CAUTIVA DEL PRÍNCIPE

Todos los guardias que custodiaban la puerta de la habitación de Amelia se retiraron por orden del príncipe Yahir. Ella estaba absorta en sus pensamientos mirando el mar por su ventana cuando el príncipe irrumpió en la habitación el aseguro la puerta y camino hacia ella la besó con anhelo tomando su cuello y su cintura aprisionando su cuerpo con frenesí. Amelia no tuvo tiempo para pensar ni para el rechazo sintió perder toda su fuerza ante el no podía luchar. Su pequeño cuerpo ante el suyo era diminuto en comparación con el príncipe. El fue suavizando el beso y le habló al oído.

Yahir: Se mia y tendrás mi favor. No te resistas

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Le susurró al oído sin soltarla sus manos acariciaban su cuerpo desvistiendola con maestría. Ella se sobresaltó y trató de rechazarlo pero no tenía oportunidad. Le respondió con las fuerzas que le quedaban.

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Amelia: ¡¡por favor suélteme no quiero esto.. no por favor !!

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Su respuesta lo enfureció no pensaba con claridad esa mujer le robaba toda cordura nunca antes había experimentado esta sensación tan irracional por ninguna mujer y a pesar de sus palabras no se detuvo estaba decidido a tomarla sin importar su consentimiento. En segundos le quitó la ropa y la tumbo en la cama el olor de su cuerpo lo embriagada. Ella trató de luchar volteando sobre la cama para intentar escapar pero el príncipe la tomó de los brazos para impedirle moverse, atandola con su lencería. -- ¡por favor ayuda!!..--- logro decir en un breve momento -- ¡alguien por favor ayúdeme!! ¡¡nooo por favor nooo! -- fue lo último que pudo salir de su boca.

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Yahir: no te resistas se que también lo deseas no finjas eres mía no dejaré que ningún otro hombre ponga un dedo sobre ti. déjate llevar y disfruta.

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Ahogó sus palabras con un beso que invadía su boca ella ahogó un sollozo, el fue descendiendo mientras llenaba de caricias y besos su cuello la respiración de Amelia hacia que sus pechos subieran y bajaran haciéndolos ver más apetecibles sus rosados pezones erectos por el frío hacían pensar que su dureza era por excitación sexual. Su respiración se cortó en seco al sentir su lengua cubrir sus pezones los subcionaba con habilidad apasionada jugando con ellos al estremo de la locura. Amelia cerró sus ojos al ver los suyos que la miraban mientras devoraba sus pechos hermosos redondos y voluptuosos.

Yahir se tomó su tiempo con sus pechos deleitandose con ellos impresionado y excitado por su gran tamaño mirándola ruborizada y luchando descendió besando su piel desnuda deteniéndose en su sexualidad abrió sus piernas para probar su sabor quería hacerla perder la cordura para que lo deseara solo a el . Ella trató de cerrarlas pero su fuerza cedió ante su poder entonces se comprendió que perdería su inocencia esa noche ante el. Con cada lucha de ella más era la excitación del príncipe. Se hizo cargo de hacerla sentir todo el placer de la entrega su lengua jugo magistralmente en su sexualidad haciéndola llegar al clímax en una sublime explosión de espasmos temblorosos. El príncipe le soltó las manos la miró conteniendo todo su deseo se levantó tomó el saco del esmoquin mientras sus ojos no se apartaban de ella mientras ajustaba sus mangas no emitió ni una palabra la observaba con satisfacción camino hacia la puerta la miró una vez más y se fue.

Ella aspiró profundamente y permaneció en la cama por unos minutos más no lograba entender lo que acababa de pasar pero fue la noche más intensa de su vida eso era un hecho. comenzó a repartir los eventos en su mente y volvió a sentir una intensa excitación y deseándolo mucho más, sintió que solo quiso torturarla tenía sentimientos encontrados por un lado sintió alivio cuando paró pero por otro lado anhelaba que no se detuviera y la hiciera suya descubrió que desea experimentar su primera vez con el príncipe Yahir. Pero el era un tirano abusivo controlador ¿cómo podía sentir ese intenso deseo sexual por el? no podia ser pero la sensación era genuina y la podía sentir. ¿ acaso quería jugar con sus emociones? no definitivamente no sederia ante el.

El príncipe abandonó la habitación de Amelia satisfecho de haber logrado lo que tenía en mente -- haré que solo desees mis caricias tu vendrás a suplicar por más -- se decía a sí mismo mientras se dirigía a sus habitaciones.

Jamil observó cuando el príncipe salió de la habitación de Amelia y lo invadió un sentimiento de ira. Se dispuso a seguir al príncipe para entregar los resultados de la investigación que había solicitado. El príncipe salió del baño secándose Jamil le mostró los videos de seguridad que mostraban claramente al escurridizo culpable de la situación con los niños era obvio que el culpable no se percató de las cámaras colocadas estratégicamente porque estas se confunden con la decoración ostentosa del yate pero era un gran alivio saber que no era Amelia quien lo había provocado.