencio, Maya acepto.

- Acepto, pero solo porque quiero el divorcio

- Ya lo sé - Dijo Hugo y la soltó - Te espero afuera, te están esperando para que te arreglen.

Después que Hugo salió, Brisa se le acercó

- ¿Qué fue todo eso amiga? Ese hombre es todo un galán

- Lo que tiene de galán, lo tiene de insolente