Una pareja misteriosa, ambos no saben nada del otro, solo se ven por temporadas para estar juntos, ella entrena con la Fuerza elite de la emperatriz de Thaslis, el entrena con los caballeros del Ducado del Oeste de Terán, podrán ellos estar juntos, o se tendrán que separar.
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Pasión
-Espera, a dónde vamos.
-Ven vamos al bosque.
-Que pasa?
-Te traje algo.
-Que es?
Mime habré una pequeña caja, es un dije en forma de corazón.
-Es bonito, gracias.
-Viene tu cumpleaños y no podré estar, tengo que ir con el capitán al Ducado.
-Que lastima, en estos años solo he pasado dos cumpleaños contigo, pensé que está vez podríamos ir al Ducado.
-Y eso?
-Es el festival, es bonito.
-Tu me llevarías?
-Si, por qué no.
-Gracias, iremos alguna vez.
-Ten un buen viaje gracias por el regalo.
John solo se lo pone y le da un beso.
John solo sonríe y se va, después de unos días llega al Ducado a ver a su madre quien nota de inmediato que él está un poco más feliz.
-Madre! Cómo estás?
-Bien, a ti se ve que te va mejor.
-Si madre, iré a bañarme y nos vemos en la cena .
-Capitán me tiene alguna noticia.
-mi señora, me temo que no, si él ve a alguien debe ser a escondidas.
-Pero que acaso no lo vigilas.
-Si mi señora, pero es un lobo, cuando sale en esa forma es imposible seguirlo, por sus compañeros sé que le gusta alguien, aun así no saben quién es, la vigilancia en el cuartel de Thaslis, podemos ir al pueblo, más no al cuartel.
-Dios! hablaré con mi hijo, gracias capitán, puede irse.
La madre de Joseph sube a su cuarto donde el está terminando de cambiarse.
-Joseph puedo pasar.
-Si madre, adelante.
-Que guapo -Ella se sienta en la pequeña sala-
Joseph dime cómo es ella?
-Que?.
-La mujer por la cual traes esa sonrisa.
-No, te equivocas.
-Se que piensas que no se puede pero te traje esto
Joseph le da un documento y una carta de la Reina, se sorprende al leerlo.
-Diana lo logro...
-Asi es, quedan prohibidas las concubinas y también la ley de nobles y plebeyos, ahora sí alguna plebeya tiene la preparación para ser noble por matrimonio no habrá restricciones.
En la carta de Diana le dice a Joseph que sea feliz, que si esto lo ayuda ella será la más contenta.
-madre... Ella... Ella no quiere dejar su vida, por ahora solo disfruto los momentos en que puedo estar a su lado, si solo así puedo estar un tiempo de mi vida con ella así será.
-Joseph, traerla a aquí, dile que pueden tener una vida, habla con ella
-Tengo miedo de que me rechacé, que no quiera.
-Si no le preguntas ella no podrá decir.
-Y si dice que no, no así estamos bien.
-Joseph, se están cuidando?
-Madre, nuestra relación no ha llegado a ese punto.
-Entiendo, eres bueno, quiero que tu matrimonio sea por amor, no por compromiso.
-Madre, gracias, solo dame tiempo.
Joseph pasa unas semanas con su madre, hay un pequeño baile entre los nobles del Ducado por el cumpleaños del abuelo de él, él baila con su madre que a pesar de todo es una mujer hermosa, ya recibido una que otra propuesta, todas fueron rechazadas, la mayoría lo hace para acercarse al ducado o a Joseph, ella no está dispuesta a arriesgar a su hijo, sobre todo, ella solo ama a alguien.
Joseph está en el balcón extrañando a Mime, pensando en las palabras de su madre, siente una mano ajena en su espalda.
-Joven duque, soy Marina Estefan, hija del barón.
Joseph preguntándose como entro, por qué siempre le pasa eso, el solo saluda amablemente e intenta salir, pero la joven le toma la mano, el la retira inmediatamente
-Señorita, no debemos estar solos.
-Solo es una plática -le decía ella, enseñando su escote pronunciado-
-No, no sé que planea, como se atreve a entrar sin permiso.
La joven está un poco molesta, pues ella es hermosa, con buen cuerpo, como él puede rechazarla, Joseph solo sale enojado y se va, solo él roce de ella y el olor de su perfume lo han molestado.
-Dios tan solo son unos días y la extraño tanto, dame fuerzas para poder dejarla cuando llegue el momento, solo conservaré su recuerdo en mi corazón.
Mime también está en su cama y le cuesta dormir, lo extraña, hay ocasiones en dónde él se queda a dormir y ahora ella no puede dejar de pensar en él.
-Vaya, esto será amor o solo deseo, quiero que sus brazos envuelvan mi cuerpo, mejor me duermo, en qué cosas pienso.
Después de unos días ella celebra su cumpleaños con sus compañeras, la capitán le da el regalo que mando su madre.
-Gracias
Al abrirlo es su ropa con el escudo real y el símbolo de la Emperatriz.
Ella está feliz, aun así algo duele dentro de ella, sigue siendo ese su sueño, puede dejar a John, puede dejar lo que tienen.
Ella va a su cabaña y cuelga el traje, siempre soño con tenerlo y ahora no siente esa misma emoción, solo se duerme, estaba por conciliar el sueño cuando siente unos brazos ajenos abrazarla al darse la vuelta es John quien había llegado
-Hermosa como estás, feliz cumpleaños.
-Pero cómo?
-Salí lo más rápido posible, quería por lo menos llegar a decirte eso.
Ella lo besa, un beso que extrañaba, él también y sus manos siguen en su cuerpo, ella no lo esperaba y solo lleva una bata ligera, normalmente usa otro tipo de ropa si duerme con él.
-Mime, espera.. Solo date la vuelta.
-No.
-Que? Pero...
Ella vuelve a besarlo, lo ha extrañado tanto que en este momento no piensa en lo que puede pasar.
-No te detengas.
-Mime, estás segura? Dios, tu aroma embriaga mis sentidos.
Él la besa sin parar, su piel es hermosa, no es capaz de detenerse y más si ella lo dice con esa voz agitada, parece esto ser un sueño.
-No quiero despertar si es un sueño.
-Mime no estás soñando, te voy a demostrar que no lo es.
Ambos solo se pierden en la pasión, esa noche sellan su destino sin saberlo, él no podrá dejarla y ella no sabe si también podrá dejarlo ir.