MI SEGUNDA OPORTUNIDAD PARA ESTAR CON ELLA.

Me despierto totalmente entumecida, me duele hasta el dedo pequeño del pie. Ese demente me dio como si el mundo se fuera a acabar esta misma mañana. Joder juré que no volvería a sedes al deseo que Emiliano despierta en mí y aquí estoy otra vez completamente satisfecha.

Me encanta la forma salvaje y dominante con la que me toma, pero a la vez es tan dulce y amoroso que siento que me ama como si fuera la flor más frágil y delicada de la tierra. Maldito cuerpo que no me escucha, pero está vez es la última, No puedo volver a caer.

Bajo las escaleras y lo veo en la cocina, el rico aroma de café recién hecho me hace gruñir el estómago. Su espalda desnuda me invita a abrazarla, no lo puedo negar Emiliano sería el hombre perfecto para cualquier mujer. Que suertuda será la chica que se convierta en su esposa y vea este espectáculo cada mañana luego de disfrutarlo toda la noche.

Lástima que no voy a ser yo. Hoy tengo que terminar está extraña y excitante relación, no voy a volver a verle otra vez.

- Buenos días Emi. - sus ojos demuestran la alegría que le da verme junto a el.

- Saray buenos días amor. ¿Te sientes bien? ¿Te duele algo?

- Estoy bien ¿Puedo comer eso?

- Claro lo preparé solo para ti.

- Gracias.... Mmm está delicioso, que buen cocinero eres.

- Me alegro de que te guste, lo hice con mucho amor.

- ¿Pediste algo de ropa para mí? No puedo irme con tu camisa puesta.

- Te ves hermosa así.- Mi mirada viaja por todo su cuerpo y es que verla usando solo mi camisa ya comienza a generar un caos en mi pantalón.

- No me veas así pervertido. Necesito ropa para marcharme a casa.

- Estás en casa Saray. Yo quería pedirte una oportunidad y estar juntos como una pareja. Sé que esto no es romántico ni nada glamoroso, pero no quiero esperar ni un minuto más.

Maldición si me ve con esa cara suplicante me hace sentir miserable. - No te confundas Emiliano yo ya tengo un compromiso con alguien más.

- Y Eso no te impide acostarte conmigo.

- Fue porque me amenazaste.

- ¿y qué escusa tienes para la noche de la fiesta? Es verdad que yo te amenace para venir aquí, pero no te veías forzada a gritar debajo de mí o mejor dicho arriba de mí.

- Eres un idiota.

- Deja de engañarte a ti misma Saray sabes que te gustó así como tú me gustas a mí. Nuestros cuerpos no mienten y eso no lo puedes ocultar.

- Es verdad que me gusta como coges, pero eso no significa que tengamos que oficializar por esto. Mira voy a ser sincera contigo, le gustas a mi prima y yo amo a Alex.

La sujeto de la barbilla y la obligó a que me mire a los ojos. - Deja de decir mentiras con esa linda boca Saray. ¿Lo amas? Si de verdad lo amaras no habrías hecho nada conmigo.

- Suéltame me estás lastimado.

- Como puedes ser tan cruel ¿Yo te estoy lastimado? Entonces como le dices a lo que tú haces conmigo. Me estás rompiendo el corazón y yo soy el que te lastima. Eres una hipócrita.

Le doy la espalda para que no me vea llorar, no le daré esa satisfacción.

- Emiliano lo siento.. Yo pensé que esto era solo un juego para ti, ya sabes el chico rico y popular que se acuesta con todas y no quiere a ninguna.

Por favor, mirame, No me des la espalda.

- Sobre la mesa hay una bolsa con algo de ropa.

- Emiliano.. Perdóname por juzgarte mal.

- ¿De verdad quieres disculparte conmigo?

- Si, mis disculpas son sinceras.

- Entonces bésame ahora mismo.

- ¿Qué?- Su mirada me dice que está esperando mi respuesta, no quiero besarlo, pero aquí voy de nuevo, mi cuerpo reacciona a el cómo si de una orden se tratara. Todo sus mejillas y le doy un beso ligero. Siento sus manos en mi cintura que me pegan más a su cuerpo y solo me dejó llevar nuevamente.

Me alza en el aire mientras mis piernas lo envuelven, siento su miembro duro rozando mi intimidad y la sensación es más intensa al no tener ropa interior puesta. Un mordisco en mi labio me hace gemir. - Ahh..

Me lleva nuevamente a la cama donde rápidamente se desase de su pantalón y deja libre toda su hombría, Me sujeta con fuerza del cabello y me lleva hasta ella, la siento rozar en mis labios.

Comienzo a lamerlo sin pudor, mi lengua juega con su glande y toda su longitud, lo veo estremeserce por mis caricias, sus gruñidos me ponen muy húmeda. Lo introduzco todo en mi boca llegando a lo profundo de mi garganta. Emiliano comienza a mover sus caderas para ayudarme a tragarlo por completo y me encanta está sensación.

Justo ahora estoy siendo una perra en celo y todo es provocado por este maldito hombre que me domina a su antojo y voluntad. Aceleró mis movimientos con la ayuda de mi mano y en pocos minutos siento toda su esencia desbordante bajar por mi garganta.

Comienzo a desprender mi camisa para que calme el desastre que ha provocado en mi cuerpo, pero para mi sorpresa él se acomoda el pantalón y me da la espalda para ingresar al baño. Ja está muy enojado y está actitud lo demuestra. Bajo h me visto con el vestido que está dentro de la bolsa, antes de marcharme le dejo una nota de despedida.

Fue grandioso para ser la última vez. Por favor ya no me busques más.