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Sombras De Luna Y Acero

Sombras De Luna Y Acero

Status: En proceso
Genre:Pareja destinada / Amor eterno / Amor en la guerra / Fantasía épica
Popularitas:10.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Mzartemisa

Amaris creció en la ciudad capital del magnífico reino de Wikos. Como mujer loba, fue entrenada para proteger su reino por sobre todas las cosas ya que su existencia era protegida por la corona

Pero su fuerza flanquea cuando conoce a Griffin, aquel que la Luna le destino. Su mate que es... un cazanova, para decirlo de esa manera

NovelToon tiene autorización de Mzartemisa para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Entre la Espada y el Lazo del Destino

La noche había caído por completo sobre Amanecer, y el aire estaba cargado con una extraña mezcla de calma y tensión. Las estrellas brillaban con intensidad en el cielo despejado, pero Griffin apenas las notaba mientras caminaba solo por las calles de la ciudad. Los ecos de la confesión de Amaris seguían resonando en su mente, un torbellino de pensamientos que no podía detener.

Tú eres mi mate.

Las palabras seguían girando en su cabeza, chocando con todo lo que él pensaba saber sobre su vida, sobre el destino y sobre las relaciones. ¿Mate? ¿Él? Griffin, el cazador solitario que siempre había mantenido a las mujeres a una distancia prudente, el hombre que nunca se había atado emocionalmente a nadie. Siempre había creído que estaba destinado a una vida libre, sin compromisos más allá de su espada y sus misiones divinas. Y ahora, Amaris, la mujer lobo con la que había compartido peligros y secretos, le decía que estaban destinados a estar juntos. Para siempre.

Se detuvo en un callejón oscuro, apoyándose contra una pared de piedra fría. Miró hacia el cielo, como si la luna pudiera ofrecerle alguna respuesta. El viento susurraba entre los edificios, pero no traía consigo la claridad que tanto deseaba.

—¿Mate? —murmuró en voz baja, como si la palabra misma fuera un enigma que debía resolver.

Griffin no era ajeno a la atención femenina. De hecho, había disfrutado de la compañía de muchas mujeres a lo largo de su vida, aunque nunca había permitido que ninguna se acercara demasiado. Para él, las relaciones eran algo transitorio, un placer momentáneo en medio de su vida peligrosa. Su atractivo físico y su misterio lo habían hecho popular entre las mujeres, pero siempre había mantenido una barrera emocional. Después de todo, ¿cómo podía permitirse amar cuando su vida como cazador de recompensas estaba constantemente al borde del peligro? ¿Cómo podía arriesgarse a perder a alguien de nuevo, como había perdido a su familia?

Amaris lo había sacudido hasta lo más profundo. No solo por lo que era —una mujer lobo\, una guerrera formidable—\, sino por la conexión que sentía con ella. Esa conexión era diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes. Había algo entre ellos\, algo que iba más allá de la atracción física. Pero la idea de ser el *mate* de alguien\, de estar predestinado a estar con una persona para siempre\, lo asustaba más de lo que estaba dispuesto a admitir.

Griffin sacudió la cabeza, frustrado. ¿Cómo podía procesar todo esto? Era un hombre que valoraba su libertad por encima de todo. Se había acostumbrado a una vida sin ataduras, donde podía moverse a su antojo, disfrutar de la compañía que quisiera y marcharse sin mirar atrás. Su vida era simple, o al menos lo había sido hasta ahora.

Pero con Amaris todo era diferente.

Recordó la manera en que lo había mirado cuando confesó su verdad. Había habido tanto en sus ojos: miedo, vulnerabilidad, pero también una fuerza inquebrantable. Ella no era una mujer débil, eso lo sabía bien. Amaris era una cazadora, una líder, y, sin embargo, había sentido la necesidad de abrirse ante él, de revelarle el vínculo que los unía. Un vínculo que él ni siquiera había sentido hasta que ella lo puso en palabras.

—El destino —murmuró, la palabra sonando extraña en sus labios.

Griffin nunca había creído en el destino. Siempre había pensado que las personas forjaban su propio camino, que nada estaba escrito en piedra. ¿Pero esto? Esto cambiaba todo. Si Amaris tenía razón, si el vínculo de mate era real, entonces su vida ya no le pertenecía solo a él. Estaba ligado a ella de una manera que no podía entender del todo, pero lo sentía.

Y ese era el problema.

Por mucho que quisiera ignorarlo, había algo en su interior que reconocía el tirón hacia Amaris. No era solo deseo. Era más profundo, más primitivo. Cada vez que estaban cerca, podía sentir la electricidad en el aire, la tensión constante entre ellos. No era solo una atracción pasajera, sino algo más fuerte, algo que lo desestabilizaba. La idea de que alguien pudiera tener tanto control sobre él, incluso sin darse cuenta, lo aterrorizaba.

Griffin dejó escapar un largo suspiro\, pasándose una mano por el cabello mientras intentaba ordenar sus pensamientos. Ser el *mate* de Amaris lo cambiaría todo. Su vida como casanova\, como el hombre libre que nunca se comprometía\, se pondría en juego. No podía simplemente ignorar lo que ella sentía\, lo que el lazo implicaba. ¿Pero estaba dispuesto a sacrificar esa libertad que tanto valoraba por una conexión que ni siquiera entendía completamente?

—¿Qué diablos voy a hacer? —murmuró para sí mismo.

Sabía que no podía simplemente huir. No era ese tipo de hombre. Pero tampoco podía entregarse por completo sin entender lo que significaba. Había algo profundamente perturbador en la idea de que su vida ya no le perteneciera solo a él. Siempre había sido él contra el mundo, y eso le había dado una ventaja que otros hombres no tenían. Su independencia lo definía.

Amaris… ella representaba todo lo contrario. Ella era fuerte, decidida y, sobre todo, parte de una comunidad, de una manada. Estaba acostumbrada a vivir con otros, a luchar y proteger a los suyos. Para Griffin, la idea de pertenecer a algo más grande que él mismo era… abrumadora.

Sus pensamientos lo llevaron a las mujeres que habían pasado por su vida. Todas ellas lo habían admirado, algunas se habían enamorado de él, pero nunca había permitido que ninguna se quedara. Siempre se había asegurado de que la distancia emocional permaneciera. Sabía cómo encantar, cómo hacer que lo desearan, pero al final del día, siempre se marchaba. ¿Qué pasaría ahora con esa vida si aceptaba lo que Amaris le había confesado?

Una imagen fugaz de las mujeres de la ciudad, sonriendo y coqueteando con él, se cruzó por su mente. Hasta ahora, esas interacciones habían sido inofensivas, casi un juego. Pero con Amaris… nada de eso parecía correcto. No ahora que sabía lo que ella sentía, lo que significaba para ella.

Pero ¿qué significaba para él?

El aire de la noche se había enfriado aún más, y Griffin se encontró caminando sin rumbo por las calles vacías, alejándose del bullicio del castillo. Cada paso que daba lo llevaba más profundamente en sus pensamientos, hasta que llegó a un punto donde ya no podía ignorar la verdad que latía en su interior.

Lo que sentía por Amaris iba más allá de la simple atracción. Siempre había algo más en ella\, algo que lo había intrigado desde el principio. La forma en que lo desafiaba\, la manera en que lo miraba como si pudiera ver más allá de su fachada. Y ahora\, sabiendo que ella lo veía como su *mate*\, todo cobraba sentido. La intensidad entre ellos no era casual\, era el resultado de ese lazo\, de esa conexión que él había estado ignorando.

Se detuvo en seco, su mente finalmente alcanzando una conclusión que no quería aceptar.

—No puedo seguir así —murmuró, más para sí mismo que para nadie más.

No podía seguir ignorando lo que sentía, pero tampoco podía lanzarse ciegamente a un destino que lo atara para siempre. Amaris merecía más que eso. Ella merecía alguien que estuviera dispuesto a aceptar el lazo, no por obligación, sino porque realmente quería estar con ella. Y Griffin, por primera vez en su vida, no estaba seguro de si podía ser ese hombre.

Sabía que tenía que hablar con ella, que debía enfrentar sus sentimientos y tomar una decisión. Pero cada vez que pensaba en lo que estaba en juego, el peso de su vida pasada lo arrastraba hacia atrás, hacia el hombre que había sido durante tanto tiempo: libre, sin ataduras, sin responsabilidades emocionales.

El sonido de unos pasos interrumpió sus pensamientos, y al girar la cabeza, vio a Amaris caminando hacia él. Su corazón dio un vuelco al verla, la luz de la luna bañando su figura en un resplandor plateado. Incluso en la oscuridad, había algo en ella que lo atraía, algo que no podía ignorar.

—Griffin —dijo ella, su voz suave, pero firme—. ¿Estás bien?

Él asintió, aunque no estaba seguro de si realmente lo estaba. Sabía que este era el momento de enfrentar la verdad.

—Amaris… —comenzó, su voz más baja de lo habitual—. Necesitamos hablar.

Ella lo miró con preocupación, pero asintió, acercándose más.

—Lo sé. No esperaba que esto fuera fácil de procesar para ti.

Griffin soltó una risa amarga, sacudiendo la cabeza.

—Eso es quedarse corto. No es solo difícil… es todo lo que no esperaba en mi vida.

Amaris lo miró en silencio, dándole el espacio que necesitaba para continuar.

—He pasado toda mi vida… solo —dijo finalmente—. Nunca pensé que estaría destinado a alguien. Nunca quise estarlo. Y ahora, todo lo que creía saber sobre mí mismo está… —hizo un gesto vago con la mano, buscando las palabras—. Está patas arriba.

—No te estoy pidiendo que lo aceptes todo de inmediato —respondió Amaris, su voz cargada de una mezcla de tristeza y comprensión—. Solo quiero que sepas la verdad. El resto… lo que elijas hacer con esa verdad, depende de ti.

Griffin la miró, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Sabía que ella tenía razón, pero eso no hacía que fuera más fácil. Por primera vez en su vida, estaba en una encrucijada emocional que no podía resolver con su espada ni con su intelecto.

—Necesito tiempo —dijo finalmente, su voz cargada de honestidad—. Necesito entender qué significa todo esto para mí. Para nosotros.

Amaris asintió lentamente, aceptando sus palabras.

—Tómate el tiempo que necesites, Griffin. Yo… estaré aquí.

Las palabras de ella lo golpearon con más fuerza de lo que esperaba. Sabía que lo decía en serio. Estaría allí, esperándolo, pero él no podía permitir que ella quedara atrapada en sus dudas. Si había algo que Griffin sabía con certeza, era que Amaris merecía la verdad, y merecía más de lo que él le estaba dando en ese

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María josé Alvarez
Realmente me encanta ésta novela. Está muy bien escrita y construída. Percibimos,y sentimos cada emoción y sentimiento que fue creciendo entre los protagonistas. Me encanta como escribís autora, un placer leer tu preciosa obra
Elsy Aguero
estoy esperando mas capitulos,y leer cuando van a llevar la relación mas aya que puros besos
Yimalia
excelente
Lorena Itriago
la plata no le hace daño a los lobos??
Elsy Aguero
vaya por fin se dieron el primer beso, que emocionante
Consuelo Flores
un hombre como el tiene pasado pero ya no debe ser importante solo Amaris lo debe ser
Elsy Aguero
muy buena la novela
Momoko_Kori
Me encanta tu escritura autora, además la historia es totalmente atrapante, espero que siga así
Momoko_Kori
Que triste
Consuelo Flores
la hacen de emoción para w pidamos el libro
Momoko_Kori
La historia está muy buena
Momoko_Kori
Jajaja se murió por zorra
Claudia Morales
Excelente
Consuelo Flores
o o o gracias
Consuelo Flores
es buena tu novela poq te haces del rogar pon más capitulos
Consuelo Flores
esto empieza a ver cómo les funciona el atractivo animal
Elsy Aguero
muy interesante tu novela 🇻🇪🌹❤️👍 espero mas capitulos gracias
Consuelo Flores
Griffin quiere su vida loca se resiste al amor
Elsy Aguero
Excelente
Consuelo Flores
es un 3xelente cazador
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