Grettel es una mujer pobre, que se enamora de un hombre rico, al que conoció desde niños.
Ese amor desencadena una serie de maltratos, odio y situaciones en las que de pronto te obligan a decir, ¡ella o yo, tienes qué decidir!
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Regálele algo que valga la pena
Ulises, necesito que me busques una casa, cerca de donde vive Lorenzo.
Mire que tiene suerte don Adrián, justo se está vendiendo la casa de enfrente, solo que le falta una "manita de gato" para que quede como nueva.
No importa, buscaremos a alguien para que lo haga. Quiero que cuando salga de aquí ya esté lista para habitarla. Te voy a dar un cheque para que pagues, y por favor contrata a alguien para que haga la limpieza y la deje al 100.
Claro que sí, don Adrián, enseguida me moveré en eso, dijo Ulises complacido por la confianza que le tenía.
Gracias, todo es cuestión de tiempo, pero ya está todo listo para que yo me vaya de este lugar.
Bien por usted, don Adrián. Y ahora me voy, tengo que moverme inmediatamente porque parece que había otros prospectos para comprar la casa, No me la vayan a ganar. Jajaja.
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Oye, amor, estoy preocupada porque parece que Adrián ya va a salir de la cárcel, dijo Josefina con su voz temblorosa.
¿Y?... A Lorenzo parecía no importarle eso, ni siquiera se veía preocupado.
¿Cómo qué "y"? ¿No te das cuenta que puede querer vengarse de nosotros?
No te preocupes mujer, no puede hacer nada en contra de nosotros no tiene ninguna prueba.
Pues eso espero no quiero quedarme en la calle.
Deja de preocuparte nadie se va a quedar en la calle. Además, todavía faltan muchos años para que Adrián pueda salir de la cárcel.
¿Tú lo crees así?
Estoy completamente seguro.
Rocío salió del cuarto y se les acercó... Me llamó mi mamá, ya viene en camino así que me iré esta misma noche.
Como quieras, hija, pero aquí nadie te corre, puedes quedarte todo el tiempo que quieras.
Gracias, tía, pero no es necesario, me iré hoy mismo. Al rato regreso, voy a ver a unas amigas.
Rocío sabía dónde estudiaba Axel porque había ido con él a la universidad el otro día que se fueron a comer.
Fue a visitarlo ahí y lo esperó hasta que salió.
Rocío, pero, ¿qué estás haciendo aquí?
¿Es así como me recibes?, te estoy esperando para que vayamos a comer.
Rocío, debiste avisarme, no puedo ir contigo a comer tengo otro compromiso, por favor, comprende.
Está bien, Axel, pero no te enojes, yo solo quería darte una sorpresa. Pero está bien, ve a tu compromiso tal vez nos veamos luego.
Rocío se fue directo a la casa de su tía.
Hizo todas sus maletas y se fue a recoger a su madre al aeropuerto.
Hola, hija. ¿Cómo estás?
Qué bueno que llegaste mamá, estoy perfectamente bien, vamos a casa.
¿Ha pasado algo en mi ausencia, hija?
No te preocupes mamá, no pasa nada.
Tu papá regresará mañana no pudo alcanzar el avión, pero mañana ya estar aquí a primera hora.
Está bien, mamá.
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Axel y Grettel se encontraban en su banca preferida del parque.
¿Y no se enojó tu prima porque la dejaste sola?
Por favor, Grettel, no empieces con ironías.
Solo te estoy preguntando, porque al paso que vas creo que le haces más caso a tu prima que a mí.
No me digas que estás celosa, dijo Axel, sonriendo y tomándola de la cara.
Ella quitó su mano sutilmente.
Por favor, mi amor, no te enojes, yo te amo más que nada en la vida, ella no significa nada para mí solo es mi prima.
Mm, pues si tú lo dices, así será.
Axel quiero que dejes de ver a tu prima, ya no quiero que la saques a pasear a ningún lado.
¿Cómo me pides eso? Entonces, yo también podría exigirte que ya no veas a Ulises ni vayas con él a ningún lado.
Eso que tiene que ver, yo no me estoy paseando con él del brazo ni mucho menos. Ulises es mi amigo desde hace muchos años.
Sí, pero está enamorado de ti no lo niegues.
Eso no son sentimientos míos y, por favor, no me cambies el tema. Estamos hablando de ti y tu prima, no de mí.
Está bien, mi amor. Te prometo que ya no volveré a pasear con mi prima.
Acto seguido Axel le dio un beso en los labios y la llevó a su casa.
Mañana vendré por ti para llevarte a comer, ¿te gustaría?
Está bien, mi amor, claro que sí.
Grettel vio alejarse a su novio y sintió algo de temor, pensaba que su prima estaba enamorada de él y haría lo posible por conquistarlo sin importarle el daño que hiciera.
Pero era obvio que ella no lo iba a permitir.
"Nomás eso me faltaba, que le dejara el camino libre a esa babosa de su prima", "pues no se le va a hacer, Axel es mi novio y no pienso abandonarlo para que se case con esa idiota"...
Al entrar a su casa la esperaba una sorpresa...
Qué bárbara Grettel, cómo te tardas. ¿Por qué llegas hasta ahora?, el señor Rodrigo tiene rato esperando y tú no llegas, casi le grita Martha.
Ay, doña Martha, usted no se cansa de estar gritando todo el tiempo, y usted señor ¿qué tiene que estarme esperando?, ¿a cambio de qué o por qué?
¿No te das cuenta, Grettel, que quiero que seas mi esposa?
¿Acaso se ha vuelto loco?, no me pienso casar con usted ya no insista.
Grettel estaba muy molesta, se iba a ir a su cuarto, pero a Martha la detuvo de un brazo.
¿A dónde vas niña?, no seas grosera con don Rodrigo que vino a visitarte y a traerte algo de despensa, mira.
Yo no le he pedido nada, por mí puede llevárselas de regreso no la quiero ni la necesito, así que ya, largo de mi casa.
Grettel, respeta a don Rodrigo.
Pero Grettel no le hizo caso y se fue a su cuarto.
Discúlpela don Rodrigo, le aseguro que ella no sabe lo que está haciendo.
¿Ve lo que pasa, doña Martha? Yo me esmero por proveerla de todo lo que necesita y ella me recibe con una patada en el trasero.
Don Rodrigo, no se lo tome muy a pecho, usted ya conoce cómo es esta niña, muy caprichosa y rebelde.
Tal vez debería de regalarle otra cosa más importante.
¿Ah sí?, ¿cómo qué, si se puede saber?
Pues algo así como un anillo de oro, unos aretes, un collar, algo de lo que le gusta mucho a las mujeres.
Ay, doña Martha, usted se la pasa exigiendo. Eso sale muy caro.
Por eso, don Rodrigo, está caro, pero si quiere azul celeste, que le cueste, ¿no le parece?
Pues no estoy de acuerdo, pero, está bien, trataré de comprarle un anillo muy bonito.
Eso don Rodrigo. Yo sé que usted puede.