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Entre El Placer Y El Poder

Entre El Placer Y El Poder

Status: En proceso
Genre:Traiciones y engaños / Harén Inverso / Dominación / Secretos de la alta sociedad / Mafia / Poli amor
Popularitas:895
Nilai: 5
nombre de autor: HananFly

Detrás de la fachada de terciopelo y luces neón de una Sex Shop, un club clandestino es gestionado por una reina de la mafia oculta. Bajo las sombras, lucha por mantener su presencia dentro de los magnates, así como sus integridad de quienes la cazan.
¿Podrá mantenerse un paso adelante de sus depredadores o caerá en su propio juego de perdición y placer?

NovelToon tiene autorización de HananFly para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Segundo ataque

Todo el cuerpo de Kiam estaba empapado de agua, probablemente porque afuera llovía intensamente y él había llegado a toda velocidad por las calles de la ciudad en su moto deportiva que tanto le gustaba lucir. Esta vez no venía solo. Su par de guardaespaldas, sus parceiros, venía con todo su clan y seguidores fanáticos, dispuestos a dar su vida por él.

Todos en el club se detuvieron en seco al ver su figura caminar entre las mesas humeantes. Él reía como una maldita bestia, disfrutando del caos que había sembrado.

—Lamento arruinar su festejo, señores —dijo Kiam, su voz grave resonando en el salón—. Pero ha llegado la hora de la cacería y no estaré tranquilo hasta ver la cabeza de la queridísima señorita Sterling atravesada de un balazo. Estás rodeada, Eleanor. De mí no escaparás.

Hizo una pausa, observando los rostros llenos de miedo a su alrededor.

—No me importa si tengo que acabar con todos ellos, sabes perfectamente que a mí no me tiembla el pulso para hacerlo. Está en ti tomar la decisión sobre su futuro.

Eleanor lo miraba con superioridad desde su pequeño balcón, con una mirada de fiera que, si pudiese, asesinaría a cualquiera con solo ver. Estaba completamente rodeada. Más de veinte hombres apuntándole con sus armas. Julian, en su mente policíaca, intentaba atar cabos y encontrar una explicación lógica de cómo Kiam había logrado entrar al club, burlando a todos sus anillos de seguridad. Aunque era probable que ella ya supiera que vendrían, porque, a pesar de llevar tan poco tiempo conociéndola, sabía perfectamente que todos sus movimientos estaban fríamente calculados, así como las acciones de todos dentro de su club.

—Ay, Kiam. Es innegable que tanto a ti como a mí nos encanta el show y el espectáculo. Finalmente tenemos algo en común. Dime algo —dijo de pronto, cambiando su tono de voz a uno cínico y lleno de una falsa dulzura—. Así que descubriste mi pequeño pasaje secreto, ¿eh? No esperaba menos de ti.

Kiam rió, indignado e inmune a los engaños y encantos de la mujer.

—Lo has hecho a propósito, no te hagas la santita. Tu vida no tiene sentido si no te alimentas de provocaciones. Lo has preparado todo como una invitación para mí.

—¡Elle, no cometas ninguna locura! No le hagas caso a Kiam, ya sabes cómo es. Solo desátame y me encargaré de todo —saltó Dorian, ejerciendo fuerza para librarse de la soga que lo ataba a la silla. Su hermano, Gill, en cambio, no era de mucha ayuda; estaba sufriendo los efectos secundarios del fármaco, apenas podía mantenerse consciente en el suelo. Los dolores de cabeza eran atroces y su agitación no cesaba.

—Silencio, Dorian. Tengo todo bajo control. Además, no eres alguien en quien confiar, podría esperar todo de ti. Después de todo, trabajas para él —Eleanor lo desestimó con un gesto.

—¿Tienes algún plan? —murmuró disimuladamente Julian, acercándose a Eleanor, previniendo que alguien los escuchase.

—¿Tienes algo en mente? —respondió ella con otra pregunta.

—Quizás. Al menos puedo hacer que esta gente inocente —dijo, señalando a los invitados aterrorizados—, dentro de lo que cabe, no termine masacrada por ese psicópata.

—¿Eso quiere decir que aceptarás mi propuesta de ser mi guardaespaldas? —replanteó la idea la mujer, con una extraña sonrisa en sus labios, sintiendo la balanza inclinarse a su favor.

Julian guardó silencio, teniendo un debate interno. Estaba arriesgando su misión, su trabajo y su vida. Pero la vida de su hermano pendía de un hilo, y Eleanor era su única conexión. Tras un pesado suspiro, dijo:

—No tenemos de otra si queremos salir vivos de esta.

En menos de lo que canta un gallo, Julian y Eleanor idearon un pequeño plan de escape. Lo que ocurriese después quedaría a su suerte.

En la sala principal, un hombre de Kiam se acercó a él para notificarle que no encontraban el modo de subir al balcón, y Kiam, lleno de furia, disparó tres veces sobre su pecho, dejándolo inerte sobre la alfombra del club. Un mensaje claro.

Y como un león, Kiam empezó a correr como loco en el instante en que Eleanor puso en marcha su plan. Dorian quedó atado a la silla, ahora con un pedazo de trapo que ella le había puesto para que no revelase la ubicación de la escalera.

Eleanor bajó las escaleras con rapidez. Al llegar a la zona llena de mercenarios de Kiam, sacó de nuevo esa navaja que le había arrebatado a Julian para defenderse.

—¿Todavía la tienes? —preguntó Julian, sorprendido de ver el arma en su mano.

—Tiene linda decoración. Y es ligera. Además... es un puñal de edición limitada, como máximo existirán cien ejemplares de ella.

—Veo que eres fanática de las armas.

—No realmente. Es que esta navaja fue hecha en mi honor. Fue un obsequio que hizo uno de nuestros tantos aliados cuando cumplí quince años. Yo misma hice el diseño. Tristemente, el primer ejemplar, el mío, por supuesto, se perdió en un accidente —dijo con una ligereza escalofriante.

—¿Me estás jodiendo, verdad? —Julian no podía creer la historia.

—Por supuesto que no. Ahora concéntrate, estos tipos son fuertes. Hay una salida de emergencia por el lado izquierdo del salón, de allí vinieron ellos. Si salimos por ahí, caeremos directamente en el estacionamiento.

—Bien. Esto va a ser interesante. Hace mucho no tenía un enfrentamiento así.

—Entonces ahora tienes un perro guardián. Que conveniente.

Eleanor se lanzó al combate, con Julian como su sombra protectora y compañero de batalla.

—¡Esta vez te clavaré el puñal en toda la vena aorta, Kiam! ¡No destruirás el imperio que mi abuelo y yo hemos construido! —gritó Eleanor, blandiendo la cuchilla mientras esquivaba un golpe.

Kiam, que se acercaba abriéndose paso entre sus propios hombres, rugió: —¡Un imperio que debería pertenecerme, que no se te olvide!

La cacería había comenzado.

Eleanor se movía con una fluidez mortal, su puñal danzando en la penumbra. Julian, liberado de la necesidad de ocultar su entrenamiento, se convirtió en una máquina de combate. Sus movimientos metódicos, criticados por Eleanor antes, ahora eran su fortaleza. Él se encargaba de la defensa, usando sus conocimientos para desarmar y noquear, mientras que ella era la ofensiva, la que acababa con la amenaza con su puñal de diseño.

La tensión era insoportable. Los disparos de Kiam se escuchaban cada vez más cerca.

—¡Espera, Julian! —Eleanor se detuvo en seco, justo antes de alcanzar la puerta de emergencia.

—¿Qué haces? ¡Nos alcanzan!

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Hawie Mawie
Muy bueno y hay mucho de que expandir y explorar. Me parece exquisito.
HananFly: Gracias hermosa por tu apoyo. Atenta a los acontecimientos de esta historia 🥰
total 2 replies
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