Akira un día despertó en el cuerpo de Mei, una princesa ignorada por su esposo el segundo príncipe, ahora Mei dejará de lado a ese esposo suyo y buscará liberarse de ese matrimonio y unirse al ejército de su padre.
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capítulo 3- cambio extremo
Un mensajero del príncipe, fue al salón de loto para informar a la princesa Mei que el príncipe solicita su presencia debido a la agresión hacía la concubina Keiko, Mei solo se asomo en la puerta para responder que no irá y que si la concubina fue golpeada, fue porque le falto al respeto entrando sin permiso a su casa y que fue ella quien agredió primero.
- princesa por favor, no se meta en más problemas con su alteza.
Hablo el sirviente, pues es bien sabido que el príncipe no le tiene ni la más mínima consideración y con ese problema, ahora la princesa estará en grandes problemas.
- ya dije, solo discipline a una concubina irrespetuosa.
- princesa por favor, si usted es castigada, sus sirvientes también lo serán.
Mei voltea para ver a sus sirvientes y estos agachan la cabeza, así que, no le queda de otra, ellos no tienen porque sufrir. Decide ir, pero antes, toma de entre las armas que le habían conseguido, un látigo corto, porque no duda que lo vaya a necesitar.
Al llegar al salón del príncipe, éste, esta sentado en su trono, a su lado, la concubina Sumi y al otro, Keiko, quien se ha cambiado de ropa y arreglado el cabello, cuando Mei estuvo frente al príncipe, mantenía la frente en alto, sin siquiera hacer la reverencia acostumbrada, además el príncipe pudo notar, que se veía completamente diferente a la Mei habitual.
- princesa Mei, la concubina Keiko me ha informado que fue agredida por usted.
- ¿también le dijo que irrumpió a mi salón y me golpeo primero?
Mei le sonríe con burla a la concubina, quien no hace más que enojarse aun más, se arrodilla ante el príncipe con lágrimas en los ojos, al ver esto, Mei solo gira los ojos con molestia y más cuando el príncipe la consuela.
- majestad haga justicia, yo solo fui a saludarla.
- tranquila. Princesa, no importa lo que haya pasado, es mi responsabilidad disciplinar a las concubinas.
- ¿lo hubiera hecho si le dijera que me agredió?
El príncipe se queda en silencio, pues la respuesta era obvia, no, no habría hecho nada.
- me lo imaginé. Nunca ha hecho nada por mi, pero, bien que busca justicia por esa Oiran mentirosa. Sin duda los hombres solo se guían por lo que traen entre las piernas.
Todos se sorprenden por la manera tan "vulgar" de hablar de la princesa, ella siempre ha cuidado su vocabulario, pero ahora, ella es tan diferente. El príncipe molesto golpea la mano en el brazo de su trono, Sumi es quien le sostiene la mano y le pide calmarse.
- alteza, la princesa solo está enojada por las injusticias que ha vivido. Escuchela antes de juzgar.
El príncipe respira profundamente, ante esto, Keiko mira con molestia a Sumi, pues sabe que esa chica tiene mucha influencia ante ella.
- majestad por favor, justicia para esta humilde concubina, solo escuche lo mal hablada que esta siendo con usted.
- Sumi, la concubina Keiko tiene razón. Príncipe Mei, será llevada al patio y recibirá veinte golpes en la espalda.
- ¿que? Pero que cara...
Antes de poder protestar, dos hombres ya la sostenían de los brazos para llevarla al patio.
- príncipe, ella no resistirá, su cuerpo es incluso más débil que el mío.
Pesé a las peticiones de Sumi, la princesa fue llevada hasta el patio, Keiko y el príncipe van con ella, pero Sumi prefiere quedarse, no puede ver como esa chica esta siendo maltratada; estando en el patio, justo cuando el sirviente esta por golpearla con una madera Mei se gira y lo detiene con la mano, le quita la madera y lo usa para lanzarla contra Keiko, aunque no le da, la mujer grita y se esconde ante el príncipe quien se asombra al ver con que habilidad, Mei se esta defendiendo de los hombres que tratan de sostenerla.
- princesa Mei! Deténgase y reciba su castigo.
- oh! Dijo que debo recibir un castigo, pero nunca dijo que debo quedarme quieta.
- pero que grosera! Príncipe, no deje que esa mujer se quede sin castigo.
Gritaba Keiko, pero los pocos hombres que quisieron detenerla, ya se quedaban de dolor en el piso. Mientras que el príncipe, seguía sin poder creer lo que estaba sucediendo.
- mire príncipe, si no quiere que sus Oiran sean dañadas, dígales que no entren a mi salón y no se metan conmigo, de ese modo, llevaremos la fiesta en paz.
Los sirvientes presentes, siguen sin poder creer ese cambio tan extremo en la princesa, incluso en su forma de hablar, dejo esos buenos modales y ahora habla de una manera tan informal. Antes de que el príncipe pudiera reclamar algo, Mei ya se ha dado la vuelta para ir de regreso a su salón; Keiko ante sacude el brazo del príncipe.
- majestad, no la deje ir, por favor no deje que se vaya, haga justicia.
- yo...pero que...no comprendo...
- basta concubina Keiko, ya ha causado problemas, además, no olvide que usted sigue siendo una concubina y ella la esposa legal.
- cállate! No sabes lo que sufrí ante esa mujer.
- basta! Concubina Keiko, regrese a su salón.
El príncipe se sentía un poco humillado por lo que acaba de suceder, aunque por ahora lo dejará pasar, deberá solucionar esa actitud tan desafiante de la princesa, pero por ahora, regresa dentro de su salón acompañado de Sumi. Quien se siente tranquila, porque Mei no fue castigada, aunque, conociendo al príncipe, apenas pueda, esta segura que irá a reclamarle a la princesa.