Lazos De Amor, Sangre, Poder Y Dinero

Eliana tenía quince años cuando se enamoró de Lucas, ella ingresó a un club de boxeo, en la parte de arriba había una academia de ballet así que ella solo mintió sobre su verdadero destino. Lucas había llegado recién a la ciudad, para estudiar gracias a una beca y por la tarde, trabaja en el club de boxeo, fue ahí cuando se enamoraron. Sin una madre para confiarle lo que estaba experimentando y con un padre ausente; Eliana vivió la dulce emoción del primer amor con mucha intensidad.

Cuando salió embarazada, Jonathan Safra pidió la identidad del padre del bebé, pero desde ese momento Eliana pudo notar sin lugar a dudas las siniestras intenciones de su padre, así que se negó a revelar el nombre, cuando su padre la llevó a abortar a su pequeño, entonces aprovechó un descuido para huir, encontrándose con Lucas, para luego ambos salir de inmediato de la ciudad que los amenazaba.

Desde que cumplió dieciocho años, su padre le ha buscado pretendiente que ayude a incrementar su fortuna; ella solo se dedicó a estudiar de manera brillante, lo que ha permitido obtener las habilidades necesarias para formar su propia fortuna e ir acrecentando su poder, que lo hizo secretamente, solo el último año reveló la magnitud de lo que construyó.

Ella ha rechazado muchos pretendientes, sabe reconocer que tal vez a algunos les guste, ya es evidente que es linda; sin embargo, todos ellos ven el signo de dinero en sus ojos azules, la posición de la hija del presidente del país que ostenta, además del apellido Safra que la hace integrante una de las familias multimillonarias del país.

El único con quién podría haberse asociado en un matrimonio por conveniencia, era Kevin Taylor, pero él estaba enamorado de otra mujer y ella jamás se interpondría en el amor, por eso lo ayudó a deshacerse de aquella imposición matrimonial, manifestándose en lo que se ha convertido, una fiera.

No obstante, con Alex ocurre algo extraño, siente una ilusión que había creído perdida, al día siguiente conforme le había escrito, la llamó para concertar una cena el fin de semana, y ahora ella está frente al espejo, sabe que debe revelarle que es la hija del presidente, para saber si quiere seguir intentando algo con ella, si se asusta está bien debe dejarlo ir, pero si no huye entonces no sabe lo que hará, por eso está nerviosa.

Alex está nervioso, había pedido consejos para un restaurante, y estaba esperando la llegada de Eliana, cuando la ve acercarse con aquel vestido blanco que la hace lucir como un ángel, él se queda deslumbrado.

La saluda nerviosamente y la invita a sentarse, el mesero les sirve el vino mientras esperan los platillos que han pedido.

- "Tal vez te lo hayan dicho muchas veces, eres muy hermosa", dijo Alex sin dejar de mirarla.

- "Y tú eres muy apuesto. ¿Vas a estar mucho tiempo en el país?, creí que tenías una vida hecha en Nueva York", expresó Eliana.

- "Tenía una vida hecha. Ahora estoy desempleado, no creo que eso sea una buena presentación, pero es la verdad, como también lo es que estoy haciendo mis trámites para validar todos mis estudios en el país. Tengo una propuesta laboral, así que podría quedarme en el país mucho tiempo. ¿Qué haces tú?, espero saber pronto tu nombre", comentó Alex, con aquella mirada que Eliana parece disfrutar.

- "Al final de la velada te diré mi nombre. Podría decirse que soy especialista en inversiones, compro y vendo acciones, tengo una oficina en la torre principal del Banco Versalles. Así que supongo que ahora gano más que tú, espero que eso no te dé miedo, algunos no lo pueden aceptar", manifestó Eliana, queriendo tantear la personalidad de Alex.

- "Eso es perfecto, si me aceptas no será por mi dinero", dijo Alex, dándole un guiño con una sonrisa.

Ambos se ríen, no se imaginaron volver a sentir esa sensación tan intensa que acelera un poco el pulso, y te hace olvidar por un momento los problemas y el dolor. Disfrutaron una cena tranquila, Alex le ofreció llevarla a su casa, y ella aceptó, le dio la dirección del edificio donde se encontraba su Penthouse.

- "¿Si tienes licencia?", preguntó Eliana, mientras esperaban la llegada del auto de Alex.

- "No he vivido en el país, pero tengo la nacionalidad, vine para el matrimonio de una prima, y me quedé suficiente tiempo para obtener una licencia", respondió Alex.

- "Primita, que sorpresa verte con alguien, ten cuidado, pueden querer robarte tu dinero", comentó Andrew acercándose.

- "No, primito, no todos son como tú", manifestó Eliana, con una sonrisa dibujada.

- "Debes tener paciencia, suele ser demente y demandante", dijo Andrew mirando a Alex tratando de reconocer si era alguien de su círculo social, pero no encontraba su rostro en sus recuerdos.

- "Los hombres inseguros cuando no pueden estar a la altura de las mujeres que rompen esquemas las suelen calificar como locas y exigentes, si no puedes cumplir con sus expectativas no es culpa de ellas. (Mirando a Eliana) Ahí está mi automóvil, y no quiero robarle su dinero, sino su corazón. ¿Nos vamos?", preguntó Alex, tomando la mano de Eliana.

- "Estúpido", dijo entre dientes Andrew.

Eliana solo sonrió, le encanta que Alex pueda congeniar con ella, que no se deje intimidar, y que actúe con inteligencia. El vehículo no es lujoso, pero obviamente es nuevo. Ella supone que habiendo trabajado en uno de los hospitales más prestigiosos de Nueva York debe tener ahorros suficientes para instalarse en el país, por alguno razón está casi rogando al cielo que ese hombre se quede en el país.