Dos Locos Emanorados

Lorena

¿Qué hace él aquí? Le voy a sacar los ojos a esta regalada.

— Hola… — Saludo cuando por fin mi garganta se abre.

— Pasemos, la cena se enfría. Mi madre da la señal para que todos vayamos a la mesa.

***********

Leonardo

La cena fue bastante incómoda, mi chica se sentó enfrente y su hermana al lado, me hablaba todo el tiempo, me molestaba tanto, pero tenía que disimular el hecho de querer arrancarle la cabeza por víbora.

— ¿Lo puedo tutear? ¿Es cierto que está buscando una esposa?... Digo un hombre como usted no parece tener la necesidad de un matrimonio bajo estas circunstancias… — Este hombre era más bueno que el pan, ¡por dios! Que bien hecho está... Ni loca iba a desaprovechar esta oportunidad ni mucho menos dejárselo a la desabrida de Lorena. Piensa Paula.

— Claro que puedes *Sonrisa* — Voltee a ver a mi chica y reconocí esa mirada, aprovecharía para molestarla. — Si es cierto y bueno, uno no escoge las circunstancias simplemente pasó así.

— Entonces será para mí un honor ser tu esposa... claro si tú también quieres — coqueteando.

— Eso estaría genial... Auch — Disimulando el dolor y mirando a Lorena.

— ¿Estás bien? — Tocándome el brazo preocupada.

— Seguro se siente muy bien. *Sarcástica*

********

Lorena

Pasé inquieta toda la tarde, no pude dormir, no pude NADAAAA... solo me quedaba esperar la solución de Leonardo debía confiar en él cómo me lo pidió, pero es que esta incertidumbre nada podía calmarla. Estaba a dos horas de conocer al hombre que nos pidió en matrimonio así que pedí un té para calmarme o si no juro que escaparía porque realmente preferiría eso a tener que aceptar un compromiso con un hombre que ni conocía. Empecé a cambiarme para distraer mis pensamientos y me senté a esperar la hora de mi condena.

El sonido de la puerta llamó mi atención y mi madre a informar que la visita había llegado y debía bajar, así que puse mi mejor cara y respire hondo, ya no había vuelta atrás. Me reuní con mi hermana en la sala y unos minutos después venía entrando mi padre al lado de Leo, quedé en shock.

Durante toda la cena o más bien desde que lo vi no podía emitir palabra alguna, además de "Hola". Mi mente quedó en blanco y juro que tuve unos 10 mil mini paros cardíacos, estaba mi hombre delicioso, pero ¿qué hacía aquí? Paula no le quitaba la mirada de encima y él no me la quitaba a mi, solo miraba a Paula que de vez en cuando, ella le hablaba lo que no me esperaba fue el giro que dio la conversación que tenían esta estúpida estaba ofreciéndose en bandeja de plata a mi hombre y él hay sonriéndole como si yo no estuviera...

No aguante más y borre esa sonrisa estúpida que tenía de una patada por debajo de la mesa, morí de risa mentalmente al ver su cara.

Luego de la cena que por cierto mi nana hizo mi postre favorito como le pedí. Daniel pidió a mi padre ir al despacho pues le comentará sobre su decisión. Mi padre salió con una sonrisa oreja a oreja del despacho y me pidió que fuera a dicho lugar porque el Sr. Conti tenía algo que decirme, mi hermana me miró con rabia, pero no le presté atención y fui a encontrarme con mi amor.

En el despacho…

Respire profundo y entre fingiendo enojo...

— Mi princesa, ¿qué pasa? — Me abrazó fuerte y beso.

— ¿Acaso quieres que ella sea tu esposa? — Le pregunto con las manos en la cintura y postura recta, él ríe.

— Lo que sea que haya hecho ya lo pagué con esa patada. Mejor ven solo te quería molestar un rato sabes que me excita verte enojada. — No puedo evitar sonrojarme.

— Amor este es tu plan, ¿tu eres ese hombre misterioso y fuiste tú el de las amenazas? Explícame todo por favor... *Angustiada*

**********

Leonardo

Ya yo estaba duro así que me acerque a la puerta le puse seguro y me acerque a devorar su boca una mierda las explicaciones la necesito demasiado

— Princesa te necesito ahora después te explicó *Sin dejar de besar su cuello*

— Amor ahora no; estamos en casa de mis padres, alguien puede entrar... — Se le escapa un gemido. La pegue al escritorio sin dejar de besarla, la subí sobre él, acaricié sus muslos guiando mis manos hacia arriba sin dejar de besarla, cuando toque sus bragas las saqué de un solo tirón. Subí mis manos hasta apretar sus pechos la escuché gemir y llevé mis manos hasta su cuello apretando levemente mientras la besaba retire mis manos y las lleve a sus piernas las cuales subí a mis hombros y empecé a darle lengüetazos en su centro 1, 2, 3 me levante y la penetre de una sola estocada. Me encantaba esta mujer, ella seguía todas mis locuras... Era mi amor hermoso...

***********

Lorena

Yo simplemente no tengo palabras para describir lo que siento, lo que me está pasando es de no creer y tengo miedo de que sea demasiado bueno, tengo miedo y mucho. Pero saben que... toda mi vida desee esto o quizás no de la misma forma en que está pasando obviamente Ja, ja, ja ya ni sé lo que digo, el punto es que ahora tengo un motivo más para luchar y lo haré. Leonardo me está regalando una oportunidad, un amor, una vida y sin duda la tomaré no tengo dudas de que caminar al lado de él será toda una travesía que no me pienso perder. Somos un par de locos... él por querer hacer las cosas de esta manera y yo por aceptar.

¡Mi Mamá nos sacó de la burbuja y estaban mis nervios otra vez!!

— Me alegra mucho que la situación se haya tornado a este punto amena, no sabía si podría soportar otro drama en esta casa. ¿Hija estás segura de que quieres dar este paso... de aceptar un matrimonio en estas circunstancias? — Que mi mamá esté hablando tanto últimamente es una novedad que me sorprende y mucho.

— ¿En serio quieres mi respuesta? Sería la primera vez que tomes en cuenta mi opinión... Mejor vamos, no los hagamos esperar. — Que me disculpe, pero no le creo nada su preocupación, han sido años de demostrar que vale cero. En la sala mi papá estaba tratando de calmar a la fiera de mi hermana, reí mentalmente. Esto se iba a poner bueno. Ahora con el respaldo de mi amado no iba a permitir un golpe más.

***********

Leonardo

— Sr. Conti, ¿cómo le fue con mi hija? Si no está usted satisfecho podemos arreglarlo mi otra hija… —No lo deje terminar, no quería escuchar sus pavadas, se notaba a leguas que su hija era una caprichosa y que solo lo manipulaba. — Estoy bastante satisfecho ya, con su hija acordamos tomarnos esta semana para tener citas y luego de eso ella decidirá la fecha de la boda, el resto ya usted lo sabe. Yo no soy un total desalmado así que le daré la oportunidad a su hija de conocerme antes de siquiera imponer una boda. Si no es más ya me despido es un poco tarde. Mañana mandaré a mi chófer por Lorena y por favor no olvide lo que hablamos. Buenas noches. — Me acerqué a mi mujer y le dije al oído… — Te amo princesa hermosa. — Luego deje un beso en su mejilla, a lo que ella solo asintió en respuesta.

Padres: Buenas noches Sr. Conti. — Me retiré de esa casa con una felicidad que me invadía completo.

**********

Lorena

En casa luego que Leonardo se fuera me quedaron viendo como si tuviera la cara pintada. Mi hermana fue la primera en hablar.

— Ya estarás contenta mosquita muerta. De una vez te digo que ese hombre lo quiero para mí, así que haber como le haces para cancelar todo esto. — Por favor, va a tener que decir más que eso.

— Ayer me amenazaste para que aceptara, ¿estás loca o qué? tú me empujaste a esto!! — Me hice la víctima y le di una cucharada de su propia medicina. Ja!

— Pues, cambio de planes ¡¡arreglalo!! — Ni que pudiera la haría.

— ¡Arreglalo Tú!

— ¡¡Basta!! Paula, déjala en paz... ya todo está dicho. *Saliendo de la sala*

— Buenas noches... *riendo* — Quedo roja hasta las orejas, evidentemente su plan fracasó y el tiro le salio por la culata, pero ya no importa ahora yo tengo cosas más importantes que pensar y una boda que planear.