Melanie huyó de su país, con un embarazo en secreto y sin un centavo en los bolsillos, Alejandro la corrió sin consideración de su casa y de su vida, sin saber que Melanie se llevó con ella la única oportunidad que tenía de llegar al trono de Tulip Kingdom. Cecilia creyó que con la desaparición de Melanie, ella sería la única mujer en la vida del heredero, pero no consideró que la abuela Mary haría todo por encontrar a la verdadera esposa de Alejandro.
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Volver.
El avión aterrizó a las cinco y media de la tarde en el hangar real. Tuvieron que poner mil elementos de seguridad para evitar cualquier situación.
__De nuevo en Tulip Kingdom.__Dijo Alejandro viendo a Melanie fijamente.
__Es mi país después de todo.__Respondió cortante. Comenzó a trenzar su melena rizada, pues el viento estaba haciendo de las suyas.
El Mercedes S Guard, tomó el boulevard hacia River Green.
__¿A dónde me llevas?, ni de broma voy a llegar al palacio, quiero ir a un hotel y establecerme ahí.
__Pero...es mejor si.__Melanie lo detuvo antes de que otra tontería saliera de su boca.
__Por favor hacia Greendellville.__Le pidió al chófer, quién solo obedeció sin esperar la aprobación del rey.
llegar al palacio de Greendellville fue una Odisea de sentimientos malos como buenos, por un lado los bonitos momentos que vivió ahí y por el otro la aterradora soledad a la que se vio sometida en sus primeros días.
El palacio lucía imponente sobre lo alto de una colina, las copas de los árboles se mecían al compás del viento, a lo lejos se divisaban los campos de cultivo llenos de tulipanes en todos los colores.
Melanie bajó del auto, con su pequeña hija en brazos caminó por sobre el empedrado que llegaba a la puerta principal del palacio.
__Nada cambió, todo se mantuvo tal cual lo pediste.
__¿Y usted como sabe eso?
Alejandro notó enseguida el cambio en su manera de hablarle, regresó el usted y ya no lo miraba a la cara.
__Estuve aquí algunas veces, aunque tengo el presentimiento de no ser bien recibido.
Una de las muchachas de servicio reconoció a la antigua princesa de Montwhite, era diferente pero ese cabello y esos ojos solo le pertenecían a ella.
__¡¡La princesa volvió, la princesa volvió!!.__Salió gritando despavorida.
Muy rápidamente el patio delantero se llenó de gente, todos alineados en la entrada, muchas sonrisas y ojos a punto de llorar.
__Sin duda te aprecian, mucho.
Melanie ignoró el comentario, le dió palmaditas a su hija , quién permanecía dormida, Emanuel y la señora Sniff se adelantaron a saludar.
__Bienvenida su alteza, la hemos echado mucho de menos, ¡gloria a Dios que volvió!, bienvenido su majestad, es un honor recibirle.__Dijo la mujer dando una reverencia.
__Bienvenida Melanie, realmente es un milagro volver a verte...
La pequeña Ginebra se despertó, de mal humor, comenzó a llorar, todos miraban expectantes a la pequeña que Melanie arrullaba en sus brazos.
__Muchas gracias por tan bello recibimiento, ¡es bueno saber que mantuvieron las puertas abiertas para mí... señora Sniff, ella es mi hija y ella es Nidia, su nana, ¿podría llevarlas a mi antigua habitación?.
Todos comenzaron a aplaudir, algunas de las chicas sollozando dieron miradas tiernas a la bebé.
El palacio de Greendellville volvió a la vida.
__¿Podríamos poner en claro nuestra situación?.__Le dijo a Alejandro, quién sostenía el teléfono y tecleaba impaciente.
__Claro, dije que respetaría tus condiciones.
__Bien, primero iré con su majestad la reina, después hablaremos con el parlamento y suponiendo que el divorcio aún no fue validado, lo pondrá en pausa y por ningún motivo se atreva a ponerme una trampa, el divorcio está en proceso es un echo, pero hasta que el reino se estabilice no haré nada, pero no olvide majestad, después de su coronación yo me iré con mi hija para siempre.
__¿Vivirás aquí?, yo creí que era mejor en River Green, si vamos a tratar de rescatar a la monarquía lo mejor es que nos vean juntos.
__Que no pase por su cabeza tal idea, viviré en el palacio de Montwhite, usted en River Green y todos felices, por cierto, mientras esté, no deseo ver a su amante, mantenga muy lejos de mi a esa mujer y por nada del mundo debe saber que tengo una hija, de hecho nadie tiene que saberlo.
Era un acuerdo descabellado, pero Alejandro cedió, en su mente ya se había propuesto conquistar a Melanie, como nunca lo había hecho, haría que ella se enamorase de el.
Al día siguiente Melanie fue vista entrando a River Green.
Una mujer elegante, joven e inteligente, toda ella parecía una modelo. Con un enterizo color azul, descubierto de la espalda, que le asentuaba la cintura y con mangas amplias , tacones color negro , su cabello atado en una cola alta, Melanie medía un metro con setenta y dos centímetros, su presencia imponía respeto.
__Vengo con su majestad.__Le dijo al guardia.
El hombre se atragantó al ver a Melanie, la miró de arriba a abajo , tratando de acostumbrar su vista a semejante mujer.
__¡Melanie, pasa!.__Interrumpió Alejandro, taladrando con la mirada al guardia.
River Green...gris y triste.
El palacio estaba en proceso de organización para el nuevo órden, sería la casa de gobierno y todas las pertenencias de la familia real estaban siendo empacadas, cuadros, muebles, arte y se veía vacío.
Melanie sabía lo mal que estaba la monarquía, pero nunca pensó que fuese tan grave.
La habitación de la reina todavía estaba en pie.
Alejandro tocó y el mayordomo de la reina abrió.
Melanie no se preparó para ver de nuevo a la Reina madre, la mujer que siempre la trató como su familia, era su ejemplo a seguir, siempre decía que quería un matrimonio tan estable y tan lindo como el de sus majestades rey Tom I y reina Mary Lilian Wilde.
La reina estaba conectada a un tanque de oxígeno, tan delgada, pálida casi traslúcida como papel de arroz.
__¡Me...la...nie.__Dijo balbuceando la monarca.
Melanie se acercó rápido, la reina tomó su mano y su ritmo cardíaco se descontroló.