En medio de la adversidad y la desconfianza, dos almas se ven unidas por un destino implacable. Ella, acusada injustamente y condenada por un crimen que nunca cometió. Él, sediento de venganza y convencido de su culpabilidad. Obligados a un matrimonio forzado por circunstancias ajenas, se embarcan en un viaje lleno de secretos, intrigas y pasiones ocultas. ¿Podrán superar el peso del pasado y encontrar la verdad que los liberará? Descúbrelo en esta apasionante novela de amor y redención.
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Capitulo XVI Son unos tarados
Llevaban varias horas discutiendo un caso bastante difícil, una empresa de alto prestigio estaba demandando a uno de sus contadores por malversación de fondos, los dueños de dicha empresa estaban perdiendo una gran cantidad de dinero y estaban culpando al contador principal, un hombre de más de cincuenta años que nunca había tenido una tachadura en su expediente. La firma de abogados de Gabriel representaba a la empresa, mientras que el pobre sujeto tenía un abogado cualquiera. Daphne sintió que las cosas no eran justas y que era obvio que está firma enterraria a ese sujeto sin piedad.
"Este caso está ganado, no le veo el problema", manifestó Gabriel despreocupado.
"El problema doctor, es que Leónidas alega que su compañero y colega es el responsable, además en las cuentas de ninguno de los dos se evidencian movimientos fuera de lo común, el abogado defensor puede alegar duda razonable por falta de pruebas", explico uno de los abogados del despacho.
"En algún lugar se encuentra ese dinero, tenemos que encontrarlo, y solo disponemos de dos días para eso", manifestó Gabriel su preocupación.
Daphne quien estaba escuchando todo lo que esos hombres hablaban, no podía creer que no vieran más allá de sus propias narices.
"Son unos tarados", susurro Daphne siendo sarcástica.
Ella pensó que nadie la había escuchado, pero Gabriel que vio su gesto, alcanzó a oír lo que había dicho.
"¿Tiene algo que decir, señora López?", pregunto Gabriel molesto, claramente le había pedido que se mantuviera en silencio, pero claro eso es imposible para ella.
Daphne lo miro como retando a Gabriel y con una sonrisa cínica repitió lo que había dicho antes.
"¿Qué parte?, ¡ah, ya!, debe ser cuando los llamé tarados", respondió Daphne mirando sin miedo a Gabriel.
Todos los presentes se quedaron en silencio y perplejos por la manera en la que Daphne le hablaba a Gabriel Hoffman, mientras que Gabriel la miraba con ganas de quererla desaparecer de la faz de la tierra.
"Por favor iluminamos con tu inteligencia, ya que nosotros somos unos tarados", respondió Gabriel de mala gana, recostándose sobre su silla y cruzando los brazos.
"Miren y aprendan señores, señor Hoffman le pido dos horas de su tiempo para darle pruebas contundentes sobre quién es el culpable", respondió Daphne confiada en sus conocimientos.
"Has lo que quieras, pero si en dos horas no tienes nada, deberás pagar tu insolencia", respondió Gabriel en un código que solo el y Daphne conocían.
Ella empezó a desglosar las cuentas de ambos hombres, cada detalle aunque pareciera insignificante ella lo tomaba en cuenta, era obvio que esto era el trabajo de una mujer y una, muy inteligente, solo las mujeres podríamos ser tan detallistas. Mientras ella trabajaba en encontrar las pruebas, los abogados seguían discutiendo sin llegar a un resultado favorable.
"Se terminó el tiempo", dijo Gabriel quien estuvo pendiente todo el tiempo de Daphne.
"Ok, ya tenía una media hora de haber terminado", respondió Daphne con autosuficiencia.
"Te escuchamos", indico Gabriel con ojos de Halcón cazando a su presa.
"En pantalla observarán el desglose de cada cuenta", Daphne empezó a dar su explicación detalladamente, los abogados presentes y hasta el mismo Gabriel no daban crédito a lo que estaban escuchando, realmente ella había encontrado pruebas del crimen en tan solo dos horas. Gabriel la miraba con admiración, nunca imaginó que su esposa fuera tan inteligente.
"Y bueno eso es todo, creo que con eso tienen al verdadero culpable", concluyo Daphne haciendo una reverencia.
"¡Guao!, señorita López, es usted increíble", elogió Marcelo un abogado joven que trabajaba para Gabriel.
"Gracias, señor. ¿Tiene alguna otra duda?, señor Hoffman", le dijo Daphne a su esposo con una sonrisa triunfal.
"Si, por supuesto, dijo que tenía rato de haber terminado, pero yo la vi trabajando hasta el final, cuéntenos lo que estaba haciendo entonces", respondió Gabriel sabiendo que Daphne estaba haciendo alguna travesura.
Ella le dio una mirada de advertencia, mientras el sonreía viendo su cara de susto.
"Y bien, enseñe lo que estaba haciendo", insistió Gabriel.
A Daphne no le quedó de otra que mostrar el dibujo que hizo, este se reflejó en la pantalla que utilizo para explicar las pruebas conseguidas. El dibujo representaba a cada una de las personas que se encontraban en el lugar, donde estaban todos apilados y en sus cabezas en vez de cerebro, había maní, y en la cima de todos, estaba ella sosteniendo a Gabriel por la corbata como sometiéndolo a su voluntad. Era una imagen muy ofensiva, pero a Gabriel le resultó graciosa y empezó a reír sin control, los demás abogados siguieron a su jefe y al final todos terminaron riendo y Daphne termino avergonzada.
Al terminar la reunión Marcelo se acercó a Daphne para felicitarla por su logró, Gabriel vio la escena y se llenó de celos.
"Abogado es hora de retirarse", dijo Gabriel muy serio.
"Si, señor solo me estaba despidiendo de Daphne", respondió Marcelo inocente de la rabia que tenía Gabriel.
"Ok, nos vemos, fue un gusto conocerte", dijo Daphne despidiéndose de Marcelo con un apretón de manos.
"Deberías contratar a esta joven, sería muy buena adquisición para nuestro buffet", expreso un abogado algo mayor.
"Lo pensaré", respondió Gabriel con el ceño fruncido.
Los abogados terminaron de irse dejando a la pareja sola.
"Eres una coqueta, ya le andabas haciendo ojitos al abogaducho ese", reclamo Gabriel molesto.
"Estás loco, yo no le ando coqueteando a nadie, solo estaba siendo amable", respondió Daphne indignada.
"Si estoy loco, pero loco por ti", expreso Gabriel besando apasionadamente a Daphne.
Daphne intento alejarse de él, pero le dificultaba por la diferencia de fuerza, temiendo que él perdiera el control, Daphne le hablo más dulcemente.
"Aquí no, me gustaría que nuestra primera vez juntos, sea en un lugar romántico", ella solo quería ganar tiempo, estaba muy asustada, ya que Gabriel siempre estaba lleno de pasión y cuando la besaba había una mezcla de amor y odio, ella tenía que en ese momento el odio fuera más fuerte y la lastimara sin compasión.