Princesa Guerrera

-Así que es eso, esperen mis queridas invitadas aquí- hace reverencia graciosa, y se va hacia un lado del puesto, saca unas cajas chicas- eh aquí el dulce mangar, es una delicia sin i...- es interrumpido.

-igual, que tu paladar va a saborear, un mundo dulce visitaras, si ya me la sé- se ríe

-Puede que tú lo sepas, pero ti nieta no- sonríe - ten prueba una- abre la caja y aparece unos cuadrados de dulce.

Mía toma una y se lo mete a la boca-mmmm que ricoo, es delicioso- y agarra otra.

-Sabía que te iba a gustar, tienes los mismos gustos que tu abuelo- dice la abuela un poco melancólica.

-Lástima que para las mujeres no tenía buen gusto mira tu abuela- hace una broma.

-ja, ja, ja ay viejo tonto, es mentira, todos cuando eran jóvenes pedían mi mano, yo los rechazo por tu abuelo- aclaraba.

- ay si tuve llegar a más gente- Bueno señoritas deberé seguir atendiendo la tienda, esta ronda de dulces las invito yo, espero jovencita, que vengas a buscar más dulces después- dice

-Eso haré, que tenga un buen día- sonríe y hace una reverencia educada.

-Yo vendré a visitarte en unos días, hay mucho por qué hablar- sonríe y se despiden.

-Abuela, no me contaste que tenías un amigo que hacían ricos dulces- mientras le daba al cochero que guarde la caja de dulces.

- pensé que lo sabías, tu mamá siempre quiso esos dulces- triste

- pero mi mamá nunca comía estos dulces, mientras estaba con mi padre- decía.

- oh! Seguramente dejo de comer porque no quería más- se calló de repente.

(Es obvio que a mi querido "padre" no le gustaban o habrá pasado otra cosa)

- está bien ahora quiero ir a divertirme- cambio el tema.

-, abue, dime donde quieres ir?- La mira.

- quiero ir... A la casa de subasta- dice emocionada- aunque no tengamos tanto quizás podamos comprar algo- dice sin más.

-bueno abue, te sigo- miro al cochero y le dijo- Puedes decirle a Chung que iremos a la casa de subastas?

El cochero accedió de inmediato y fue hacia donde se encontraba Chung.

Se dirigieron hacia la casa de subastas, entraron mientras miraban los objetos, vio uno que le interesó.

Era un anillo que parecía no valer nada, pero para Mía era algo raro, porque ella veía un rayo de luz azul.

Llamo a un encargado y le pregunto cuanto salía el anillo el que la atendió dijo que salía 3 monedas de plata.

Después se fue con su abuela mirando las cosas que ella le llamaban la atención, mientras pensaba (Ni bien tenga dinero le compraré las cosas que ella quiera) después de un rato su abuela se cansó de mirar las reliquias que había, así que decidieron seguir mirando en otro lugar, salieron de la casa de subastas y caminaron hasta un lugar donde había unas joyas lindas, claro que la abuela estaba muy emocionada, entraron al local.

Hola! buenos días señoras!- saludo amablemente una niña que atendía